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España España · La Coruña
Críticas de Raskólnikov
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
10
23 de abril de 2008
415 de 470 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace algún tiempo, me encontraba cenando en el salón de mi casa cuando ví una noticia en los informativos de la noche que me dejó sin aliento. Se trataba de unas imagenes captadas por la cámara de "seguridad" del metro de Madrid. En esta grabación veíamos como un varón de unos 20 años, con la cabeza rapada, agredía física y sexualmente a una mujer sudamericana. En aquellas imagenes, el agresor le propinaba patadas indicriminadamente a la pobre mujer, insultándola y abusando de ella sexualmente.
Tras ver esta grabación recordé con una clarividencia casi profética una imagen, la que para mí es la escena más brutal de la historia del cine: la imagen de Alex cortando con unas tijeras el vestido naranja de la mujer dejando sus pechos descubiertos y violándola en el suelo, mientras, sus drugos obligan al anciano a que lo vea con sus propios ojos |"Videa bien hermanito"|.

Lo más estremecedor del episodio de la casa ("Home"), es: que no es ficción, Anthony Burguess fue asaltado por unos ladrones que violaron y mataron a su esposa, por ello que sintiese la necesidad de escribir su novela. No fue un acto de indiferencia que Kubrick rodase de la manera en que lo hizo esa escena. La auténtica fuerza de realidad en esa escena radica (además de en Malcolm y su Singing in the rain) en que Kubrick se adentrá en el hogar, en el interior de nuestra cálida casa en la que pensábamos, nadie podría hacernos daño. En cambio él lo hace, rompe cualquier vínculo de seguridad (entre él y el espectador) que pudiese existir y concibe la imagen como si de un jugador de ajedréz profesional ruso se tratase.

En el año 71', cuando se estrenó por primera vez la naranja mecánica, tanto la crítica como el público se abalanzaron sobre Stanley Kubrick, lo acusaban de inducción a crímenes de jóvenes que imitaban las fechorías de sus personajes y le echaban la culpa a su película. Cuando sucedió toda esta tragedia y despúes de cartas que amenazaban de muerte a su familia, Kubrick retiró su película de los cines en el Reino Unido. Anthony Burguess dió la cara por él, defendiendo la película a capa y espada. Aún así hay algo que Burguess jamás perdonó a Stanley Kubrick: al final de la novela Alex sufría una metamorfosis , sin embargo, creo que para que su obra perdurase en el tiempo, Stanley prefirió dejar a Alex intacto con ese aire de inmadurez e insana ironía que destila durante toda la obra.

Olvidando lo anterior, ningún director en la historia del cine ha sabido combinar la música clásica (Beethoven-Symphony No.9, Rossini-William Tell...) con las imagenes como lo hizo Kubrick y, seguramente, nadie será capaz de hacerlo jamás.

En realidad, esta es la venganza personal de un genio que tuvo la osadía de responder al Estado con la misma moneda, el trabajo de un director que tuvo la valentía e inteligencia de crear una obra adelantada a su tiempo, mostrándonos una verdad pesimista pero cierta que como una profecía se ha ido cumpliendo hasta nuestro días.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Raskólnikov
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8
14 de julio de 2008
38 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Así que tu quieres la perfección o nada. Ohh.. eres un romántico. La revolución es como la más bella historia de amor. Al principio ella es una diosa, una causa pura. Pero todos los amores tienen un terrible enemigo.
-El tiempo,-dijo interrumpiéndole con una sonrisa en la boca.-
-Tu la ves tal como es. La revolución no es como una diosa sino una mujerzuela. Nunca ha sido pura, ni virtuosa, ni perfecta. Así que huimos y encontramos otro amor, otra causa, pero sólo son asuntos mezquinos: LUJURIA pero no amor, PASIÓN pero sin compasión y la verdad es que sin un amor, sin una causa no somos nada.
Raskólnikov
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6
21 de julio de 2008
31 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
El interés de la película para mí es unícamente antropológico. ¿Quién mató a John Lennon? ¿Qué clase de monstruo mató a la estrella del rock?.
Cualquiera que no haya leído Catcher in the Rye (obra maestra imperecedera de J.D.Sallinger) es muy posible que no le guste el film. Chapman, el asesino, estaba obsesionado con Holden Caulfield (protagonista de la novela), un jóven rebelde que se escapa de la universidad para ir a descubrir el mundo neoyorkino. Las mejores escenas resultan ser en las que se citan textualmente los pasajes del libro: véase la prostituta en el hotel, la conversación con el taxista acerca de los patos corriendo por el lago helado de Central Park, el odio hacia la falsedad de los actores de Hollywood...
Caulfield provenía de una generación perdida de los años 50 en la que el rock & roll, el atractivo del diseño, de los coches y los mitos crearon una atmósfera efervescente en la cuál todo se encontraba en plena ebullición. Sin embargo, lo que internamente caracterizó a esta generacíon fue la falsedad, el gusto de la gente por las mentiras y una entrada eufórica al mundo del consumo (todos frutos de la confusión pos-guerra). Todo esto se cuenta formidablemente en la novela con una gran riqueza de novedosos recursos estilísticos que, en cambio, al ser puestas en la boca de un psicópata con serios trastornos mentales pierden su gracia (y más aún cuando los fatídicos acontecientos sucederon dos décadas después de la publicación del libro).
Pido disculpas por mi desviación del tema y espero que motive a alguno a la lectura de la obra.
Es interesante el tratamiento que se da al enigmático edificio Dakota, protagonista y testigo de muchos siniestros escándalos sociológicos a lo largo del s.XX. Todo comenzó con los rumores de que Boris KarloF practicaba la ouija en las instalaciones, luego llegó el poeta y mago negro Aleister Crowley, padre directo del Satanismo (inventó la Ley del Thelema) que practicaba misas negras en una de las habitaciones, pero la leyenda no se consolidó definitivamente hasta la masacre perpetrada por el Clan Manson (no creo que sea necesario especificar las abominaciones que hicieron sufrir a la mujer embarazada de Polanski).

El inicio de la película con la voz en off me recordó sagazmente a la desquebrajada voz de Will More en Arrebato. Jared Leto, actor que hizo un espléndido trabajo de secundario en Jarhead interpreta con habilidad y soltura la enfermiza mente de Chapman.
Técnicamente la película es eficiente (con una cantidad ingente de planos) y quizás dónde más falla el material es desde un arrítmico cuerpo narrativo que convierte su polémica historia en repetitiva y previsble, lo que la hace parecerse inevitablemente a un buen pero simple telefilm.
Raskólnikov
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7
24 de febrero de 2009
22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la oscuridad cinematográfica Abel Ferrara ha ido tejiendo su filmografía. A la sombra de la "cosa nostra" vistosa y reluciente de Coppola está la mafia suburbial de Scorsese. A la sombra de este último está "El funeral" de Ferrara. Muchas películas de este director son mediocres pero algunas de las escenas que ha creado son de una imaginativa desconcertante y perduran en la memoria grabadas con fuego.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Raskólnikov
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9
23 de marzo de 2009
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hitchcock era la silueta de un pintor oculto tras la máscara de cineasta. Las espirales son formas geométricas paradójicas. Nunca conseguimos tener certeza de si hay que entenderlas como objetos espaciales o planos. La contradicción es irrevocable. Cuánto más intentemos concebir la espiral como fenómeno bidimensional con mayor entereza creamos una vorágine de profundidad espacial: Vértigo. Una poderosa metáfora visual de la relación entre consciente e insonciente, entre presente y pasado.

Los colores rojo y verde, unión y desunión, verdad y mentira, eros y thanathos toman contacto en un escenario tan sombrío y fúnebre como un cementerio de Poe. El destino fatalista devora a James Stewart (espectador) literalmente desde la primera secuencia teniéndolo sometido a la voluntad del eterno retorno.

La hipnosis y la capacidad de facinación del cine se aúnan de forma paradigmáticacomo escasos casos en la Historia del Arte se han dado para mostrar la cruel verdad que esconde el voyeur. La víctima y verdugo atrapada en ese atrayente y repulsivo juego: el acto de mirar.
Raskólnikov
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