¿Por qué? ¿Qué estoy viendo? ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Y qué está haciendo Travolta con la suya?

Esta película es una experiencia existencial. La vi por casualidad pero no creo que pueda olvidarla. Es extremadamente divertida sin pretenderlo pero al mismo tiempo te deja una sensación de incomodidad, un leve malestar, ese picor que no te puedes arrascar.

Sinceramente no estoy seguro de lo que pretende. ¿Es humor negro? ¿Es drama? Si es humor negro, no hace gracia. Si es drama, es demasiado gracioso. ¿La interpretación de Travolta es profunda o estúpida? NO SÉ CONTESTAR NINGUNA PREGUNTA SOBRE ESTA PELÍCULA Y ACABO DE VERLA.

Yo diría que hay errores argumentales pero entre tanta confusión, interpretación over the top, reacciones inverosímiles, etc., no lo juraría.

Podría recomendar verla. En serio. Buscad una experiencia, no una buena película, y no os arrepentiréis. Pero no esperéis una experiencia inmersiva tradicional porque no lo es.

A decir verdad, lo más probable es que la peli sea una de las mayores pifiadas del año, pero es una pifiada digna de estudio. Por eso le pongo un 5. Suspender una película que no comprendo enteramente me parece mal, y no puedo decir que haya odiado cada segundo de verla, porque me he reído muchísimo.

Me alegra volver a los orígenes. Me gustan series como CSI o, sobre todo, Bones, donde se centran en tramas policíacas guiadas por expertos forenses.

Allí los genios no son genios, sólo gente con muchos conocimientos. El conocimiento no hace al genio, pero nos los venden como tal. La doctora Brenan demuestra su genialidad cuando suelta alguna patochada (encantadora) sobre el comportamiento social de las tribus de Asia oriental en el siglo XII.

Patrick Jane es diferente, recupera parte del espíritu olvidado del detective realmente inteligente, el observador y analista cuidadoso, y asume el estilo más teatral y divertido para hacerse notar y provocar el derrumbe de los muros de mentiras de los delincuentes a los que se enfrenta.

Si el detective Colombo estorbaba a sus sospechosos hasta desquiciarlos, Patrick Jane hace algo similar aprovechando su absoluta frialdad y falta de compasión hacia los culpables. Y es que hasta que asume su culpabilidad o inocencia (cosa que tarda unos minutos en pasar en el peor de los casos), el señor Jane será un dolor de muelas terrible para cualquier testigo o sospechoso.

El mentalista podría ser un auténtico psicópata y sociópata si no fuera por lo mucho que se esfuerzan por mostrarnos sus bondades y su generosidad. Esta doble dimensión, que podría ser generadora de incoherencias, pasa a ser fuente de enigma y sorpresas para los televidentes gracias a un sólido guión que mejora con cada temporada.

Tras una primera temporada floja pero que muestra esperanzadores brotes rojos, nos encontraremos en las temporadas posteriores con auténticas maravillas de la televisión policíaca, que alcanzan su cénit de calidad en los episodios tardíos en que aparece el archienemigo del mentalista, el genio criminal conocido como John el Rojo.

Hay que verla.

Es difícil ver esta serie y no compararla con la previa, las Guerras Clon. Pero la comparación no es justa, porque la serie de Ahsoka ya está terminada, y podemos juzgarla con justicia, Rebels apenas acaba de empezar. Aún así, podemos observar algunos cambios agradables:

- Los personajes principales son nuevos, lienzos en blanco. Dicen y hacen cosas inesperadas, y parecen algo más que meros clichés/fanservice, aunque algo de eso también hay. Por comparar, el personaje nuevo que aportó The Clone Wars, Ahsoka, resultó ser plano, vacío y estéril: No parecía tener más conflictos personales que los evidentes. En cambio, en los pocos capítulos que van (acabo de ver el 5), ya se muestran disidencias, malestar y una capacidad de los personajes para actuar como seres vivos, más complejos, más tridimensionales. El tener sus propias historias que no conocemos, adereza la mezcla para tener un elenco muy superior al visto en la serie de animación 3d anterior.

- La etapa histórica ha cambiado. Ya no estamos en las Guerras Clon, ahora domina el Imperio. Eso significa oscuridad. Una mayor crudeza en las luchas es también evidente: Aquí ya no luchan con droides, mueren personas. Hablando de eso, nos hemos quitado de encima a los molestos y estúpidos droides de la Federación. Al principio, en The Clone Wars, me hicieron reír. Las risas se apagan y se convierten en rechinar de dientes tras varios capítulos de chistes ridículos.

- Los villanos son poderosos. Sí, cierto que los buenos siguen "barriendo el suelo" con los stormtroopers, pero ahora ganan escapando. Los villanos son inasequibles en combate directo salvo uniendo fuerzas todos, y aún así, finalmente hay que tocar la retirada. La diferencia no es muy apreciable (siempre tienen ese aspecto de victoria contra todo pronóstico) pero aún así, se agradece bastante. Ver a Grievous o al conde Dooku hacer el ridículo una y otra vez empezaba a ser absurdo, los degradaba como villanos. Hablando de eso, no se desgasta a Vader, como todos esperábamos. Aún ni siquiera ha hecho acto de aparición, prometiendo que cuando lo haga, será importante.

- Pocos sables láser. Se suponía que los Jedi eran pocos y excepcionales. Pero en la segunda trilogía y en Clone Wars no paramos de ver espadas láser por todas partes. Los jedi las usan hasta para untar la mantequilla... o quizá para encender candelabros XD. El caso es, que llegó un punto en que se frivolizó la espada láser. Las luchas eran continuas y constantes, y se perdía un elemento clave en Star Wars: El elemento western. Aquí se recupera. Incluso un jedi renegado no puede andar dando palos con el sable láser, debe ocultar su identidad. No veréis muchas y numerosas batallas de espada láser, pero la verdad, la que ha habido, ha sido bastante disfrutable.

Mi conclusión: No esperéis una revolución, porque no es nada de eso. Es menos infantil que Clone Wars, pero eso no era complicado. Realmente no hay tanta diferencia. Se trata con más respeto a las figuras icónicas de Star Wars (ha tenido que venir Disney a reivindicar el valor de los mitos creados por George Lucas, que él mismo se empeñó en intentar destrozar una y otra vez). Básicamente, vuelve al origen de lo que hizo grande a Star Wars, pero de manera suave, intentando llevar consigo a los nuevos fans. Corrige los errores (desde el punto de vista de muchos de nosotros) que cometió George Lucas en los últimos años sin intentar mostrar una sensación de ruptura. Si miras el trasfondo de lo que se ha intentado, es brillante el logro. Aunque mirado superficialmente, sobre todo para aquellos a los que Star Wars nunca les ha gustado demasiado, les parecerá más de lo mismo.

Esta serie es mucho más completa y redonda que la previa, pero sólo en base a los pocos capítulos que lleva emitidos. Para quien esté barajando si merece la pena darle una oportunidad, ¡hacedlo! Si sois fans del universo Star Wars, no os la perdáis. Habla muy bien del futuro que espera a la saga en manos de Disney. Veremos cómo cambio esta opinión cuando salgan las películas XD

He venido preparado para ver las terribles críticas de la prensa y sin embargo, me encuentro con una actitud de recomendación casi generalizada. Un sinsentido que se añade a los de la película, que está plagada de ellos. Y es que el mensaje de empoderamiento femenino domina el buen juicio de los supuestos periodistas o columnistas, y es más fuerte que su sentido de la honestidad.

Mensaje de empoderamiento femenino que por cierto, está envenenado, completamente corrompido. Mulán en esta película es Neo desde el principio. Ver a la niña hacer malabares con la vara como si fuera un power ranger es algo difícil de tragar para alguien mayor de diez años. Básicamente tiene el "chi" (ki, a lo dragon ball, y funciona igual, quien lo tiene hace lo que le da la gana, justifica fuerza, agilidad y magias). Dicen algunos que después de todo aún va al campo de entrenamiento y se forma como guerrera, pero ni eso se sostiene: Su verdadera fuerza la revela cuando deja a un lado su adiestramiento y la armadura de su abuelo y empieza a usar el chi, peleando en camisón a lo Legolas. Literalmente a lo Legolas.

De acuerdo, concluiréis que la película es para niños y que no debería juzgarla con tanta dureza, ¿verdad? Han eliminado las canciones de la anterior versión de Disney, a Mushu y a Cricket aunque han dejado alguna patética referencia en forma de personaje. El tono general de la película es mortalmente serio. Serio, monótono, plano. No es para niños, algunos niños se dormirán viéndola. Ni para niños, ni para adultos. Un sinsentido.

Y luego los agujeros de guión y absurdos de cada escena. Cosas como ver a un arquero disparar una flecha. Una hechicera se convierte en pájaro al verlo (halcón) y de algún modo, en un margen de unos pocos metros, adelanta a la flecha. Los halcones son rápidos pero tienen que coger esa velocidad a una determinada altura, no se teletransportan.

Además, faltan escenas clave. Si has visto la anterior versión de Disney, podrás rellenar los huecos, si no, te quedarás un poco desconcertado por ciertas transiciones y explicaciones ausentes. Hay personajes de relleno completamente intrascendentes, como la hermana de Mulán, un cero a la izquierda que no pinta nada en toda la película.

La película fracasa en todo lo que se propone. Ni es más realista, ni es más empoderadora para la mujer, ni es más emocionante, ni más divertida, ni nada de nada. Hasta los villanos son un sinsentido, se han inventado una tribu inexistente. ¿Por qué? China ha sufrido amenazas de tribus bárbaras reales, algunas tan peligrosas como los mongoles o los hunos. ¿Por qué inventarse una tribu artificial?

Para ser aséptica. Esta película es la definición de lo políticamente correcto. Las escenas de acción ridículas están de moda en China. Ambas cosas combinadas me dicen que esta película ha sido diseñada para el gobierno chino, para ser vendida en China, donde cosas como los fantasmas son censurados (por eso no veréis a los ancestros de Mulán tampoco). Es todo tan brillante, liso, llano, simple, que encaja muy bien con los tiempos de estupidez en que vivimos.

Claro, dadle un sobresaliente, periodistas de cartulina. Súper recomendada, para cerebros blanditos. Madre mía, qué 2020 llevamos...

MI VALORACIÓN RESPONDE A LA DIRECCIÓN DE LOS SIMPSON. No a sus magníficas primeras temporadas, sino a su decadencia. Dicho eso, empiezo...

Todo el mundo conoce a los Simpson. Sabemos que empezaron una era televisiva, y son la representación del cambio social que se produjo desde principios de los noventa hasta la primera década del siglo XXI. Los Simpson es la obra artística que mejor muestra ese fenómeno, de dónde venimos y cómo hemos venido a parar aquí. Sólo hace falta prestar atención a lo que aparece en pantalla... y a lo que se omite.

Pero no vayamos tan lejos como para hacer un análisis social y antropológico mirando la serie. Intentemos ver la calidad real de los Simpson, como serie de humor y crítica social. Y es en este punto cuando una persona sensata se detiene y se rasca la cabeza. Los simpson simplemente han pasado por demasiadas fases, por demasiadas temporadas, por demasiadas "eras". Van 27 temporadas, nada menos.

Comenzaron con más inocencia de la que tienen ahora, eso está claro. Sus capítulos eran sin embargo, más redondos. Contenían humor, contenían crítica, y contenían sentimientos. Sí, sentimientos. Hay momentos muy emotivos en los Simpson. Y tras unas pocas temporadas cogiendo fuerza, esta mezcla se perfeccionó. Era un equilibrio perfecto de una serie con la que no podías dejar de reír, que al mismo tiempo te hacía pensar y replantearte cosas, y en ocasiones te conmovía.

Ese equilibrio delicado se mantenía merced a unas condiciones que no podían durar. Mientras la Fox daba un virazo hacia una izquierda más agresiva, los Simpson cambiaban su cantinela por una mucho menos conmovedora. Comenzaron a aparecer las moralinas superficiales de la moda del momento, casi siempre materializadas en la cara de Lisa Simpson, que dejó de ser una niña para ser la voz del estudio. Soy honesto. He llegado a odiar a Lisa Simpson. Pero eso no es tan grave como lo que viene a continuación.

Los Simpson perdieron la gracia. Las series, como las cuentas de youtube o la tierra, funcionan también por inercia. La inercia es importante. Cuando un fenómeno es lo bastante grande, se mantiene por sí mismo en movimiento. Lo que se mueve, tiende a seguir moviéndose. Los Simpson eran tan enormes que no necesitaban calidad para medrar. La gente estaba más que dispuesta a tragarse todo lo que saliera de la serie. Había una predisposición a amarlos.

Y la calidad se fue al garete. Ya no importaban las tramas, se burlaban de ellas en los mismos episodios. Ni las emociones. Era el absurdo al máximo, salvo para la moralina de turno. Y la directiva afirmaba que "la calidad no ha disminuido ni un ápice". Si pudiérais oír las risas en mi casa, sabríais que no es cierto. Los capítulos antiguos provocan carcajadas. Con los nuevos, silencio. Y a veces algún colega te pide "joder, qué coñazo, mira a ver si ponen otra cosa". Duele. Pero le entiendo, y cambio de canal. Algunos episodios llegan a ser insoportables.

Las cosas cambian un poco en las últimas temporadas. Parece que por fin hay autocrítica. Se percibe una vuelta a los orígenes, pero tras destruir las historias de sus personajes y rehacerlas (ya no sé cuál es la versión canónica del pasado de Marge y Homer, pues lo rehicieron destruyendo algunos capítulos LE-GEN-DA-RIOS de la serie),ya es demasiado tarde. Los Simpson ha sido una serie bandera de Fox, y ha sido duramente pisoteada por ellos también.

Sólo queda recordar lo que fue y esperar que sepan darle un final a la altura de su leyenda. Espero que sea pronto.