Haz click aquí para copiar la URL

Pablo Kurt

<< 1 2 3 4 10 38 >>
742 críticas
  • 504
  • 155
  • 73
  • 10
Últimas publicadas
  • Una atractiva abogada de un bufete de gran prestigio aparece asesinada. Pronto las sospechas recaen en otro letrado con el que la víctima había mantenido una relación... y hasta aquí puedo -se debe- contar. Además de tener a Harrison Ford, "Presumed Innocent" contiene suspense, calculadas dosis de erotismo, controversia feminista y sorpresa final. El discutido -pero casi siempre efectivo- Alan J. Pakula adapta el best-seller de Scott Turow y consigue otra intrigante, entretenida y taquillera película sobre un misterioso asesinato y el desarrollo judicial de la historia. Un reparto muy solvente y una excelente factura para un film comercial pero que "engancha" al espectador desde el comienzo. Muy recomendable.
  • Para empezar, lo más triste de todo es que el genocidio del apartheid a través de la memoria de sus víctimas ya se haya contado en esta irritante película, y ello impedirá que en los años venideros algún director inspirado desee narrar estos mismos hechos. No recuerdo en los últimos años un film "serio" con una desproporción tan grande entre la terrible denuncia que bienintencionadamente quiere relatar y unos resultados (considerando los nombres de los créditos) tan poco creíbles, en los que todo se muestra, al mismo tiempo, sin fuerza y forzado. No hay ni una sola escena buena, ni una actuación meritoria, ni un segundo de cine auténtico. Binoche no convence y está exagerada excepto en la escena en la que baila, Samuel L. Jackson lo intenta pero parece perdido (¿Los corresponsales del Washington Post hacen esas preguntas?¿Son tan poco interesantes?), y Brendan Gleeson está irrisorio contando sus siniestras andanzas. Uno leyendo la sinopsis desearía que hubiera sido un taquillazo. Tras verla se desea que no se hubiera filmado, dejando la oportunidad perdida para algún realizador que haya aprendido que el estilo semidocumental es lo que conviene en estos casos, véase Steven Spielberg, Paul Greengrass (Bloody Sunday) o Pete Travis (Omagh). A Boorman le condenaría a ver mil veces el interrogatorio a Pacino de "El Padrino II": un sólo fotograma de aquella magistral escena tiene más autenticidad que los 100 artificiales minutos de "In My Country".
  • Primera -y sin duda la mejor- entrega de las sangrientas aventuras de Freddy Krueger, el siniestro personaje que atormenta los sueños de un grupo de jóvenes carne de cuchillo. Heredera de "La matanza de Texas" (The Texas Chainsaw Massacre, 1974), sus frases promocionales ("Si Nancy no se despierta gritando, es que no despertará jamás" o "Hagas lo que hagas, nunca te duermas") fueron pioneras en un márketing de cine de terror que aún hoy tributa sangre adolescente, y sus historias cotidianas, salpicadas de gore, captaron una legión de seguidores. Impactantes escenas y una historia original la convirtieron en mito entre los fanáticos del género, lo que propició una serie interminable de nefastas secuelas.
  • 'Los juicios son demasiado importantes como para ser decididos por jurados' (Trials are too important to be decided by juries). Con esta genial leyenda y un reparto de lujo se presenta la nueva adaptación al cine de una novela del famoso abogado escritor John Grisham. Resulta indudablemente entretenida, pero su sofisticación y ansias por impresionar al respetable -equipos modernísimos mucho menos útiles de lo que parecen, impunidad por doquier mucho más estúpida de lo necesaria, y encuentros fotografiados con la congelación de imagen de rigor- difuminan la verosimilitud de un argumento que, sinceramente, acaba por decepcionar. Así, queda tan sólo un aceptable pasarratos con un impresionante plantel de actores al servicio de una historia sentimentaloide y en realidad poco intrigante que, exceptuando Hackman, no dejan de dar la sensación de que están siendo tan desaprovechados... como Jennifer Beals.
  • Si eres director de cine y haces un drama empiezas de cero. Puede que te salga algo que ni el distribuidor quiera acabar de ver. En cambio si haces una película bélica ya comienzas con algo ganado: a los espectadores les gusta ver gente disparando, y gente muriendo, especialmente esas escenas en las que los soldados caen de rodillas y les remata una segunda bala, todo a cámara lenta. En "Saints and Soldiers" hay bastante de eso... o algo parecido, y poco más. Refrito de escenas y momentos previsibles del género, con pretensión de conmover a la platea. No es que sea mala, es que todo suena a visto, y no hay santos, apenas soldados, y nada emociona. Sólo hay algunos tiros con su sonido dolby. Es carne de videoclub, pero debería estar prohibido que alguien la cogiera sin haber visto antes "Saving Private Ryan".
  • El gran Elvis Presley y el director y eproductor de la mítica "Casablanca" se unen en este musical ambientado en Nueva Orleans. Sabido es que el "rey" no era un gran actor, pero como cantante era inigualable, y esto es un musical. Así que estando sobre aviso de que se trata de un vehículo para el lucimiento de la estrella... ¡Que empiece el espectáculo!
  • Only You (1992)
    McCarthy es un soltero de vacaciones en un viaje tropical al que se le presenta un dilema hormonal-sentimental: deberá elegir entre la chica guapa y despampanante o la amiga sencilla, tierna y agradable. Adivinen el final.
  • Mulholland Drive es otra 'carretera perdida', y ambas son paradigmas de algo infrecuente en el cine: ese tipo de películas especiales durante cuya visión el sentido de la lógica se hunde bajo tus pies, pero paradójicamente la ausencia de una explicación coherente es parte de su embrujo. La libre interpretación la hace más fascinante, y de forma extraña esa confusión añade una capa más a una narrativa potentísima envuelta en un estilo único. Vayan especulando, pues si uno aduce que Lynch parece recurrir a las mismas actrices para interpretar diferentes personajes -lo cual despista totalmente al espectador- otros ven como única interpretación más o menos racional (no se preocupen, no hay spoilers que valgan), un relato sobre el destino pasado y futuro de una amnésica y una aspirante a actriz -que ayuda a la primera a resolver su identidad-. Pero claro, eso es lo que algunos creímos entender... en una primera visión. Otros la interpretan como una ordenación atemporal de una narración que ofrece dos posibilidades o alternativas paralelas, o una historia real que incluye un sueño. Si sus ambiguas lecturas son parte de su encanto es algo para algunos discutible. Discusiones que, sin duda, sí son parte de su encanto. En cualquier caso, absorbente o irritante, otra obra singular del Lynch más onírico que no deja a nadie indiferente.
  • Producto prefabricado del márketing americano sobre el terrorismo y las sospechas vecinales. Cuenta con un guion efectista, continuos giros para confundir al espectador y sorpresa final. Los actores cumplen con solvencia y no aburre. No hay árabes en la cinta, pero seguro que tras el 11 de septiembre de 2001 muchos americanos recelosos la pusieron en la sección de videos pedagógicos.
  • Dobermann (1997)
    El director, proveniente del mundo de la publicidad y los vídeos musicales, pone todos sus dudosos conocimientos al servicio de una ridícula historia con pretensiones de modernidad. Su factura videoclipera marea y su trama violenta y delirante llega a aburrir. Eso sí: como suele pasar con experimentos de este tipo, en medio del caos algunos vieron algo fascinante... así que el film tuvo no pocos seguidores.
  • Mystic River ofrece, como pocas veces en el cine reciente, una historia en la que el thriller y el drama su funden asombrosamente ante un espectador que queda atrapado tanto por la evolución de los personajes como por la intriga del relato. Son escasas las ocasiones en las que una intriga americana se acompañaba últimamente de una compleja tragedia que escarba profundo en traumas, justicias y sentidos de la vida. Pero un par de detalles, en mi opinión, la impiden ser una obra maestra absoluta (dos aspectos que para comentar obligan a REVELAR DETALLES CLAVES DE LA PELÍCULA - SPOILER): el primero, que el guionista (y supongo que la novela) usa una misma idea dos veces: la que origina la intriga (y sobre la que se mantiene el suspense) es de nuevo utilizada para aclararla. El asunto no tiene poca importancia, pues toda la trama se sostiene sobre una clave: la simultaneidad, la casualidad de 2 hechos que ocurren al mismo tiempo. Y aquí hay dos, nada menos. Una origina la intriga. La otra la resuelve de forma trágica. Y quien esto escribe cree que la primera simultaneidad (los asesinatos) es una idea brillante. La segunda (las detenciones y el “ajusticiamiento”)... es demasiada coincidencia. La otra cuestión debatible es si resulta bien definido en el guión el papel de las mujeres: la esposa de Tim Robbins inexplicablemente no pide ningún tipo de justicia ni explicación alguna. La de Kevin Bacon -del teléfono- no aporta nada relevante salvo un gramo de felicidad final. Y el personaje de la fantástica Laura Linney -la mujer de Penn-, intrascendente durante dos horas, de repente nos lo definen a escasos minutos del final con un vehemente discurso que te deja clavado en la butaca. Dichas estas -pequeñas- quejas, sólo queda confirmar que, en conjunto, Eastwood y su insuperable reparto dan una lección de cine oscuro, sórdido, apasionante.
  • ¿Se sintió engañado porque el trailer de "El bosque" (The Village) le prometía otra cosa que luego la película no cumplió? Está de enhorabuena: Shyamalan ha hecho esta para ud. "El incidente" (The Happening) da lo que prometen sus trailers. Ni más, ni menos. Lo malo, claro, no es que no dé menos: lo peor es que no da más. Porque el director que mejor nos había contado, en los últimos años, la sensación y el poder del miedo, individual y colectivo, se ha vuelto un 'miedica'. Tanto y tantos se quejaron de que la magnífica película de Joaquin Phoenix y Bryce Dallas Howard no conseguía aterrorizar, de que no mostraba nada, que nos viene aquí con dos tazas de explicitud. Pretendiendo ganar adeptos, me temo que en el camino nos perderá a los acérrimos. En un tipo de cine en el que muy pocos directores insinúan, Shyamalan era diferente porque sugería, porque le interesaba contar la sensación de esos poderosos sentimientos (el miedo y sus diversas versiones de terror, paranoia o pánico), mostrar sus efectos, provocando en el espectador una genuina angustia. Todo filmado con un elegante estilo, marca de la casa. Ahora, tras la fallida "The Lady in the Water", M. sigue en el género del thriller fantástico, pero todo se resume en una idea brillante que apenas evoluciona. Tratando de ser genuino, el director que mejor sugería se atreve aquí incluso con un leve gore (¿Un irónico regalo para sus detractores?). La historia es original –aunque con un desarrollo algo repetitivo-, despierta interés, y aburrir no aburre. Pero le falta algo; le falta encanto, enganche, profundidad (todo lo que tenía "The Village": una película, recordemos, sin componentes sobrenaturales). Aquí, intentando insinuar lo casi imposible de insinuar, lo sobrenatural, una vez desvelado cual canción de Bob Dylan ("The answer, my friend..."), resulta anodino. Y los comportamientos humanos no alcanzan el interés de sus obras pretéritas. Así, sólo queda la gran intriga inicial, un par de escenas y, claro, lo mejor de "The Happening": sus trailers. Puro Shyamalan. El resto es una concesión a sus críticos: es entretenimiento sci-fi, y no mucho, sin ninguna trascendencia. Y con una historia de amor mucho más pobre, protagonizada por dos actores mucho más limitados. Ahí la tienen. Ahora no pidan explicaciones.
  • [Crítica primera temporada]: 'In Treatment' es la penúltima obra maestra de la HBO. Remake de una serie israelita (Be 'Tipul) volver a desplegar a estas alturas [2008] una nueva alfombra de alabanzas ante otra producción de la cadena por cable norteamericana puede resultar repetitivo. Dado su formato y tema, aparentemente poco atractivo para el gran público, lo mejor es invitar a que comprueben en carne propia, y prepárense, cómo pueden llegar a enganchar cuatro paredes y unos pocos personajes. La atractiva doctora. El piloto engreído. La adolescente gimnasta. La pareja con problemas. Y claro; Paul, y Kate, y Gina. Elijan ustedes. Son todos fascinantes. Cuchilladas de realismo e intimidad a través de diálogos inteligentes y verosímiles –sin siquiera necesitar ser ingeniosos- que penetran con asombrosa adicción en la mente de un espectador atónito. Te dejan ansioso de más, anhelante de las próximas visitas de unos personajes que se hacen vivos, terriblemente cercanos. Asombra la simplicidad de la propuesta y lo adictivo de sus resultados. Y además es una obra de arte que invita a la reflexión, pues, ante tanta basura, ante tantas costosas producciones televisivas, ante tanto reality vacío de ficción, llega el baratísimo poder de la palabra, la verdadera vida reflejada en frases y miradas… y se coloca en el pedestal del lujo inteligente. Televisión que cautiva, que enamora. Claro que no hay que confundirse; imagino a docenas de productores y cientos de estudiantes de cine diciendo: "eso podría hacerlo yo, escribirlo yo, dirigirlo yo". Casi nadie podrá, pero bienvenido sea el intento si ello sirve para que luego venga Rodrigo García y lo mejore. Por cierto que el Sr. García no hace sino confirmarse como un director clave de nuestro tiempo, un artista sensible como pocos y sin problemas de sombras paternas. Yo, por mi parte, quedé tan enganchado que, tras esta terapia, intentaré ir a "Be 'Tipul", buscar la referencia de la "madre" de la fascinante criatura. Cualquier buen psicoanalista indagaría en el origen de esta adicción, de esta sensación inefable ante "In Treatment", una maravilla de la que no merece perderse ni una sola sesión.
  • Chico americano conoce chica europea. Al día siguiente él regresa a los Estados Unidos pero, ante la duda de qué hubiera pasado si tuvieran más tiempo para conocerse -brillante la forma en que él convence a ella para que baje del tren-, ambos deciden pasar una romántica noche por Viena, hablando de la vida y de un futuro que no compartirán... o a lo mejor sí. Linklater acierta en la sutileza del perfil de sus dos personajes en esta encantadora película, de sencillo pero cautivador guión, ideal para corazones inquietos. Director y protagonistas hicieron dos secuelas, "Before Sunset" (2004) y "Before Midnight" (2013), rodadas 9 y 18 años después, respectivamente, conformando una trilogía única e imprescindible sobre la evolución y los avatares de dos vidas y un romance sin designio.
  • Entretenido filme de acción y surf que contó en su época con numerosos seguidores. Keanu Reeves es un policía tras la pista de una banda de ladrones. Infiltrado en un grupo de surferos, el amor y la amistad le pondrán en una situación complicada para poder cumplir con su trabajo. Lo mejor: una espectacular persecución cámara al hombro que corta el aliento.
  • Akira (1988)
    Uno de los grandes éxitos del cine de animación japonés, basado en un popular manga del propio director Otomo, uno de los dibujantes más conocidos de Japón. En un intento por sobrepasar fronteras, "Akira" fue en toda regla una superproducción del país asiático (costó 7 millones de dólares) que obtuvo excelentes críticas tanto por su impactante historia como por su impecable e imaginativo estilo visual. En definitiva, una obra clave del cine anime que obtuvo una notable influencia en gran parte del cine de animación y digital asiático de los noventa.
  • Solas (1999)
    Sobrio, duro y cautivador drama sobre la soledad, la pobreza y los sueños ahogados en alcohol. Zambrano, en su barato y humilde debut, conquista a crítica y público con una muestra excelente del cine español de final de siglo que fue, además, el paradigma del éxito "boca a boca", ayudado del respaldo del premio del público del festival de Berlín. El talento envuelve una idea: "España no va tan bien".
  • Crepúsculo (2008)
    Traspasando como pocas el territorio estrictamente cinematográfico, "Twilight" es el último fenómeno social de la uniforme iconografía de las preadolescentes consumidoras. Inocentes víctimas donde hundir el colmillo, carne blanda anestesiada de belleza y hormonas. La caja registradora de "High School Musical" a la Disney le cayó del cielo, porque el éxito televisivo del instituto bailarín nadie lo esperaba. Pero en este caso la productora Summit Entertainment (interesante sello distribuidor de "Bridge to Terabithia", "Babel", "Once", "Step Up", "In the Valley Of Elah", "Michael Clayton", etc) sabía muy bien lo que hacía, y cuidando los –baratos- detalles ha conseguido armar una franquicia con buenos pilares. Legión de fans de los libros de Meyer, y eficaces redes virales, versión marketing a coste cero. Un tema -vampiros jóvenes- en plena época de cine de terror adolescente, y una historia de pasión imposible en tiempos del proselitismo virginal de Hannah Montana & Cía (antes de Miley Cyrus). Y por último la parejita, ellos dos, que dan el tipo: Bella y el bello, la niña mona desganada y el guapo misterioso. Con sus nombres tan chulos. Bella Swann y Edward Cullen. Él es malo, pero está tan bueno que encandila a las niñas, que acostumbradas a la perfección de los Jonas y los Efron descubren aquí la atracción por lo inquietante, la palpitación ante lo prohibido. Y ella soy "yo", la prota con voz en off pero también la cliente ideal, la que ha pagado la entrada y la que se sabe el libro de pe a Pattinson. La pena, lástima, es que en "Twilight" la mitad del tiempo entre ellos sólo hay 'miraditas', y cuando empiezan a hablar deseas que nunca hubieran abierto la boca. Es lo que tiene el febril amor de juventud, la devoción incontrolada al guapo de la clase o a la peli de Hardwicke, que para cierta edad está muy bien, que hay miradas del inmortal que matan, pero luego creces, y ya se sabe que la adolescencia es una enfermedad que se cura con la edad. Tranquilas: habrá otros colmillos ante los que dejarse tentar o caer rendidas. También con nombres sonoros, como George Clooney, Liberty Valance o Louis Vuitton. Y de algunas tentaciones recordad: la cultura cura.
  • Tráfico (2000)
    Excelente y espectacular thriller sobre el mundo del narcotráfico. Su mayor mérito: el interesantísimo desarrollo de todas sus tramas que muestran de qué forma el mundo de las drogas impregna toda nuestra sociedad. Lo peor, su edulcorante final "Made in Hollywood" que diluye el poder denunciatorio del resto del filme. Mención aparte para un reparto magnífico coronado por un Benicio prodigioso.
  • Dos jóvenes americanos van a México a probar fortuna como vaqueros. Allí uno de ellos se enamora de la atractiva hija de un rico hacendado mexicano para el que trabajan... Historia de romances -quizá- imposibles y amistades -probablemente- inquebrantables para un film correcto, pero en el que Bob Thornton no arriesga nada, rematando un ejercicio de "cómo rodar por la senda de lo previsible" sazonado con unas lágrimas y algo de sangre.
<< 1 2 3 4 10 38 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow