Muy completa, (y por desgracia demasiado desconocida) película. Encantadora, maravillosa, un romance imposible, una realidad cruda. Unas pizcas de comedia, grandes dosis de sensibilidad y buenas porciones de inocencia y romanticismo puro, de ese que no cruza la fina línea de la cursilería.
Grace Kelly parece etérea, superior, aunque sin saberlo ni pretenderlo, a los demás mortales, con una elegancia sublime: Es el perfecto cisne que todos observamos admirados desde la orilla, como algo extraordinario que sin embargo es lo normal para él.
Un detalle: Para acentuar la pureza, inocencia y etereidad de Grace, todo su vestuario es de color blanco.
El reparto, la ambientación, el vestuario, todo cuidado hasta el más mínimo detalle. Fabuloso Alec Guiness, y Louis Jourdan, que da la réplica perfecta a Alejandra (Grace), y ésta, como digo en el título, está simplemente regia.

Si, la película son ellos, es divertida, ingeniosa, y ellos… son ellos.
Ladrones auténticos, si, de esos que incluso se roban los unos a los otros…

La primera parte de la película (un sobresaliente), se merecía una segunda a su altura, (y tenemos un notable, no es para quejarse) ¿se podían haber ahorrado algo de guerra? Quizás, pero era 1941, tal vez no pudieron “evitarlo”.
De cualquier forma, es una buena película con dos estrellas con mucha química entre sí.
La película son Clark y Rosalind, Gable y Russell
Merece la pena verla. Que no les engañe el suficiente en la nota… es mucho más

He encontrado otro tesoro escondido. Ejemplo de la comedia divertida, de las que te ríes a carcajadas, una maravilla que sabes que vas a ver muchas veces, y de las que no quieres que se acaben.

Los dos protagonistas hacen un tándem perfecto. Las escenas del supuesto “mayordomo”, interactuando con Roland Young son cuando menos hilarantes.

Terrible la ausencia de servicio en Washington, tanta que con tal de tener criados, los ricos de turno pueden hacerles sentir como los señores de la casa. Una novia espantosa, un padre harto de ella, un prometido -mayordomo y una chica que puede con todo.

Joya del cine clásico sencillamente fantástica, tanto como por desgracia desconocida. Ríanse, el espéctáculo está servido

Buena película. Mejor actor. No es la primera vez que Kevin Kline encarna a un maestro (véase In&Out), pero este monstruo interpretativo, igual nos hace reir que nos hace llorar, o nos emociona llegándonos a lo más profundo. La idea de Justicia, de rectitud, de valores que transmite la película, mediante este profesor, es lo mejor de todo. Sin valores, no hay nada, por modernos que seamos... hay cosas que no pasarán de moda jamás, igual que ocurre con Platón, Sócrates, Cicerón. También destacar maravillosas citas en esta película, como la que termina diciendo... Todo es superable, pero "la estupidez es para siempre".

Vaya trío, si prometían, pero ver en acción a Colbert, Melvyn y Young es indescriptible. Curioso que la traducción en español sea “La encontré en París”, cuando el título es “Le encontre en París”.

Dejando aparte esta curiosidad, ya que debería llamarse algo como Desventuras en el amor y en la nieve, la película no puede ser más divertida, Claudette borda su papel, y a veces da pena, ya que los personajes masculinos que tiene alrededor, el “prometido” que se queda en América, el “pretendiente” y la “carabina” (véase que todos van entrecomillados), son de exposición.

Se puede decir mucho más, pero lo mejor es verla. Si les pasa como a mí, les espera un rato inolvidable que querrán repetir.
Maravillosa.