David Niven y Maggie Smith son un trasunto de Nick y Nora Charles (la pareja aficionada a resolver crimenes que William Powell y Myrna Loy interpretaron en películas como 'El hombre delgado'); James Coco una parodia de Hercules Poirot (un belchute con la nariz de un franchute); Peter Sellers un sosias de Charlie Chan; Peter Falk una mezcla sarcástica de Sam Spade y Phillip Marlowe; y Elsa Lanchester se burla de Jessica Marple; más la complicidad de un genial Alec Guinnes, un divertido Truman Capote (en una de sus pocas intervenciones ante la cámara), el debutante James Cromwell y unas entrañables Stelle Winwood y Eileen Brennan. Todos reunidos por obra y arte de un ingenioso guión de Neil Simos que logra hacer burla de las novelas y películas de detectives y al mismo tiempo mostrar un gran respeto y cariño por las figuras caricaturizada.
Excelente comedia para pasar un buen rato.

El Robin de Sean Connery ya no es el joven atlético que Errol Flynn interpretó en 'Robin de los bosques', ni la Marian de Audrey Hepburn es la bella doncella de Olivia de Havilland sino una mujer de edad, metida además a monja. Sus cuerpos han envejecido, pero cuando se reencuentran tras años de separación y vuelven a verse liderando un ejercito de campesinos contra los excesos del sheriff de Nottinham (muy bien tambén Robert Shaw), se ven rejuvenecidos en su espiritu y en su amor.

Richard Lester desmitifica la figura del héroe inglés sin quitarle un ápice de dignidad y aprovechando para narrar una de las más bellas historias de amor que se han visto en una pantalla grande.

Rodada parcialmente en España con pequeños papeles para Victoria Abril (como esposa del rey Juan) y Margarida Minguillón.

Dirección de Richard Lester en su mejor època; música del gran Stephen Sondheim (autor del libreto del musical de Broadway en el que se basa); un reparto en estado de gracia que encabeza un estupendo Zero Mostel y que incluye la última interpretación del entrañable Buster Keaton; unos números musicales inolvidables (de los mejores para una película de producción europea); y un guión que reproduce con loable fidelidad situaciones, personajes y espiritu de las comedias de la antigua Roma (en especial las escritas por el comediografo Plauto) y las mezcla con el éstilo y las formas de una comedia musical moderna sin que el resultado chirrie en absoluto. ¿Quién da más?

La primera y mejor de las adaptaciones de originales de Agatha Christie que la productora EMI realizó a partir de los años 70. La formula: coje a un puñado de actores famosos (entre ellos algunas viejas glorias), mételos en una ambientación de época, pon un asesinato en medio y luego dale a cada uno cinco minutos para que se luzca. Brillante interpretación de Albert Finney como el mejor Poirot posible y excelente banda sonora.

Tercer título de la serie de películas que el maestro francés dedicó al personaje de Antoine Doinel, que empezó en 1959 con 'Los cuatrocientos golpes'. El protagonista ya no es el muchacho problemático de aquella, sinó un joven que se busca la vida como mejor puede (de soldado a detective) pero al que su atracción por todo lo bonito que lleve faldas acaba trayendole problemas.

La mejor comedia de su director donde el humor no lo provocan situaciones retorcidas o momentos ridículos sinó que nace de la propia cotidianidad de los personajes y de las cosas más sencillas. La sencillez con la que Truffaut trata momentos y personajes es ejemplar.