Retrato de una historia de desamor muy sencilla adornada con mucha parafernalia estilística. La temática de la pelicula es muy sencilla y maneja una idea muy universal -una muchacha que se casa con un hombre rico por dinero, y que le hará desgraciada toda su vida- pero aún asi está llevado a escena de una manera didáctica y entretenida. Rodeada de una impechable y muy convincente puesta en escena que nos lleva de pleno a la Inglaterra del siglo 18, la historia es muy verosímil, y pese a que sea una película de época no es nada pretenciosa, sin embargo está realizada de una manera muy acádemica y meticulosa.
Los personajes no obstante quedan demasiado planos y reducidos al maniqueismo, quizá demasiado encasillados en sus respectivos roles sociales -la mujer desengañada de su matrimonio, el marido rico, caprichoso y déspota- salvo en pequeños y aislados esbozos psicológicos, que si se hubieran desarrollado en un sentido más narrativo, habrían aportado un mayor realismo a cada uno de ellos.
Es sin embargo una buena lección de Historia con un mensaje muy claro: El dinero no da la felicidad.

Aunque es posiblemente una película que pierda peso con el tiempo, nada más vista deja una muy buena sensación de boca.
Recuerda a "Cinema Paradiso" de Tornatore en cuando a que desarrolla una historia de amistad entre dos hombres de distintas generaciones. La historia es más interesante que tierna, en este caso, pero plagada de contrastados puntos de vista que cada uno de sus protagonistas tiene sobre la vida del otro. Ambos atraviesan cruciales momentos en sus respectivas vidas -aunque cada momento vivido debería de ser igual de importante en la vida de cada uno- como son la crisis de la mediana edad y el paso de la adolescencia a la vida adulta. Cada uno se sale de sus roles con el apoyo del otro llevando a situaciones muy divertidas.
El guión es sin duda lo mejor, pero ademas la ambientación es curiosa, nos lleva solo una década atrás, y nos hace reflexionar de que el tiempo pasa muy rápido, muy pronto el adolescente se tendrá que enfrentar a su particular crisis de los cuarenta.

Me ha parecido una película muy trabajada, inteligentísima y sobre todo tierna.
Relata la relación de amistad por carta que se establece entre Mary, una niña marginada e infeliz y Max, un cuarentón neoyorquino con problemas psiquiátricos. Ambos personajes viven en mundos diferentes al resto de sus vecinos. La imaginación y la falta de ella están tan bien narradas que son entendibles por el espectador desde el principio, contagiándote de un sentido empático desbordante. Por eso es tan tierna. Además, ambos son muy buenos, de las personas que invitaría a mi cumpleaños.
Todo ello en animación, con una puesta en escena meticulósa, con mucha fuerza visual y pequeños detalles artísticos que le dan un sello muy personal. El simbolismo con los colores, que representan el mundo de uno y otro y la mezcla entre ambos es muy inteligente, como lo es el sentido del humor que invade toda la película, convirtiéndo las escenas en un constante subibaja de emociones.
El ritmo narrativo es comparable al de Amelie -película a la que podría ser muy comparable-. El narrador lleva el hilo pero constantemente está ayudado por pequeños flash-backs, muchos de ellos inverosímiles o de toque subrealista, que le dan mucha frescura a la película.
Para mí ha sido un placer verla, y le agradezco a filmaffinity poder descubrir pequeñas joyas como estas.

Bastante pobre intento de acercarse al cine psicológico que personalmente me ha parecido sosa en gran parte de la trama.
Lo mejor: las ganas de profundizar tridimensionalmente en los personajes, alejándolos del maniqueísmo, son muy verosímiles y las actuaciones de los actores son impecables.
Lo peor: falta algún punto de inflexión en la película. Todo lo interesante en la vida de los personajes ya ha pasado, y durante la trama únicamente se menciona. Parece más el desenlace psicológico de un dramón de tres de la tarde en antena 3.

Es una película de ritmo lento, muy descriptivo, casi rozando el estilo psicológico al más puro estilo Antonioni.
Pese a parecer un película bélica -por estar ambientada en la Segunda Guerra Mundial- no son los disparos, ni las matanzas, ni los espías los grandes protagonistas. Es sin embargo un alegato antibélico, en el que se plantean cuestiones tales como por qué dos personas se tienen que odiar sólo por pertenecer a ejércitos diferentes.
El argumento gira en torno a dos soldados de distintos bandos que son atendidos por una lapona emitaña. Todos ellos se entienden (o no) en sus distintos idiomas. Hay situaciones cómicas y situaciones tensas. Conocemos a cada personaje a través de ellos mismos, y poco a poco se alejan de los estereotipos.
Visualmente está muy unida a la naturaleza, que dicta también el ritmo, sosegado (lo digo como una virtud, pero para gustos...)
¡Prohibido verla doblada! Se perdería el encanto.