El Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Sitges ha servido como carta de presentación de la ópera prima de Oriol Paulo, 'El cuerpo', que además ha inaugurado la edición 2012. Un thriller psicológico que cuenta con la misma producción de ‘El Orfanato’ y ‘Los ojos de Julia’ y la misma protagonista: Belén Rueda que se ha convertido ya en toda una veterana del género fantástico.

En ésta última, Rueda interpreta a Mayka, una mujer poderosa y a la vez insegura cuyo cadáver desaparece de la morgue sin dejar ni rastro. A partir de aquí, el joven Oriol Paulo traza de forma firme y segura una historia que te atrapa desde el primer momento y que mantiene la intriga durante las poco menos de 2 horas de largometraje. Todo ello, con unas interpretaciones igualmente brillantes de Hugo Silva (el joven e infiel marido de Mayka), la sorprendente Aura Garrido (la amante) y un caracterizado de manera curiosa José Coronado (como el inspector Jaime Peña y a quien, por cierto, veremos próximamente en una nueva película del género, el trabajo apocalíptico de los hermanos Pastor ‘Los últimos días’).

A través de flashbacks bien ejecutados poco a poco Paulo nos desgrana la historia tormentosa de los protagonistas. Eso sí, siempre jugando con el espectador con planos subjetivos que aumentan esa sensación de incertidumbre sobre qué es lo que realmente está pasando pero también con los reflejos que están presentes a lo largo del film, ya sea a través de un espejo o el agua. Elementos que dejan entrever lo que ya avanzaba Coronado en la presentación de la película: “Nada es lo que parece”. ¿Thriller? ¿Ciencia ficción? La dicotomía no se resuelve hasta los últimos minutos.

Tim Burton vuelve al cine de animación con Frankenweenie, basado en el corto del mismo título que el mismo director realizó en 1984, y ahora reconvertido en largometraje emocionante, divertido y, una vez más, mágico.

Burton desentierra la conmovedora historia del joven Victor Frankenstein, cuyo perro Sparky muere en un accidente y decide revivirlo. Aunque intentará ocultarlo del resto del pueblo es descubierto por sus compañeros de escuela que, a su vez, comenzarán a crear sus propios monstruos. Todo un homenaje a los grandes iconos del cine del terror (desde los clásicos de Universal hasta guiños y aluciones a algunas más recientes como ‘Gremlins’ o ‘Jurassic Park’).

Estética impecable, gran trabajo en el stop-motion y una excelente nueva colaboración de Danny Elfman en la banda sonora, ‘Frankenweenie’ es además un símbolo de la reconciliación de Tim Burton con Disney después que lo despidiera hace 28 años al considerar el corto original “demasiado terrorífico”…

Martin McDonagh, ganador del Oscar por su primer corto ‘Six Shooter’ en 2006 y nominado por su largometraje ‘In Bruges’ ha presentado su tercer film ‘Seven Psychopaths’, una comedia hilarante repleta de humor negro, mafiosos y algún que otro tiroteo que puede recordar tanto a Guy Ritchie como a Quentin Tarantino.

Marty (Collin Farrell) es un guionista alcohólico que quiere hacer una película sobre psicópatas. Para ello cuenta con su mejor amigo: el excéntrico Billy (Sam Rockwell), un actor en paro, que con Hans (Christopher Walken) se dedica a secuestrar perros para luego cobrar una suma importante de dinero por recuperarlos. Así arranca esta hilarante historia que se complica cuando una de las mascotas resulta ser del peligroso mafioso Charlie (Woody Harrelson) que hará lo que sea necesario para encontrar a su ShihTzu, Bonny.

Aparte de estas actuaciones estelares, McDonagh también cuenta con el impresionante músico y actor Tom Waits, Abbie Cronish (Sucker Punch), Harry Dean Stanton (The Godfather) o la ‘precious’ Gabourey Sidibe.

‘Seven Psychopaths’ es una mezcla de géneros (desde la comedia, pasando por el drama e incluso el thriller) que además cuenta con guión sólido que mantiene el ritmo hasta el apoteósico final. Un final que, por cierto, no acaba hasta después de los primeros créditos.

De momento, sin fecha de estreno en nuestro país (en Reino Unido será el 7 de diciembre) será sin duda una de las imprescindibles de las próximas Navidades.

¿Era necesario reiniciar la saga? Puede ser, ya que han pasado tan sólo 5 años desde el malogrado cierre de la trilogía Raimi, pero aún así esta primera entrega de las aventuras del héroe arácnido, a cargo de Marc Webb -(500) Days of Summer-, tiene algo que no acababan de conseguir las anteriores: EMOCIÓN (algo ya nos adelantaba el título de este reboot). Todo ello con una historia totalmente nueva en la que no hay sensación de dejavú (excepto algunas escenas inevitables como la muerte del tío Ben) y que es entretenida de principio a fin.

A pesar de su duración, poco más de dos horas, no se hace pesada sino que mantiene el interés con dos personajes que distan, y con diferencia, de las anteriores entregas. Andrew Garfield se ve muy natural y a gusto con su papel (y más convincente –todo sea dicho) así como Emma Stone, pese a los pocos momentos que aparece en pantalla. De hecho, la química que hay entre ambos, (que me aspen) pero es más creíble que la pareja Maguire-Dunst. Por lo contrario, el villano: el Lagarto interpretado por Rhys Ifans, se ve correcto pero no acaba de tener el carisma del Duende Verde o el Doctor Octopus.

Por último, cabe destacar los impresionantes efectos especiales. Aunque poco aprovechados para su visionado en 3D (a excepción de la escena final –como es habitual) consiguen introducirte, aún más, en la piel del personaje. En definitiva, estamos ante un reinicio más que notable de la saga y que abre el apetito a ver más de esta nueva versión del que es uno de mis superhéroes preferidos.

PD. Imprescindible verla en VO (sobre todo tras comprobar el horrible doblaje en castellano del trailer).
PD2. Hay una escena (que no acaba de aportar mucho) tras los créditos.

Ésta es una de las citas de la novela homónima de Don DeLillo y que resume la adaptación de David Cronenberg de 'Cosmopolis'. Una crítica al capitalismo (personificado por un sorprendentemente más que correcto Robert Pattinson) y una reflexión sobre la autodestrucción del individuo. Todo ello acompañado de una impecable atmósfera y fotografía pero con un discurso narrativo muy complejo que hasta necesitaría de un segundo visionado para admirarlo en todo su esplendor. De hecho, horas después de escribir la primera versión de esta crítica y profundizar en todos los aspectos que propone Cronenberg, es casi una obligación actualizarla.

Eric Packer (Pattinson) viaja en su limusina cruzando toda Nueva York, en medio de una protesta anarquista, para cortarse el pelo. A lo largo del día, van apareciendo varias personas relacionadas con Packer que ofrecen varias lecturas sobre la sociedad actual. Monólogos críticos muy interesantes pero que siguen un mismo patrón: aparece un personaje, se produce una profunda “conversación” y desaparece. En resumen, personas que van deambulando, una tras otra, sin el silencio necesario para poder asimilar los debates que se plantean y que además tejen un discurso que, aparentemente, después carece de toda coherencia para la trama.

Un silencio que en cambio sí se siente en la atmósfera que envuelve la totalidad del film: durante la primera parte en la claustrofóbica limousina de Packer (que además sirve para simbolizar la burbuja en la que vive el personaje cual caverna de Platón y en la que sólo es consciente del mundo a través de las ventanas del vehículo y lo que le comentan las personas que lo visitan); y la segunda parte cuando decide salir al exterior y enfrentarse a la realidad por sí mismo. Una realidad igualmente oscura como los cristales tintados del vehículo en el que viajaba y donde se encontrará a su némesis Benno Levin: un brillante Paul Giamatti, que personifica la Anarquía y que domina la escena final a la perfección. Atención a los últimos diez minutos: quizás agonizantes (algún disparo consigue despertarte si es que no has abandonado la sala -o en este caso el sofá- antes de que acabe) pero con un final que sólo se puede calificar de excelente.