Algún tarado decía al salir del cine que con esta película, los señores Spielberg y Lucas, se confirmaban como los creadores del frikismo cinematogáfico. Yo les digo ¡No!.

Dos horas de situaciones inverosímiles que nada tienen que ver con las otras tres entregas, espectaculares, si, pero creíbles a fin de cuentas.

Un viejo Indy resolviendo situaciones absurdas sin despeinarse que lo llevan a un final que ni siquiera él puede creerse.

Se plantean momentos durante la película de estos que dices:

-Si hacen lo que creo que van a hacer, me salgo del cine-

En fin, más de 100 minutos de venderte una moto disfrazada de mil efectos especiales que pueden dejar boquiabiertos a más de un "comepalomitas", Pero a los que vamos al cine más de tres veces al año, nos salta a la vista que los lumbreras de S y L se han llenado el bolsillo a costa de los que creíamos que prepararían algo con un poco más de... ¿sentido común?

Cabe añadir, que hasta el cartel utilizado para vender la película (por lo menos el de España) puede distinguirse con facilidad en los últimos minutos del film.

Creo que es peor que la última parte de Jurasic Park. Quizás por las ganas que tenía de entrar al cine a verla y las ganas que tuve de que se acabara mientras estaba dentro

Salud, y hasta la próxima.

Increible pero falso propone una buena idea basada con el inicio de la mentira en una sociedad en la que todo el mundo expresa la verdad sin capacidad de expresar aquello que "no es", es decir, que desconoce la existencia de la mentira.

La historia comienza dando importancia a hechos cotidianos (dinero, mujeres, trabajo) y como un ser humano (Mark) que se encuentra de forma fortuita con la capacidad de mentir en una sociedad en la que solo existe la verdad como modo, pasa de desgraciado a triunfador gracias a ésta. El guión termina por centrarse en como, a traves de la mentira, los seres humanos se topan de golpe con la fe divina, la religión y en última instancia con la figura de Dios y todas las controversias y dudas que este "conocimiento" puede plantear.

Podía ser una buena crítica al uso interesado de las religiones y aun más si conocemos la sátira y el sentido del humor con la que Gervais escribe sus guiones ("The Office" o "Extras"), pero la crítica se queda en una justificación a la mentira y como ésta, utilizada con sentido común es capaz de hacer más feliz la realidad.

Por fin salgo del cine satisfecho…

Cisne Negro, Darren Aronofsky.

2011

Del director que nos trajo en el año 2000 la galardonada película Requien for a Dream (Réquiem por un sueño) llega a las pantallas de los cines españoles Cisne Negro, obra que reconoce, a modo de galardones, el fantástico trabajo de Darren Aronofsky. Interpretada por un elenco de actores que haría las delicias de cualquier director holywoodiense (Natalie Portman, Mila Kunis, Vincent Cassel, Barbara Heshey y Winona Ryder) la película del director estadounidense merece las 5 nominaciones a la estatuilla de oro en los Oscars de 2011.
Darren Arnofsky relata la historia de una bailarina, Nini (Natalie Portman) obsesionada por alcanzar el papel principal en la obra El lago de los cisnes. Aronofsky plantea, con acierto, el encuentro del protagonista con su antagonista, representado como contrario físico o como elemento intrapersonal que emerge de uno mismo planteando un conflicto en la personalidad y la interpersonalidad. Este antagonista está representado por el cisne negro representado por Nina y por Lily (Mila Kunis)
En cuanto al discurso, conmueve el uso de los primeros planos y la cámara subjetiva que nos convierte ipso facto en espectadores cercanos, ya no de la película desde nuestras butacas, sino de la danza en primera persona. La cámara en la mano, que en ocasiones puede llegar a confundir, atrapa y nos acerca tanto que llegamos a temer por la fragilidad de la bailarina en numerosos puntos del film.
A un espectacular guión lleno de puntos de giro que llevan al espectador a no saber si presencia la realidad o el punto de vista subjetivo de la protagonista, se suma un cuidado trabajo musical llevado a cabo por el compositor Clint Mansell, quién ya acompañó al director en su opera prima Pi, fe en el caos (1998). Mansell elabora una cuidada banda sonora sobre la base de la conocido ballet El lago de los cisnes, compuesta por Tchaikovski en 1877.
Hago una especial mención al conseguido papel que interpreta la actriz Natalie Portman que, pese a las dificultades que entraña tener que encarnar a una bailarina de ballet profesional, sobresale en su interpretación ante las cámaras y sobre el “escenario”.
Como contrapunto, la película deja muchos cabos sueltos acerca de la problemática que vive la protagonista que, por momentos, nos hace creer en cosas que luego sabemos que no son pero que nunca alcanzamos a tener la certeza de qué son realmente, valga la redundancia. Como espectador asumo la frustración de tener que buscar una explicación a las actitudes de Nina condicionadas, probablemente, por una sobreprotegida infancia al lado de su madre (Barbara Heshey) que no la ha dejado madurar y que la tiene encerrada postergadamente en un cisne “eternamente” blanco.

Parece que a Gervais y a Merchant se les va la acidez cuando se trata de realizar un largometraje.

Como en su Increíble pero falso (2009) la pareja de directores británicos no pasan de una comedia para ver antes de la siesta. La película, llena de clichés, no sorprende en ningún momento. Los "chistes" no arrancan a penas una risa y la historia de amor, que no puede faltar en una película de media tarde, estropea y aburre al espectador que se queda con ganas de ver, por lo menos más tetas y pollas que son, patéticamente, lo más gracioso del film.

La película no coge ritmo en ninguno de sus actos; los personajes vacíos no expresan nada mas, ni hacía atrás ni hacia delante, de lo que muestran en el el relato.

Que pena que una vez más, los éxitos que una vez cosecharon estos dos grandes de la televisión se vea tapado por otra película colorista, típica y apenas graciosa.

Acuso la falta de acidez al pésimo doblaje español, y es que Gervais, doblado, no es Gervais.

Me gusta Iñarritu. Me parece que el uso que hace de la imagen es esquisito. Sin embargo en Biutiful intenta mostrar un mogollón de "realidades" desde un punto de vista cliché. En la piel de Uxbal (Javier Bardem) la película nos muestra el drama de un "buen" hombre que se desenvuelve bajos fondos de una Barcelona bien retratada. El amor conyugal y familiar juegan un papel importante en el desarrollo del personaje, el cual se nos presenta como reconstruido después de una vida pasada llena de dramas.

Iñarritu echa de menos al guionista Guillermo Arriaga, compañero del Mejicano en anteriores producciones como Amores perros, 21 gramos y Babel.

Narrativamente bien planteada, Biutiful plantea una estructura circular empezando por el final (sin que entendamos nada de lo que ocurrirá y sin que tenga realmente nada que ver con nada).

Después de 21 gramos (película que a mi juicio se salva por la estructura y la estética) Biutiful es la peor película del director.

No obstante las 2 horas de metraje emocionan, algo que no es complicado cuando se hace uso de la tragedia social y cercana con la que todos nos sentimos comprometidos desde el sofá de nuestras casas o la butaca de unos multicines.

Javier Bardem, presente en toda la película está excepcional.

La música de Gustavo Santaolalla soberbia aunque facilmente reconocible, lo mismo que en Babel.