¿Para qué?, no lo neguemos, es la clásica película de asesino traumado desde la infancia por la psico-sádica de su madre y los típicos adolescentes des-adaptados y sexualmente activos que se ven atrapados en un hotel siniestro.

Sweeney Todd es una obra de arte! el escenario, el maquillaje, el vestuario...todo crea sin duda un ambiente hipnótico que te tiene pendiente de cada movimiento.
Las actuaciones sin duda son formidables! Johnny Depp es impecable, simplemente te cautiva!

Una película merecedora al Oscar por mejor actor "Johnny Depp", mejor película, mejor dirección "Tim Burton" y mejor actriz de reparto "Helena Bonham Carter"!!

Primero fue anochecer, se hizo crepúsculo y murió siendo aurora. ¡Glorioso!

Pasa el tiempo, sin embargo la película no muere, al contrario, se hace más joven, plena, radiante, crece. Aunque está escrita al revés no se puede leer algo con más claridad, ya no es el tradicional “tic tac tic tac tic tac” que se escuchaba cantar al relój, ahora es un “tac tic tac tic tac tic” y suena mejor, Su dirección, armonía, su extraña belleza, un poema hecho para los sentidos. Impredecible, dulce, triste, nostálgica, alegre, hermosa; tal como debería ser la existencia.

No hay más explicaciones, no hay preguntas, todo está ahí; rodeado de silencio y el arrullo de la historia, cada detalle, cada segundo, cada palabra; una nueva filosofía puesta en escena, ¡fascinante! El ballet, los tatuajes, las agujas y el péndulo del reloj, el piano, los botones, los siete rayos, el mar; todo bailando un vals perfecto envuelto por un aria suave.

¡Y así se creó! Nació un viejo Matusalén desolado, pequeño y agonizante; sin embargo cosechando en su interior vida, y acabó como un joven Benjamin con la coraza tierna pero el alma apunto de partir.

“…La vida puede empezar donde tú quieras…”. ¿Entonces por qué no empezar siendo muerte para hacerse vida y ser eterna? Comenzar del otro lado, ese lado obscuro al que se teme llegar, e ir así, ir contra la marea hasta llegar a una costa soleada.

La parca fue engañada, ha dejado latir el corazón del anciano y se ha llevado el del niño.

El cuerpo es sólo un absurdo disfraz que llevamos puesto cuestas. Un disfraz que en principio se entrega nuevo y los años se encargan de envejecerlo. Somos juzgados y juzgamos a partir de este atavió escogido al azar por Dios que sirve de estupendo camuflaje; un atuendo de piel que cubre nuestra naturaleza, oculta nuestros miedos y guarda nuestra esencia. En el caso de Benjamin Button, parecía que le habían mandado con un traje ya usado, de segunda mano, lleno de parches y agujeros… ¿quién puede querer una prenda así?, sólo el amor, sólo él lo aceptó, lo esperó y cuido. Pero vestimenta del señor Button, se fue renovando cada temporada por un atuendo mejor que el anterior, perfecto, no como los trajes habituales, los de Benjamin Button llevan la costura por fuera; desnuda su naturaleza, no la cubre; sus miedos no se ocultan, esparce su esencia; no intenta usar una capucha o máscara, se muestra tal como es, únicamente él, de ahí parte su encanto.

Un milagro del tiempo, una metáfora exquisita, una obra de arte.

¿Se hubiera dicho antes que el tiempo pudiera jugar así?

¿Quién hubiera pensado que bajo esa piel arrugada y huesos frágiles se estuviera cultivando de adentro para afuera una criatura sonrojada y bella?

¿Acaso el no día puede morir con los primeros rayos de sol?

¿Alguien se hubiera imaginado que la flor marchita se hubiera hecho capullo en lugar deshojarse?

La muerte besó la vida y la hizo colibrí.

En esta entrega, no podemos decir “nueva entrega” porque la película en sí es una mezcla de Déjà vu con remake, pero mejor lo dejamos ahí.

Bueno, nuestro buen ponderado héroe-irreverente-asesino-espía-seductor, niño desobediente, James Bond, el cual goza privilegio de matar a todos los que le caen gordos o se cruzan en su camino -cosa que muchos deseamos alguna vez en nuestra vida- hace todo lo posible por tratar de no pasar desadvertido ante nuestros ojos, y no lo neguemos, sus intentos son buenos, pero no logran su objetivo de buena manera.

Quantum of Solace es una especie de falso tour por el mundo, nos lleva de paseo por muchos países rebuscados en el globo terráqueo, hace muchas piruetas para que nos creamos que de verdad el Señor Bond “está entre nosotros”, un ilusionismo notorio, por unos leves instantes me creí el cuento de que el 007 estaba de gira matando a unos cuantos policías por mi país.

Disparos por aquí, metralletas por allá, chicas Bond abajo, Daniel Craig arriba, villanos en medio…un caos total, sin olvidarnos de que el jovenzuelo Bond le está sacando canas verdes a la paciente Señora M con el tarde despertar de su pubertad, se puede decir que ahora el amigo Bond se está portando como un adolescente caprichoso con problemas emocionales que no obedece a su mamá M.

Concluimos que el 007 está pasando por un dilema shakesperiano de “Ser o no ser” “Matar o no matar”, “Dormir con la guapa chica Bond o dormir solo” “Salvar al mundo o dejar que se joda”.

En fin, no es del todo malo, digamos que la vas a pasar bien con un gran bol de pipocas y una soda grande a lado, viendo al mítico Agente 007 liquidar a los malos con un lindo acento latino.

Nada más alejado del libro...
Polanzki podría haber hecho maravillas con esta película, pero la dejó vacía, sin sentido.

Lo único que salva a esta película es la excelente actuación de Depp, si hizo un vedadero "Dean Corso" (Lucas Corso en el libro)

Bravo por él!