Ahora que todo el mundo está enganchado a series con argumentos que se enredan hasta el infinito para seguir produciendo capítulos y capítulos, cada vez más aburridos e insulsos; ahora que la mayoría de las películas son de superhéroes, violencia gratuita, comedias sin gracia... Ahora veo esta película y recuerdo viejas sensaciones, las mismas que sentí al ver Casablanca, la Reina de África, Memorias de África, la Huida de Peckimpah…, es decir, las que produce el cine de verdad. No soy un crítico profesional, no diré que es una obra de arte porque sería pretencioso por mi parte. A mí me ha encantado, el trabajo de los actores es creíble y emotivo y la fotografía preciosa. Lo mejor la atmósfera de París a finales de los 50, cuando los garitos de jazz estaban en ebullición. No cuento más, véanla.

De momento es entretenida, te ayuda a evadirte de la realidad hora y media y sólo por eso ya tiene un aprobado. Si le añades que te echas unas risas, sobre todo con el actor protagonista, Salvador Reina, que derrocha desparpajo gaditano, ya estamos en el bien. Si además eres un enamorado de Cádiz y de su Carnaval el notable está servido. Pero, también tiene una trama de cine negro bien urdida, con personajes más próximos a Atraco a las Tres que a Ocean´s Eleven, lo cual le da mayor verosimilitud, aunque sea dentro de un tono cómico.El final es apoteósico. Gracias, maestro Colomo, hemos pasado un buen rato.

Coincidimos mi esposa y yo, cosa rara, en que Herederas es una película aburridísima. El ritmo narrativo es cansino y se recrea en situaciones tediosas. La protagonista se pasa la vida esperando y llega un momento en que la única empatía que sentíamos con ella, era la solidaridad con su aburrimiento. Ella consume anodinamente parte de su existencia esperando a otros (por el trabajo que se ve obligada a llevar a cabo) y el espectador se ve inmerso en esas esperas inacabables, mientras el metraje transcurre sin que suceda nada interesante.

La vida cotidiana de las dos protagonistas es deprimente, todo es viejo, decrépito, pero también anodino, no ocurre nada de interés. Tampoco son presentadas de un modo amable, para que caigan bien y de este modo podamos sentir empatía o compasión con lo que les sucede. No es un cine de gente corriente con la que llegues a identificarte (tipo nuestro admirado Ken Loach), sino de personas cuyo destino te importa un rábano, porque nadie te ha contado de donde vienen o a dónde van. Lo poco que sabes de ellas es que son dos lesbianas paraguayas de edad avanzada venidas a menos. Si no eres ni lesbiana, ni anciana, ni paraguaya, ni rica arruinada, veo muy difícil que llegues a conectar con ellas. Los papeles relevantes son para actrices (ningún personaje masculino) de mediana edad y poco agraciadas (trabajan bien, eso es cierto) y, salvo una, que tiene un punto irónico y gracioso, el resto son cacatúas que como mucho te pueden recordar a unas parientes lejanas a las que intentas rehuir en bautizos y comuniones. La actriz más joven o su papel, no estoy muy seguro, resulta poco creíble y cargante.

El sonido es muy malo, algunas frases nos resultaron ininteligibles, a pesar de compartir la misma lengua madre. La iluminación es tétrica, muchas escenas son de interiores mal iluminadas a propósito. La cámara suele enfocar primeros planos dejando el fondo muy borroso, creando una sensación opresiva. Y, por último, resulta chocante que se presente a dos personajes como fumadoras compulsivas haciendo una cierta apología del tabaquismo, que parece algo guay, pero ninguna de las dos se tragan el humo, son fumadoras impostadas o de pacotilla.

Como veo que la película ha obtenido varios premios y hay críticas muy positivas sólo me queda decir (mea culpa) que posiblemente no la hayamos entendido, pero también quiero dejar claro que somos espectadores que vemos cine variado de todas partes del mundo, no solo americanadas de superhéroes.

Estupenda película de aventuras, rodada con pocos medios, en plan selfie, pero que atrapa desde el primer momento. La niña actúa con mucha naturalidad y además de la epopeya marina, que es de primer orden, la película tiene muchas reflexiones filosóficas muy interesantes sobre la soledad, la familia, el sentido de la vida...

De lo mejor que he visto en muchos años. La vi con mi hija de 13 años y los dos alucinamos en colores.