No puedo evitar la necesidad de dejar constancia que este filme tiene un más que claro precedente en 2008 con, la para mí más interesante, "The Burrowers" de JT Petty. El argumento es el mismo (una patrulla al rescate de las víctimas de un "raid" indio), el tempo pausado que permite describir la psicología de los personajes y de la época, unas interpretaciones sólidas y un parecido sentido del humor. También coincide en retrarar un Oeste americano de forma hiperrealista o naturalista combinándolo con una trama o historia de género fantástico. Una combinación de géneros (Western y Terror-Fantástico) ya vista antes también en "Ravenous".

Las diferencias son poco más que sutiles. En su predecesora, digamos que los malévolos causantes del secuestro estaban, por razones presupuestarias, no muy bien diseñados. En cambio, en ésta resultan mucho más aterradores. El tono de las dos películas es bastante seco aunque en "Bone Tomahaw" existen ciertos aspectos emotivos, especialmente en la relación entre el asistente y el sheriff, que no se vislumbran tanto en "The Burrowers". Esta última mucho más áspera, con más "mala leche" y cruda en su resolución final. Obviamente, los giros en el guión y en su desarrollo no son iguales, pero sí más presentes en la de Petty atreviéndome a decir que tiene mejor ritmo.

En definitiva, "Bone Tomahaw" no está mal, nada mal. Pero, después de su paso por Sitges, parece que se va a llevar la fama de filme de culto que por más méritos y por antigüedad le correspondería a "The Burrowers".

Artefacto resuelto con maestría técnica que no puede disimular la carencia de hilo argumental y que no deja de ser una de "indios y vaqueros" donde esta vez los "indios" son los sufridos iraquíes. Un filme que podría ubicarse en cualquier otro escenario bélico o que evoca los periclitados filmes de aventuras coloniales donde los personajes se dividen en los "nuestros" y los "otros". Unos "otros" desdibujados, sin personalidad como formando parte del decorado para los sufridos "nuestros" con quienes se puede identificar el espectador. Tal y como sucedía en las películas del Oeste americano antes de llegar los filmes denuncia proindios. Las únicas razones, los únicos sentimientos, etcétera están del lado de los "nuestros" (en este caso los soldados americanos) el resto de personajes de fondo hostil con la única excepción del recurso al jovencito de turno muy deslumbrado con "nuestro" protagonista. Al más puro estilo del imperialista y premio Nobel Rudyard Kipling y su Gunga Din. Una película que como en la maravillosa "La patrulla perdida" muestra el enfrentamiento de los protagonistas ante unos "hostiles" sin rostro. Pero resulta que los "sin rostro", los "otros" de esta película que recoge lo peor del cine colonial de antaño son personas de hoy en día, que viven, mueren y van al cine si pueden. Personas que de encontrarse con esta cinta quizás se sientan ofendidos, asqueados, indignados... En definitva, una película envuelta en una buena factura pero auténticamente pornográfica en el peor sentido que se le pueda otorgar al término. Por último, resulta inquietante pensar que tras la Guerra de Irak, a lo máximo que ha llegado el cine comercial de Hollywood para retratar el drama vivido sea esta cinta. Una cinta que bien podría retratar a unos soldados ingleses en el Ulster de los años setenta, la caballería contra una tribu hostil de indios, los soldados rusos en Chechenia, el Tsahal en Palestina, soldados nazis en la Grecia ocupada, soldados de la Sudáfrica del "apartheid" en Namibia y Angola o unos soldados de la Guerra de las Galaxias.

Ante todo, el film debe ser juzgado en su justa medida. Es una serie B sin pretensiones, al menos aparentemente, y precisamente por eso puede llegar a resultar sugerente. Una combinación de western y cine de terror o fantástico. Fórmula que recientemente ya había sido explorada en la, para mí, fallida Ravenous. Hasta aquí las similitudes que pudiera haber en ambos filmes. Pues si bien la ambientación está logradísima en las dos, The Burrowers ofrece como uno de sus atractivos una representación hipe realista y naturalista de la época y del lugar. En cambio, Ravenous optaba por el relato irónico a la par que humorístico como ingredientes a sumar a la fórmula inicial (Western + Terror/Fantástico). Centrándonos ya en The Burrowers, ésta parte de un argumento muy similar al de Centauros del Desierto, prescindiendo de algún "homenaje" o referencia concreta (como la de la ceguera en el más allá). Poco o nada original en la propuesta argumental no así en la forma como es relatada y expuesta la misma. La película consigue soslayar la poca entidad de los "villanos" causantes de la desaparición de las mujeres a las que busca el grupo perseguidor, describiendo un salvaje Oeste con un realismo pocas veces visto en el Western. Una de las bazas del film es justamente el contraste entre la parte fantástica y la realista, siendo ésta última la que consigue llevar el peso y el interés de la historia. A pesar de descubrirse pronto el misterio del asalto a los ranchos se mantiene el interés del film por la incógnita, no del desenlace sino, por qué es lo que puede ocurrir en la siguiente escena. Recuerda esto una máxima de Hitchcock para crear el suspense. Es más inquietante que el espectador sepa más que los personajes que no al revés. Todo ello gracias a subvertir algunas de las constantes por las que navega el cine más trillado. Como la pronta desaparición de personajes que usualmente tardan más en caer. Además de destacar la gran ambientación y atmósfera que consigue Petty, la coherencia y buenos diálogos del guión son otro de sus fuertes. Especialmente por lo que se refiere a las sutiles pinceladas humorísticas que jalonan dichos diálogos y que en nada suponen romper el clima de tensión del film. Como puntos débiles de la película cabe señalar a parte de la poca entidad de la trama argumental y de los "madrigueros" cierto exceso de oscuridad en algunas escenas y secuencias. Perdonable por la presumible falta de presupuesto. También, hay que señalar el riesgo de moraleja o mensaje ecologista fácil que se podría desprender de la trama. Riesgo salvado por el que poco hincapié hecho por el director y guionista así como por el tono áspero y seco de toda la película. Rudeza, sequedad y aspereza que llegan a su punto álgido con el abrupto final con el que concluye el film.