Podríamos decir que "Mamma mía" es la película del verano: un musical fresco, entretenido y con el toque frívolo y hortera que siempre acompaña en estas fechas.

La historia es bastante previsible, pero se hace amena con el repertorio (ya podemos decir que mítico) del grupo ABBA, que sirve de hilo conductor de la historia y que nos permite apreciar las cualidades vocales de ciertos actores de Hollywood, como Pierce Brosnan, que pasa de James Bond a cantante de baladas

Pero sin duda, el mérito de esta película es que POR FIN rompe esa ley no escrita en Hollywood que aparta a las actrices maduras de la pantalla relegándolas a papeles secundarios. En este caso, el peso de la historia lo lleva una radiante Meryl Streep (a sus 59 años!) y sus dos amigas también cincuentonas (divertidísima Julie Walters), sin necesidad de ser "madres de", "esposas de" o "hermanas de", sino simplemente mujeres, con sus miedos, alegrías y deseos (también sexuales, faltaría más!). Y la verdad es que chapeau por ellas!

No será la película de mi vida y supongo que la de nadie, pero hay que reconocer que se pasa un buen rato y desprende una carga de optimismo y buen rollo, y eso se agradece

La película es un alegato al poder del dinero por encima de todas las cosas, al engaño y la estafa como truco que hay que saber aprovechar para burlar al sistema que, por otra parte, nos da las soluciones para todos nuestros problemas

En fin, un entretenimiento simple, con momentos trepidantes aunque predecibles y la actuación de Kevin Spacey que hace que nos olvidemos en algún momento (pocos) del trasfondo tan evidente de clásico producto hollywoodiense de consumo rápido y calidad justa. Mucha música, giros argumentales típicos y mucha acción. Entretenida sí, no digo que no, pero vamos... un par de cartas más y habremos olvidado a qué partida estábamos jugando

No sé si es porque Tim Burton es uno de mis directores favoritos y siempre que voy al cine a ver una de sus películas voy con la ilusión de ver toda una obra maestra como "Big fish" o "Pesadilla antes de Navidad" o al menos pasar un rato entretenido como con "Ed Wood" o "Mars attacks!". En cambio, "Sweeney Todd" me deja frío. Es más (y nunca pensé que llegaría a decir esto de una película de este director), en varios momentos llega a hacerse muy larga y pesada.

Para empezar, la historia es simple a más no poder (a un barbero inglés le arrebatan a su mujer y a su hija y vuelve a por venganza matando a diestro y siniestro... Todo un conde de Montecristo versión "gore"), y aunque la estética y la ambientación del film es de 10 (como en todas las pelis de Burton) y la música es buena, las canciones parecen metidas con calzador y les falta gracia e ingenio. Así como en "Pesadilla antes de Navidad" eran pegadizas y se introducían en las dosis justas, aquí cantan hasta para rascarse el cuello, y eso acaba cansando...

Eso sí, reconozco que Johnny Depp está grandioso y Helena Bonham Carter lo hace bastante bien... Alan Rickman como malo también muy correcto.

Espero que esto solo sea un pequeño altibajo en la filmografía de Tim Burton y podamos ver lo mejor de él en su próxima película

Más de diez años han pasado desde la película cumbre de la filmografía de los hermanos Coen, "Fargo", y después de todo ese tiempo vuelven a la carga con otro retrato ácido y trepidante sobre la América profunda, dispuestos a meterse en el bolsillo a crítica y público como en los viejos tiempos. Y de momento, parece que funciona.

El guión no es lo más original que se ha visto no solo en el cine en general sino dentro del propio cine de los Coen, aunque mantiene el estilo sobrio y de emoción contenida a flor de piel al que nos tienen acostumbrados. De hecho, el planteamiento es muy parecido a la ya mencionada "Fargo": un maletín lleno de dinero y mucha gente implicada en buscarlo, y entre medio violencia, un ritmo pausado pero intenso y ciertos toques de humor macabro.

Lo que aquí destaca más bien son las interpretaciones. Empezando por Josh Brolin, que consigue convertir a un personaje mediocre en todo un héroe y un superviviente, y terminando por Javier Bardem, que sin duda ha plasmado lo peor de la raza humana en un papel hecho para lucirse y que ha sabido aprovechar y superar con nota. De esa manera, se consolida como uno de los mejores actores españoles de todos los tiempos y el rostro de nuestro cine más internacional del momento. La frialdad y energía que transmite su interpretación de asesino cruel y sin escrúpulos es digna de Oscar, no de reparto sino de actor principal, ya que él soporta el gran peso del film.

Sin embargo, pese a la grandeza de Bardem, "No country for old men" pierde fuelle conforme va avanzando. El guión, que empieza con un ritmo frenético y unas historias con mucha intriga acaba desviándose con reflexiones filosóficas y escenas totalmente prescindibles (la de Tommy Lee Jones hablando con el hombre en silla de ruedas es una de ellas) y llega a un final sorprendente pero algo descafeinado.

En fin, una buena película con un reparto de lujo y un guión mejorable en algunos puntos, pero que te mantiene expectante durante buena parte del metraje.

Los Coen vuelven a estar en forma, y eso al fin y al cabo es lo que importa.

Aunque el género de terror está ya muy trillado y parece que es dificil a estas alturas sorprender al público con casas embrujadas y culebrones fantasmales, "El orfanato" consigue devolver la pasión por un tipo de historias que, normalmente son tachadas de pertenecer a un "cine comercial" sin muchas aspiraciones, pero que al fin y al cabo no engaña, porque el que va a ver esta película busca entretenimiento, suspense y emoción; y no solo no defrauda en ese objetivo, sino que consigue que te mantengas expectante todo el film. Hay que destacar que, a diferencia de otras propuestas similares, la película da con un final que enlaza todo, que es perfectamente comprensible y más realista de lo que uno puede esperar, y que no desmerece al resto de la historia, cosa que suele ocurrir mucho en este género.

Se podría decir que "El orfanato" recupera además 2 cosas: primero, la confianza del público con el cine español que, aunque tiene buenas propuestas, últimamente anda de capa caída y sin duda este es un buen balón de oxígeno, tanto de crítica como de público (sobre todo de público). Y segundo, recupera (o más bien descubre) el talento de Belén Rueda, que consigue soportar el peso de la historia durante toda la película con buena nota, algo que creía impensable hasta verla.

Un film más que interesante. Una historia contada mil veces de mil formas que en esta ocación da una sensación de originalidad y novedad inesperada. Un acierto y toda una sorpresa.

Suerte en los Oscar