Nos la vendieron como; "Los chicos de Beverly Hills 90210 ya han crecido". ¿Crecido en que? Desde luego que poca desfachatez. La misma mierda que su predecesora, lo único que con más sexo, más tias putas, y mas cabestros por metro cuadrado que la anterior. Era verla por la tele, y ahogarme de las arcadas. Las interpretaciones horripilantes.

Y lo puedo asegurar. Cinco años despues de la aparición de esta serie, "hito" en la televisión moderna, por el uso del "Stop Motion", usado por primera vez por la ILM para los efectos de los AT-AT de "El Imperio Contraataca", me fuí a Los Angeles de vacaciones. Aún recuerdo lo éxcitado que estába, el día en que la guía nos llevó a ver las fabulosas playas californianas, Malibú, Venice Beach, etc... En mi cabeza, sólo pasaban las imagenes de las increibles jamonas que tanto habíamos disfrutados todos en la serie. Cual fue mi sorpresa y decepción, al comprobar que de la pantalla a la realidad había un trecho mas largo que el que hay desde Tatooine hasta Coruscant. Las vigilantes de la playa "autenticas" eran unos cardos, gordas, retacas, y más feas que Díos. Cualquier parecido con las jamonas de la serie.... lo dicho, pura ciencia ficción. O sea, que he querido aprobechar este espacio de mi crítica, para comentar algo que aún no he leído sobre esta aterradora verdad, la ficción supera a la realidad. Por cierto, sobre la serie, pues era una porquería.

Iba a empezar esta mi primera crítica diciendo que salí del cine con una sensación mitad pena y mitad rabia después de ver “Brokeback Mountain”. Pero no sería del todo sincero si lo hiciera, ya que realmente la sensación de rabia superó a la de pena. No tengo problemas en confesarme parte del grupo de los que la fuimos a ver con grandes expectativas y anhelos. Y tampoco tengo problemas en admitir que no soy un gran fan de Ang Lee, ni siquiera que aún no me he leído el libro. Pero creo que una cosa no quita a la otra, y es por eso que tengo que decir que para mi “Brokeback Mountain” es la película que pudo ser y no fue.

Coincido con varias de las opiniones aquí ya vertidas, acerca de lo austera, sosa, y a ratos aburrida que me pareció la película. Ya que salí del cine pensando exactamente eso mismo. Asimismo algunas de sus escenas me parecieron interminables y baldías.
También coincido, en que quizás si no es el principal problema de la película, si es uno de los más importantes, es que no transmite, que no llega al espectador. Esa falta de expresión de sentimientos hace que la contemples desde un punto de vista frío y distante. Como puede pretender su director que nos identifiquemos, o aún mas, amemos a unos personajes así.
Si, ya se que se ha hablado mucho de que esta es una de esas películas que sin decir nada ya lo están diciendo todo, o en las cuales una imagen vale mas que mil palabras. Pero lo siento mucho, muy a mi pesar, nunca me ha gustado esa clase del llamado buen cine. Ya que la realidad es que hubiera querido poder emocionarme y quizás hasta haber llorado arropado por el anonimato que proporcionan la oscuridad de las salas de cine. Y haber salido de la misma afectado por una historia de amor, que es en verdad maravillosa e intemporal. Pero no fue así, y hoy mientras escribo estas líneas me lamento profundamente por ello. Aún así, y haciendo un uso reiterado del sabio consejo que dice que a veces debemos darle una segunda oportunidad a las cosas, me he propuesto volver a verla desde que esté disponible en el mercado del dvd. Asimismo, también espero en breve poder comprar y leer el relato corto en la cual está basada. Ya que aún me niego a aceptar del todo, que la que podría haber sido una de las grandes películas de la historia del cine, y maravillosa historia de amor de todos los tiempos, pueda llegar finalmente por terminar borrándose de mi memoria.

No quiero finalizar sin embargo esta mi primera crítica sin dar un fuerte aplauso a sus dos magníficos protagonistas, (no es culpa suya la frialdad de la película), y otro gran aplauso a su compositor que con una melodía bastante simple pero tremendamente efectista, ha sabido crear no solo una completa banda sonora, sino un irremplazable vehículo que nos transporta directamente a esas magnificas montañas.
Yo volveré a Brokeback Mountain.

Quien no se acuerda de los infumables hermanos pijos y vomitívos de Brenda y Brando. En esos años solían decir que ellos eran el ideal de la juventud americana. Y ejemplo para el resto del mundo. Con su modo de vida perfecto, sus familias perfectas, su barrio perfecto, y su instituto perfecto. Bueno, todo y todos eran perfectos. La verdad, nunca me gustaron un carajo. Y desde el principio los aborrecí mas que al potaje de espinacas. Que asquito de niños pijos bien. Y el Brando me daba tanta grima, que incluso a partir de ahí, me empecé a afeitar hasta las orejas para quitarme las patillas. Y hasta la fecha nunca mas me las he dejado crecer. Total, una auténtica parida de serie de lo mas vomitíva y repelente. Sólo recordar los títulos de crédito con aquellas sonrisas profiden y aquella música estridente, me pone a parir.
No aportó nada nuevo a la industria del cine o la televisión. Tan sólo muchos beneficios para sus creadores y protagonistas. Pero el tiempo, como casí siempre, nos dá la razón. ¿Donde estan todos esos petardos hoy en día, veintisiete años despues? Pues la mitad en la clínica de desintoxicación Betty Ford, y la otra mitad en alguna otra similar de cirujía estética en alguna parte de Beverly Hills... Que os den niños pijos.

Si, muy negro futuro le auguro yo a Gil Junger el director de esta película por llamarla de algún modo. No me explico como pudo hacer semejante bodrio, y eso que su anterior film “10 Things I Hate About You”, no estuvo del todo mal.
Y encima con un presupuesto de alrededor de cincuenta millones de dólares. Pero es que están locos estos americanos, como se puede tirar el dinero de semejante manera. Como no le dieran cuarenta y nueve millones a Martin Lawrence de sueldo y con el resto del dinero montaron semejante fregao, esto es que no puede tener otra explicación.

Me intentaré explicar, pero muy brevemente porque la cosa no da para más; las localizaciones, decorados, vestuario, música, fotografía, guión, interpretaciones, por llamar a eso de alguna manera, todo brilla por su ausencia. Martin Lawrence actúa como si estuviera en una de esas estupidas galas de la Mtv americana. Y los diálogos, Díos mío que diálogos, solo recuerdo de semejante bodrio mis incontenibles carcajadas, viendo la cara de mi hermana a punto de vomitar del horror, Y pensándose a cada momento si irse a la cama ya, o esperar a que esa pesadilla sin pies ni cabeza terminase. La verdad es que no podré negar que si de reírse se trataba, la película al menos conmigo lo consiguió. Lo terrible del asunto, es que me riera tanto de ella y no con ella como se supone que debía de haber sido su finalidad.
Señor espero que nunca hagan una segunda parte de esto.