Imposible terminar de verla. Prometo que lo intenté, le di la oportunidad al segundo episodio pero ya no más. La pérdida de tiempo no está entre mis planes, muchas cosas que ver y disfrutar. Realmente es increíble que Netflix apoye y compre una producción como esta, sin garantías, sin al menos (y aquí viene la principal crítica) cerciorarse de que los protagonistas sean actores, porque lo de la "actriz" Almudena Amor es realmente un insulto a la profesión de actor. Ni un solo gesto en su cara, ni un solo matiz en su voz, mala dicción, insulsa, en definitiva, una broma que esta persona pueda vivir de esto.
Supongo que es la moda de la "naturalidad", concepto que equivocan con no saber hablar. Hay muchos y grandes actores y actrices en España, ¿porqué no se echa mano de ellos?
En cuanto a la historia, pretenciosa, con un primer planteamiento interesante, que se pierde en la nada más absoluta.

La película me ha parecido buena, pero le he restado un punto por algo que para mí es fundamental y que baja la calidad final del producto de forma notable.
Me refiero al tema de algunos actores, y más concretamente de su interpretación oral. Es indignante que tengas que estar subiendo el volumen a tope y aún así pierdas gran parte del diálogo cuando hablan Noriega, Nawja e incluso Penélope (esta última a trozos).
No me parece que Noriega esté mal en cuanto a expresión corporal, movimientos y demás, pero lo mínimo que se le puede exigir a un protagonista, y más cuando parte de la película es bajo una máscara, es que se le entienda.
Unas clases de vocalización y dicción no habrían venido mal.
Claro que desgraciadamente, este es un problema bastante habitual en un alto porcentaje de actores y actrices españoles.

Por lo demás, interesante reflexión del guión sobre los sueños, la realidad y las distintas dimensiones.

Creemos conocernos pero la vida nos depara siempre sorpresas y estas nos hacen ver parte de nosotros mismos que no hubiéramos imaginado.
Amasijo de emociones que nos acompaña a lo largo de la película, amor, rabia, llanto, pena. Mágicamente llevados por una Isabel Coixet francamente genial e interpretada por unos actores fantásticos que hacen de la mirada un arte de la interpretación.

Vi la película con un afán positivo hacia ella, predispuesto a que me gustara. Las críticas y puntuaciones así me la enfocaban. Diez minutos del film me bastaron para saber qué equivocado estaba. La terminé de ver por si en algún momento se volvían las tornas en una eclosión espacio-tiempo y lo que era negro pasaba a ser blanco, pero fue inútil.
Básicamente desagradable. Puedo entender que haya gente que encuentre morbo en situaciones extrañas, límites, donde la mayoría de la gente no lo encuentra. Me parece, de hecho, algo fascinante como ser humano que tengamos tales diferencias, y doy gracias por que sea así, pero esto... ufff, esto es demasiado. Hacer una película basada en la transgresión de límites sin importar nada más me parece poco ético.
Lo que me pregunto es qué han visto los actores para embarcarse en esta obra.

Me rindo porque últimamente estoy viendo películas como "El viaje de Chihiro", "Ordet", etcétera, que tienen gran puntuación y que a mí, honestamente, me parecen bastante bodrios, especialmente la primera.
Me rindo porque al terminar de ver esta serie me he dado cuenta de que algo raro me pasa. Me encanta el cine, soy actor, he dirigido un cortometraje, me dejo llevar por las historias que me mueven, me hacen reflexionar o simplemente me divierten, pero el hecho de que mucha gente, con todos los respetos del mundo, alaben obras como las antes mencionadas, u otras similares y le den un estatus parecido o superior a lo que yo considero genialidades me hace plantearme que algo falla.
Es verdad que esta serie tiene una puntuación media bastante alta, pero por ejemplo inferior a "El viaje de Chihiro". Ahí es donde viene mi confusión y como consecuencia mi rendición.
Cierto es que esta serie tiene un pequeño bajón a partir de la tercera temporada, razón por la cual no le he dado un 10, pero finalmente remonta de manera espectacular para crear un final lleno de verdad, emoción y sensibilidad.
La familia desestructurada, sin ningún ánimo de final feliz, de historia típica, sino más bien de realidad dura, de lo que nos encontramos en nuestro día a día, hace que sea tremendamente difícil no apegarte a los personajes. A varios o quizá a todos, porque todos tienen partes de nosotros mismos, porque alguna vez seguramente nos hemos visto en situaciones similares, porque hemos sufrido, reído, soñado, temido, amado, reñido y porque la muerte no deja de ser un compañero que va a nuestro lado toda la vida.
Chapeau para estos guionistas, directores, actores que me han hecho vibrar con cada capítulo.
Mención especial aparte merecería el tema del doblaje. Conozco bien el medio, muchos años en él, y me es difícil ser objetivo. Pero siendo defensor del doblaje, he de decir que en este caso, y salvando algunos actores, el doblaje es un ataque a esta obra.
Pero eso es harina de otro costal.