Comentaba Samuel L. Jackson en una entrevista que su película favorita entre las de Quentin Tarantino era "Jackie Brown": una película sobre gente adulta que trata temas de gente adulta. Tarantino decía que de lo que más orgulloso estaba era de su palma de oro por "Pulp Fiction".Consciente del talento creador de Quentin Tarantino, consciente de que sus películas son ya clásicos del cine. Ha escrito lo que para mi son varias de las mejores escenas de la historia del cine: la primera escena de "Malditos Bastardos" es memorable; al igual que aquella escena de "Amor a quemarropa" con Christopher Walken y Dennis Hopper donde hablan que los sicilianos venían de los negros (tu tátara tátara abuela se folló a un negro). Estilo propio siempre identificable, con grandes diálogos y de gran tensión, con gran sentido del humor (nunca entenderé por qué sus películas no son consideradas como comedias) y supuesta "excesiva violencia" no siempre gratuita. Todas estas características se pueden encontrar en toda su filmografía, incluida en "Django Desencadenado", pero esta vez sin enganchar. Sus diálogos no son ya tan buenos ni brillantes, la violencia parece gratuita y evitable en algunos momentos de la peli y la historia, que en principio es muy atractiva y podría dar para mucho más, no se complica demasiado.
Entretenida en algunos momentos , sobre todo al principio, con el gran Christoph Waltz (siempre agradeceré a Tarantino habérnoslo presentado a la gran mayoría), que al igual que en "Malditos Bastardos" (el solo la convierte de gran peli en obra maestra llevándose un merecidísimo óscar) se vuelve a comer la pantalla y salva la película; y en algunos momentos pesa el excesivo metraje y esos diálogos superficiales (recuerdo haber hecho algún esfuerzo para no cerrar los ojos, aunque ésto quizás es culpa mía).Totalmente prescindible Jamie Foxx, Chris Tucker habría resultado igual de creíble, aunque quizás si la hubiese visto en versión original cambiaría de opinión. Destaca también Di Caprio, como casi siempre, y Samuel L. Jackson, del que Tarantino saca siempre lo mejor.
Muy similar a "Malditos Bastardos" sobre todo en la intención y en el estilo, esta vez suena repetitivo y cansino y no tiene la originalidad de la anterior.
Aspecto que destaca como siempre en Tarantino es su banda sonora, salvo cuando se escucha algún tema de Hip-Hop, totalmente fuera de lugar.
Quizás si la hubiese hecho otro director no se consideraría tan buena.

Reconozco que siempre me había costado decidirme y ver "Banderas de nuestros padres", otra película sobre la segunda guerra mundial. Pero estamos hablando de Eastwood, Clint Eastwood, y uno con el paso del tiempo adquiere cierta responsabilidad como espectador. Si es de Clint hay que verla, no te queda otra.

Probablemente mi intuición me lo advertía de antemano.

Floja y aburrida película de este gran creador, autor de grandes obras maestras (“Million Dollar Baby”, “Mystic River” o su inclasificable “Gran Torino”) al que siempre se espera con intriga, pero del cual es inevitable, como puede ocurrir de cualquier cineasta, llevarte alguna que otra decepción.
La historia trata sobre la instrumentación política de la guerra, sobre los falsos y verdaderos héroes, sobre los recuerdos de guerra. Argumento en principio más atractivo que una guerra en sí en la que primarían grandes escenas de acción y efectos especiales. Sin embargo, ya desde el principio uno pierde la confianza en que durante la película vaya a ocurrir algo interesante. Acaba resultando fría, intrascendente, con cierto aire de película de sobremesa de Antena 3 que ninguno de nosotros nos hubiésemos tragado si no supiéramos quién está detrás de la cámara, salvo por supuesto para echar una siestecilla, en el que las escenas parece que se repiten una y otra vez, donde la historia no avanza hacia ningún sitio sencillamente porque a nadie le interesa la historia de una bandera como hilo conductor de una cinta decididamente antibélica, y en la que la intención de su director de evitar el dramatismo de las escenas acaba liquidando la película. Las interpretaciones, por supuesto, tampoco pasarán a la historia. Los soldados se pasean como marionetas por la pantalla de un mitin a otro, todos iguales, nada nuevo, nada especial.
Para un director como Clint Eastwood que ha rodado algunas de las mejores películas de principios de siglo, el resultado es muy pobre.

Vamos a tratar de responder esta pregunta. Se trata de una película de espionaje a nivel familiar donde no importa si las situaciones son creibles o no. Un hombre muere acuchillado en Marruecos y casualmente al morir le revela un secreto al oído de nuestro protagonista de máxima importancia para la seguridad de un alto cargo.
Está bien, esto puede ser que me hubiese pasado a mí cuando estuve en Marrakech, por qué no?
Pero a parte de que éste hecho sea el punto de partida de la historia, a D. Alfred Hitchcock parece que no le importan demasiado el resto de detalles que te hacen decir ¡venga coño!, que parecen más a veces una especie de comedia de espías que una película de intriga seria. Pero:¿Tenemos que dar importancia a estos detalles o simplemente tenemos que dejarnos llevar por el puro entretenimiento, y pensar que simplemente es una película? Yo pensaba que las películas de este reputado director estaban en lo más alto de la historia del cine, cuando vi con la muerte en los talones alguna escena me pareció bastante cómica pero dije ¡que más da! esta película mola y punto. Sin embargo espero que el absurdo no sea una tónica general en el maestro del suspense.
A pesar de todo esto, creo que hay que verla para valorar que tipo de intriga es la que nos va a los que no somos de aquella época, y no castigar a Alfred sin ver el resto de sus films: sería un pecado.

Buen drama callejero que parte de la idea de un rapero minusválido y su amigo negro que quieren montar su propio estudio de música. Para ello tienen que reunir pasta, por lo que "el pequeño buscavidas" y su colega comienzan a hacer trampas para conseguirlo.
La historia es bastante realista sin caer mucho en topicazos, aparecen personajes que todos nos hemos encontrado alguna vez, que se comunican entre ellos en clave "quinqui", con una jerga bastante acertada, mostrando una realidad urbana que muchos no conocemos de cerca pero sabemos que funciona así.
Nuestro pequeño "cuajo"es un tío simpático y de gran fuerza mental, que intenta no hacer un drama de su situación, salvo en aquellas situaciones que son consecuencia de la explosiva relación con su hermano (un acierto),un quinqui un poco infantil también metido en líos constantemente, o cuando no le queda más remedio que dar lecciones a la gente que le acompaña por la pantalla y al que está fuera, haciendo que nos lleguemos a sentir ridículos por nuestras ridículas preocupaciones, cosa que espero no sea uno de los objetivos. El personaje es bastante vivo y peculiar, no dudo del talento de " el langui" , pero no se hasta que punto se interpreta a si mismo, por lo que no sabemos si merece un premio al actor revelación: habrá que verlo en el futuro.