Buen film más por lo que tiene de estética que de argumentación. Los sueños se mezclan en esta película con un gusto refinado recocó. Tiene algo de poesía anacreóntica, sensual o erótica de nota homosexual. La mezcla con la iconografía cristiana, la fantasía de ensueño y el recogimiento espiritual que Santa Teresa de Jesús calificaría de "arrobamiento", es lo más sobresaliente. Sale de la narración hilvanada abrumada por palabras y palabras. El silencio también tiene cabida, por lo que admiremos esta recreación mental de la lujuria. Nunca saciada y ahí está el secreto de este filme, presentarnos la imposibilidad y la incomunicación del cuerpo, al no corresponder los deseos del antagonista.

Una de las películas más célebres que pueden muever la conciencia de los más conservadores, aunque los hay con mente de guisante, que no adolecen de nada. Ni siquiera se le aproxima Mar adentro, en la profundidad psicológica del personaje. El dolor es más intenso, y no el melodrama. Incluso parece que tomemos parte de la película, nos angustiamos a ver la impotencia, el destino fatal y la doctrina rígida de aquellos que no se conmueven ante el dolor y la desgracia. Todo es elogiable. Hacía tiempo que no recordaba, tras finalizar un film, que algo debe cambiar para mejorar y humanizar el mundo. Esta película de corte social, está influida por el cine de Buñuel. Lo onírico se mezcla con lo real y crea una atmósfera difusa en el que Dalton Trumbo precisa los miedos del hombre: ser un lisiado e incompleto. Ni siquiera le permiten ser un objeto de circo, de lección sobre las consecuencias de la guerra. La gran injusticia del mundo, que es la guerra aparece cuando con palabras no se resuelve nada. Por favor, que tomen nota muchos políticos de esta película.

Buen filme dentro de la mediocre calidad artística en la actualidad. Diario de un escándalo sobresale sobre todo por el complejo personaje, interpretado magistralmente por Judi Dench, que muestra su gran experiencia profesional. El personaje creado por Patrick Marber es complejo y excitante. Dan ganas de leer el libro de Zoë Heller. El argumento abierto, la soledad de la profesora a punto de jubilarse, da verosimilitud por la riqueza y laberíntica referencias psicológicas. Todos somos un poco el personaje, y a pesar de tratar de recrear un personaje deshumanizado, los instintos animales todavía se apoderan de ella. Es lo más sobresaliente de la película: el personaje atormentado en busca del contacto humano. La Pianista, también de corte similar, son el reflejo de una sociedad que se va separando de lo humano, por la excesiva presión capitalista y las estrictas normas sociales. Es agorofóbica o claustofóbica la vida de ambas, pero tan ricas y sutiles, que aportan originalidad a la incesante producción moralista americana, de personajes típicos y poca reflexión mental. Como diría Lope: darle al vulgo lo que pide, pero con la diferencia que nunca éste hizo algo zafio y grosero para las mentes mínimamente educadas en cine de calidad.

Película grandiosa por el retrato descarado de la violencia heredada tras la guerra civil española. El odio, la venganza, los celos, el maltrato como complemento erótico, mezclado con los icónos despreocupados de la España casi democrática, de transición, hacen de esta comedia tragedia un escaparate de buenas intenciones. Y tiene, incluso, momentos históricos sublimes. La ensalada de lo más oscuro, incluso lo más primitivo (cuando el protagonista se esconde en el bosque), le da carisma y se desmarca de la caratula alegre de las películas comerciales. Es bella en lo soez, pero hay una gran pega: la estética sangrienta que se prolonga es cruel, es recrearse en la tortura, en el masoquismo, en lo gore, y el espectador, no acostumbrado, y poco paciente recibe esas imágenes desagradables como gratuitas. Llega a cansar por lo excesivo en esta estética, sin intermedios, radical... Lo bello es sumergir y convencer al espectador llevándolo a tu terreno, no espantarlo... En conclusión, si bien es una magnífica película, por el mismo descaro de alargar y mostrar el escaparate de los horrores, pierde ese carisma de película de culto. Gore