Busquemos unos actores con cierto nombre, engordemos el cartel... Bien, ahora rodemos. No debería llevarnos demasiado, la técnica está ya dominada. Perfecto, vamos bien de tiempo chicos. Demos los úlitmos retoques... y para finalizar utilicemos bien grande el nombre de Frank Miller.

¡Bien! Un buen trabajo chicos, ya tenemos un producto que se venderá solo.
¿La calidad? No, ese no es el punto hoy, estamos en crisis.

Esto no trata en ningún momento de ser una crítica de la película, pues no estamos hablando méramente de un producto cinematográfico sino de una adaptación de un videojuego a la gran pantalla y, le pese a quien le pese, este fenómeno no es más que una extensión del propio videojuego a otro ámbito. El único propósito de esta "crítica" es corregir los comentarios de Kyle Smith.

"Su intento en emular a 'Matrix' con sus balas superlentas (...) es inintencionadamente risible". No es así. Precisamente uno de los hechos que hizo tan famoso el videojuego de Max Payne era que en cualquier momento podías ralentizar el tiempo para disparar y moverte a tu antojo. El llamado tiempo bala o "bullet time". Hacer una película de Max Payne sin introducir este elemento no tendría sentido alguno.

En cuanto a la comparación con Sin City, asumo que es imposible no recordar dicha película cuando ves "Max Payne". Pero es igualmente inevitable pensar en Max Payne sin esa estética tan característica también del propio videojuego. Visualmente no puede decepcionar a ningún fan de la saga.

"Max Payne" es un film perfectamente criticable en muchos aspectos, como por ejemplo en su ritmo. Pero justamente en esos dos apartados, la película debería ser intocable debido a sus antecedentes en forma de videojuegos.

Estúpida, ridícula y totalmente inverosímil. Y no es que estemos precisamente ante una de esas comedias a lo "Scary Movie". Ésta pretende ser una comedia digna, pero se queda en el intento.

El doblaje al castellano corre de la mano de Santiago Segura y Florentino Fernández, dos de nuestros grandes cómicos, y ojalá no tuviéramos que destacar esto como otro de los aspectos negativos de la película. Y es que son dos voces tan características que aunque te pasaras viendo la película una y otra vez durante un día entero no las asociarías a sus personajes. Y eso es algo que impide que te sumerjas (si es que tiene algo de profundidad) en el argumento del film.

Y eso por no hablar de los diálogos... Vacíos y repletos al mismo tiempo de frases ingeniosas, a la par que estúpidas, cuyo único propósito es insultar al otro como si estuviéramos en el patio de recreo de un colegio de primaria.

De cualquier modo, estamos ante un humor intantil y tonto. Quizá a los niños les haga gracia; a mi me dio vergüenza ajena.