Pues si, me he llevado una grata sorpresa con esta película. Comienza pausadamente, sin prisas masticando al espectador el amplio abanico de sensaciones que se va a disponer a vivir. Tan pronto cómo nos queremos dar cuenta nos sumergimos en una historia que podría tener tanto de real como de imaginario y eso es lo que realmente asusta, conmueve y embriaga.

¿Hasta donde llega la necesidad humana que acaba aceptando lo inaceptable? ¿Cómo de retorcida es la mente humana como para sacar jugo de ello?

Este carrusel de preguntas podrían tener su respuesta en el tambor de una pistola.

En fin, una joya de película que va mucho más allá y con gran calidad que cintas que son simplemente sustos, gritos y desmembramientos. 13 Tzameti, urga mucho más dentro de nuestras sensaciones. Acepten el reto y entren en el juego.

Desde el principio puedes observar que te situas ante una película con contenido, que tiene algo que contarte y así lo va haciendo hasta que conforme avanza la historia se te empieza a quedar el regusto de que ya la has vivido en manos de otros directores.

Técnicamente está muy trabajada y eso en parte la hace tener personalidad propia pero vuelvo a repetir que el guion se hace previsible y la forma de contar la trama se me hace constantemente conocido lo que puede llevarte ante la indiferencia de algunos bellos planos.

En definitiva es una película que llena pero no acaba de sorprender especialmente.

Esa palabra me vino a la mente cuando acabé de visualizar esta gran película. En este film se refleja perfectamente lo inhumano que puede llegar a ser el ser humano y como la barrera entre el bien y el mal es tan delgada que solo prepara las circunstancias perfectas para que tu vecino se aproveche de ti y atente a las consecuencias y a las sorpresas que te puede dar ese sujeto con el que te saludas cada mañana en el ascensor.

La película es genial ambientando los sinsabores que hace vivir al espectador y da una bofetada en cada una de las situaciones truculentas que suceden haciéndote llegar a exclamar un ¡venga ya!, eso no puede suceder... pero si, sucedió.

Recomiendo la película a todo aquel que quiera probar una buena dosis de deshumanizante actitud ante la vida para que cuando estemos en esa situación si tengamos algo más que decir y hacer. ¡Adios años 60!