El color de la venganza

Charlie Strom (Gary Oldman), un sádico delincuente pornógrafo que busca venganza por hechos del pasado en los que estuvo involucrado Eddie Burns (Ving Rhames), un ex policía lisiado, viola y maltrata vilmente a la hermana de este (Kerry Washington), asegurándose de que este se entere al detalle (le manda un esclarecedor video, además de darle de vez en cuando la barrila por teléfono).
A partir de aquí y con el lisiado Eddie (con un resultón look de vengador compuesto de gastado gabán y sombrero de ala ancha) tirando de la ayuda de ex compañeros del cuerpo (entre los que se encuentra Brian Cox en el papel del Capitán Oakes), tenemos una pasable película de venganzas (calificativo que teniendo en cuenta la calidad de algunos de los actores sabe a poco), que se ve tan fácil como se olvida, pero que al entregado aficionado a la serie B de venganzas de toda la vida le hará pasar un ratillo entretenido, ya que cumple sobradamente con todos los cánones del genero y posee su correspondiente y agradecible ración de escenas truculentas, pese a su evidente falta de valores cinematográficos (sobre todo guion, montaje y dirección).

Eddie Burns (Ving Rhames) un ex detective de homicidios, retirado hace más de quince años por una condición física, reaparece con un estilo a lo Pedro Navaja con un sombrero de ala ancha y un look de “macho man”, pero las cosas no son como antes.

¿Qué hace un actor como Ving Rhames, ganador de un “Golden Globe” como mejor actor en la miniserie de televisión “Don King: Only in America” (1997), o un Gary Oldman ganador de un “BAFTA” por el film “Nil by Mouth” (1997), o una Kerry Washington, o un Brian Cox en una película de bajo presupuesto, directa para el videoclub?

Kassie (Kerry Washington), desaparece sin dejar rastro, pero su hermano Eddie recibe un video en que se muestra secuestrada, drogada y violada por un antiguo enemigo de este.

Charlie Strom (Gary Oldman) es un siniestro delincuente dedicado a la venta de drogas y pornografía, este tiene a Kassie y tiene toda la intención de torturarla y castigarla en venganza por lo que Eddie le hizo hace quince años atrás.

El film es una historia de venganzas, pero como toda película de serie B, carece de valores cinematográficos, sobre todo un buen guión y una aceptable dirección. ¿Por qué Gary Oldman por el mismo precio no dirigió, teniendo mejor experiencia?

La película tuvo un presupuesto $6,5 millones.

Existen muchos actores increibles, auténticos monstruos de la interpretación, que dan siempre (o casi siempre) lo mejor de sí en cada actuación, dando muestra del tipo de actor que son. El problema en muchos casos, es saber escoger bien el tipo de películas que eligen, en muchos casos, son tantas las malas películas que elige un gran actor, que al final resulta incomprensible.

Es el caso de Gary Oldman, que una vez terminas de ver éste film, te preguntas por qué lo hizo...Por qué elegió trabajar en una película de un director que se encarga todos los años, sin excepción, de hacer especiales de navidad para la televisión en Estados Unidos....

Todas estas preguntas y más...no tienen respuesta. Quizás a Gary Oldman le metieron algo en la bebida cuando se reunió con el director, o simplemente le agradaba la idea de interpretar otra vez a un villano.

¿El resultado? Una película de serie B directa para lanzar en videoclubs. Se puede ver, pero nada más. Sinceramente, cualquier película de Van Damme es más entretenida que ésta "Sin", aún con el atractivo de tener a Gary Oldman en el reparto.

Carece de cualquier aliciente por el que uno se pueda acercar a una producción hecha para lanzamiento en vídeo. Hay algunas películas de este tipo de que sí tienen su encanto, ya sea porque el guión nos gusta, los diálogos son divertidos, tiene buena acción, protagonistas ligeras de ropa, en una palabra: porque entretienen.

Pues bien este desastre no contiene nada de eso, por mucho que esté Gary Oldman y lo doble con su buen labor habitual Pedro Molina. Es una película cutre, barata y carente de interés.