¿Por donde empezar? :

Si estás siquiera planteándote ver esta película por propia voluntad y no con la excusa de un hijo o un sobrino significa que por muy cinéfilo que seas siempre dedicas una pequeña, minúscula o puede que ingente porción de tu afición por el cine a estos productos de los que no esperar nada que no sea un mero entretenimiento visual. Con ese chip pero también en compañía de mi sobrino fui a ver estas nuevas Tortugas Ninja sin información previa alguna. Ver a Megan Fox fue mi primera sorpresa, muy apropiada para un producto como este, argumentalmente plano y hecho exclusivamente para los ojos (podrías ver la película sin sonido y la entenderías perfectamente). La exuberante morena encaja perfectamente ofreciéndonos una interpretación al mismo nivel que sus compañeros de reparto digitales, cualquier día de estos nos la cambian por píxeles y cromas y nos quedamos tan contentos, y que conste que Megan Fox no me desagrada y estaba muy bien en el capitulo 12 de la primera temporada de Dos Hombre y Medio.

Acción y Humor:

En el plano estrictamente visual estas nuevas tortugas están muy logradas y recuerdan a la adaptación de principios de los noventa, ahora obviamente mas expresivas y espectaculares. Me gustó que las diferenciaran no solo por sus armas y colores, únicos detalles distintivos en la serie animada y cinematográfica anteriores. Ahora cada una tiene estatura y complexión diferentes, desde el cerebrito Donatello que nos lo presentan como el mas alto y desgarbado hasta Rafael, enorme y musculoso acorde con su pose de duro. El humor y los chistes fáciles no molestan, son menos abundantes de los que cabría esperar y corren casi siempre a cargo de Michelangelo. Al respecto y sin hacer "spoiler" resaltaré la escena del ascensor, breve pero muy cómica y fresca hasta el punto de ser uno de los momentos cumbres, yo me reí bastante la verdad. Se echa incluso de menos más gags y escenas como esa ya que no olvidemos es un producto enfocado a divertir y sobretodo al público infantil. Sabemos que no habrá intriga ni suspense, ni drama ni argumento. Lo único que se espera es acción y un humor que aquí está demasiado repartido y en general es simplón y repetitivo. La acción ya es otra cosa y no nos podemos quejar. Hasta el maestro Splinter nos ofrece una escena de lucha muy digna. No faltarán los efectos especiales algo saturados en algunos compases de la película pero que nadie se olvide a que a eso vamos cuando nos metemos en la sala, a destacar también la persecución a modo de slalom gigante, tan exageradamente increíble como espectacular. La obligada batalla final no está al nivel y a ello contribuye un Schredder que parece una mezcla entre un caballero del zodiaco, una navaja suiza y un transformer, quizá el personaje que menos me gustó. En general la película entretiene sin más siendo irregular pero salpicada de momentos vistosamente efectivos. Los niños se divertirán sin que sea su peli favorita, le falta un poco de encanto, un poco de caña, un poco de diversión, le falta un poco de todo. Si le quitas diez minutos no hubiera pasado nada pero si se los pones te empezarías a aburrir, algo muy en la línea de las películas de Michael Bay que aquí aparece en la producción pero dejando su inconfundible huella, con un Liebesman en la dirección que en mi opinión y hasta la fecha solo ha demostrado técnica para la acción y poco más.

En resumen...

No esperes que las Tortugas Ninja te aporten nada en lo cinematográfico, tampoco lo hará si compras la entrada con nostalgia treintañera, plana en general, vacía, una película como dije antes y aunque suene obvio para ver solo con los ojos, carente de artificio para los niños y de encanto para los mayores. Un producto entretenido en conjunto pero acercándose demasiado a los límites de empezar a no serlo.

Lo que en principio se adivina como una serie de ciencia ficción con un punto de partida intenso en la desaparición inexplicable y súbita del 2% de la población mundial, muy pronto nos deja ver que mas allá de los misterios por los que nos hará navegar esta historia para descubrir el por qué de este hecho, lo que nos enganchará serán los personajes que despiertan en nosotros la necesidad de saber más sobre ellos, no sobre lo que sienten y sí por qué lo sienten. Un aura gris lo tiñe todo sin resultar pesada, tristeza, melancolía, desesperación, incomprensión, culpabilidad... El mundo ha cambiado porque todos han perdido a alguien y se enfrentan a ello desde la negación, la responsabilidad, la desesperación, la espiritualidad o simplemente la indiferencia. Y mientras en ese ritmo sosegado y sutil que sin embargo nos muestra de manera vertiginosa lo complejo de cada personaje, no dejamos de tener la sensación de que algo va a pasar, ya que la ausencia de pistas sobre lo que ha sucedido está sin embargo rodeada de consecutivos descubrimientos personales, a veces luminosos y otras tantas oscuros y perturbadores. El espectador agradece estar perdido, le inquieta caminar tan a ciegas como los personajes que luchan cada día por entender este nuevo mundo nacido de una inexplicable tragedia mundial que servirá de germen para la proliferación de sectas, salvadores y elegidos. Pero The Leftovers no puede alimentarse solo de estas riquezas unipersonales. Tarde o temprano debe darnos alguna respuesta general o hará que nos desorientemos tanto como los protagonistas en los que tan acertadamente nos sumergimos en cada capítulo, pero cuyo dolor, miedo e incertidumbre también son finitos en la narración. En resumen The Leftovers no es una serie convencional de intrigas menores que alargarán un argumento que se resume en una frase, es más un retrato de sentimiento y desesperación surgido de un acontecimiento tan dramático como asombroso del que en todo momento queremos saber y que sin embargo no alcanzamos siquiera a vislumbrar, adentrándonos en lo profundo de cada personaje y haciendo de sus emociones el hilo que debemos seguir para avanzar en la historia. Calmada pero intensa, sutil pero inquietante, una serie que crece desde sus personajes hacia un argumento oscuro en todos los sentidos.