Normalmente este tipo de películas alemanas de sobremesa generan interés turístico por los maravillosos paisajes, la vida acogedora y tranquila del campo. Los protagonistas huyen de complicadas vidas en Berlín, Munich, Hamburgo y encuentran la felicidad regentando una casa rural o una panadería en el campo.
En esta película sin embargo dan ganas de no volver al campo austríaco nunca más. ¡Qué gentuza vive allí! Lo cual casa perfectamente con mi experiencia turística en ese país.

... pero no los dos a la vez. El personaje del rey Enrique V (Hal para Shakespeare) queda interesante, poco más, simplificando su lucha interior que centra la obra clásica. El rol de Carlos el Loco apenas se deja entrever, siendo sacrificado a cambio de un muy poco interesante Pattinson como el Delfín de Francia. Es una pena que no se desarrollen personajes históricos tan jugosos como los citados, o los nobles ingleses que aparecen como comparsas o el Duque de Orleans que ni siquiera aparece en la narración.

A cambio de esas carencias, la narración nos conduce a Agincourt, batalla épica y clave en la Guerra de los 100 años, y pone toda la carne en el asador en su desarrollo.

todas las novelas de Lemaitre que he leído me han causado desazón. Es un maestro del miedo y la inquietud. Narra tramas brutales que llevan al protagonista a sufrimientos extremos (apunten "Vestido de Novia").

Mientras leía "Recursos Inhumanos" (Cadres Noirs) me iba cabreando página a página. El guionista de la serie ha hecho el argumento más digerible y ha dibujado un protagonista inesperado, físicamente más potente, con más capacidad dramática. Eric Cantoná lo borda. Sensacional.
Por lo demás, el formato de seis episodios es adecuado para desarrollar el argumento. Hubieran valido tres o cuatro, pero me parece correcto. En resumen, un gran entretenimiento. Enhorabuena al director Ziad Doueiri.

Siempre que tengo que poner un ejemplo de película absurda, ésta en particular me viene a la cabeza. Si Linch quiso hacer un homenaje al surrealismo daliniano, qué lo diga, y tendrá un pase, pero es que encima eligió a uno de los peores actores como protagonista. Ese Love me Tender me hizo abominar la canción de Elvis por años. No te lo perdonaré nunca, David.

"Ciencia-Ficción de EGB con envoltorio de Oxford", decía el crítico de Cinemanía.
Un futuro distópico, dividido entre clases sociales. Un futuro de desigualdades basadas en la capacidad monetaria para tener hijos más capaces gracias a la selección genética. En el centro del guión, la superación individual, la resignación, la piedad. Todo humano en un mundo deshumanizado. Gran película.