Titanes del Pacífico

Más allá de los resultados de la taquilla, Pacific Rim será, para mí, el mayor éxito y el mayor fracaso del verano. Paradójicamente, una película cuyas influencias del anime, el manga y la ficción japonesa en general no esconde, sino que anuncia orgullosamente como uno de sus grandes atractivos, se siente como la más original y fresca del verano, y al mismo tiempo, la más vacía.

El mundo creado por Guillermo del Toro evita cualquier atisbo de sentido y lógica, para mayor gloria de los “Jaegers”, únicas e indiscutibles estrellas de la película. Sus 2500 toneladas de alucine (cita literal del guión) dando palizas a los “Kaiju” es la acción más absurda, desproporcionada y divertida que se ha rodado (o renderizado) en mucho tiempo. Un auténtico espectáculo que exige la pantalla más grande, el sonido más envolvente, el 3D más profundo, las palomitas más sabrosas y el aire acondicionado más fresquito. Porque, no digo nada que no se haya dicho ya miles de veces, pero Pacific Rim es una película de robots y monstruos dándose hostias. Punto. Eso es algo que se sabe al ver el tráiler, así que el hecho de que ni el guión ni los personajes estén a la altura no debería ser grave, ¿no?

Lo cierto es que una película que falla tan estrepitosamente en estos aspectos lo tiene muy difícil para resultar memorable. El excelente trabajo de diseño artístico, fotografía y efectos especiales de Pacific Rim es el envoltorio de un producto vacío. Es como cuando te dan un regalo envuelto en el papel más bonito, lleno de dibujos y colores, pero que solo guarda en su interior una caja con unas serpentinas y un par de caramelos. En este caso, la caja de Pacific Rim se compone de personajes muy poco carismáticos, envueltos en una historia llena de topicazos fáciles que denota una alarmante falta de interés durante su escritura que, obviamente, se traduce en falta de interés para el espectador durante el visionado, que solo quiere que pase rápido este coñazo para poder ver las peleas de una puta vez. Peleas que se desarrollan prácticamente en su totalidad en la última media hora de la película, lo cual afecta gravemente al ritmo de la película.

Y sí, las interpretaciones no están mal, hay algún personaje simpático y la trama secundaria resulta más o menos interesante. Pero al final Pacific Rim queda como una película muy irregular. La acción, la cinematografía y la premisa de Pacific Rim es brillante: se nota un gran talento al crear un mundo que, sin embargo, acompaña a un guión muy pobre tanto en concepción como en realización.

Pacific Rim ofreció lo que prometió, ni más ni menos: robots y monstruos en peleas gigantescas. Pero aparte de estos brutales momentos (que no son tantos como cabría esperar), no hay ninguna razón para recordar a Pacific Rim como el producto redondo que podría haber sido. De momento, deja un amplio margen de mejora para secuelas que espero que haya, y que quizás convierta a Pacific Rim en la franquicia que por su originalidad y magnitud se merece ser.

Pacific Rim nos traslada a un futuro apocalíptico en el que una raza alienígena, conocida como los Kaiju, ha abierto una brecha en el fondo del océano pacífico que a su vez es un portal interdimensional con su mundo y el nuestro. Estas enormes bestias avanzan arrasando ciudades enteras a su paso y la humanidad ve sus días contados hasta que el programa Jaeger es puesto en marcha. Este programa consiste en las construcción de enormes robots biónicos, con capacidad nuclear y gran potencia de combate, que unidos neurológicamente a su piloto podrán plantar cara a estos monstruos. Y así lo van haciendo, hasta que las bestias empiezan a ser cada vez más grandes y a atacar con mayor frecuencia, poniendo a prueba las defensas de los humanos y la capacidad del programa Jaeger.

La historia nos lleva más concretamente a la vida de Raleigh (Charlie Hunnam), un ex-piloto de Jaeger que pierde a su hermano en una pelea contra un Kaiju. Alejado de la vida militar tras el accidente y recluido en la construcción de un muro defensivo contra los Kaiju, es rescatado por su antiguo jefe, el mariscal Pentecostés, quien lo persuade para volver a unirse a las fuerzas de defensa de la humanidad y volver a pilotar un Jaeger.

La película se nota que está dirigida por Guillermo del Toro por cómo brillan los efectos especiales por encima de todo y por lo fantasioso de la historia. El director es capaz de conducir una historia que si bien no es perfecta, hará las delicias de todos aquellos que van al cine en busca de vivir una experiencia intensa. Podemos encontrar cierto parecido con algunas historias de anime y manga japonés, sobretodo con la tan aclamada "Neon Génesis Evangelion".

Lo más destacable de esta película, por encima de su historia, reside en la cantidad de efectos especiales que despliega, en la utilización del sonido y en sus efectos visuales. Si bien es cierto que no brilla por tener un guión con personajes profundos y relaciones densas entre estos mismos, sus escenas de peleas entre robots y monstruos compensan esto con un espectáculo visual digno de las últimas tecnologías en cine.

Hay ciertas cosas que el espectador se planteará, como el hecho de por qué combatir a esos monstruos con robots cuerpo a cuerpo y no utilizar armas de fuego, las cuales gozan de una presencia bastante escasa en la película. A pesar de cojear en algunos aspectos, "Pacific Rim" es una película recomendable para los amantes del género y del cine puramente visual, y una de las experiencias más llamativas de este verano. Algo que sí me gustaría destacar es el arranque de la película, poniendo al espectador en situación de una forma muy adecuada y arrancando con fuerza.

Fui al preestreno de esta película, y como bien dice Del Toro, es una de esas películas que si la hubiese visto de niño hubiera soñado con ser un piloto Jaeger y hubiera pedido un muñeco de Pacific Rim a los reyes magos.

Historia simple, casi infantil (aunque no recomendada para niños, tiene algunas escenas que pueden acojonar a los niños, y lo digo por experiencia), pero efectiva, engancha desde el primer segundo: Surgen unos monstruos gigantescos desde lo mas profundo del océano pacifico, los humanos los tienen que destruir y para ello crean unos robots gigantescos y armados hasta los dientes.


La película visualmente es espectacular, sobre todo en 3D y como digo la historia es simple pero efectiva, muy entretenida, y si de niño te gustaban series como Mazinger Z, Godzilla, o incluso Bioman (los mas jovencitos solo conocerán la versión Americana, Power Rangers), con esta película tendrás un Flashback al pasado y revivirás la época con la que alucinabas con los robots y los monstruos.

Está claro que lo que ha hecho que le pusiese esta puntuación son los efectos visuales. Fui al cine esperando muy poco de ella porque una adaptación con trasfondo de comic/anime japonés, sobre todo cuando recuerda tanto a una serie de culto como fue Evangelion, es como mínimo para pensárselo. Estoy de acuerdo en que la historia que se cuenta en la intro podría haber tenido más interés que la que realmente se desarrolla posteriormente, pero bueno, hay acción desde el primer momento y los efectos visuales son espectaculares. También es verdad que últimamente me da la sensación de que los diseñadores de criaturas apocalípticas se están quedando sin ideas porque en varias ocasiones me ha parecido estar viendo una mezcla entre los pájaros de pitch-black, el balrog de El señor de los anillos y el diablo de... Diablo.

La actuación es pasable (protagonistas desconocidos, salvo algún que otro secundario) y los diálogos y las situaciones son mejorables, a excepción de los primeros minutos de la escena de la niña que realmente parecía que estaba viendo "bichos" gigantescos (chapó). Con eso y con todo salí del cine sin la sensación de que me hubieran estafado una vez mas, lo cual ya es decir bastante.

La historia que se cuenta en los primeros dos minutos, ¡debería haber sido la película!. Después de eso, ya está todo dicho, ¿Para qué más de dos horas? La verdadera trama es que los bichos cada vez son más grandes e inteligentes y punto. Hubiera dado mucho más juego mostrar como sucede el primer ataque, la construcción de los robots, la asignación de los pilotos..., lo que viene siendo lo mejor de la mayoría de las películas de este tipo de los últimos años, el empiece.
El relleno que nos meten durante el metraje es grande. Siempre tiene que haber la típica historietilla de amor, el típico resentido que no le parece bien nada de lo que haga el que salva miles de vidas, el conflicto humano por sobreprotección de unos a otros. Lo que pasa en toooodas vamos.
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Me imagino en la guerra de Irak tres soldados:
A - Vete y hazlo C, eres el mejor en esto.
B - ¡No dejaré ir a C! Iré yo, lo conocí desde que era un niño y no pondré en peligro su vida.
C - Tranquilo B, confía en mi, sé que lo puedo hacer.
B - Pero...
C - Tu ya has hecho suficiente, ahora es mi turno.
(A se apoya en el hombro de B)
A - Lo hará bien, B, está preparado.
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