Por si alguien quiere saberlo, esta película ilustra la recomendación más revolucionaria del evangelio atribuido a Jesús de Nazaret. Ese que dice que no tenemos que preocuparnos por la comida, la ropa, la vivienda, ni por nada en realidad, porque todo aquello que verdaderamente necesitemos no será dado siempre que... no nos preocupemos.

Además, la película cuenta con unos magníficos actores y un divertido guión, que no, por ser divertido, deja de ser transcendente en todo momento. Así que recomiendo que se diviertan viendo esta excelente producción con total despreocupación, y disfruten de la vida en general intentando construir su particular capilla (o anticapilla) sin preocuparse de si tienen o no tienen recursos para construirla (o destruirla).

PD. Es cierto que salen unas monjas, un albañil baptista y hasta algún cura despistado, pero igual podrían haber sido una tribu hippie y un nerd tecniloco que se proponen hacer cultivos hidropónicos de marihuana en el Sahara, lo que importa son las situaciones, los diálogos, y, sobre todo: que no te preocupes tantooooooo!!!

Está claro que Lily Tomlin es un espectáculo en si misma, pero la película me parece totalmente convencional y no me aportó nada nada más que que acostumbrar mi oído al inglés porque la he visto con subtítulos (si no fuera por eso, ni termino de verla).

El caso es que todo el planteamiento, nudo y desenlace lo hemos visto ya montones de veces, y comento el argumento en el spoiler por si acaso hay personas que les parece original. El caso es que es tan convencional, que a mi me da la impresión de que los guionistas crearon una abuela lesbiana para que la película tuviera algo original, pero, afortunadamente, hace tiempo que una abuela lesbiana dejó de ser algo original en las películas.

Por lo demás, los diálogos son hasta creíbles, tiene alguna broma buena, y alguna frase que quizás sea original, pero para mi es una película totalmente prescindible más allá de Lily Tomlin en si misma, así que le pongo un pasable porque conseguí pasarla hasta el final.

Ni una palabra de crítica, de juicio, de protesta, solo las palabras justas para los quehaceres de muchos días, más el remate de una única y tajante orden final dicha con total autoridad: "tienes que parar y lo sabes".

Esta la hermosa lección de esta hermosa película: que para ser verdaderamente escuchados, antes tenemos que crear un hondo silencio en el que retumben nuestras palabras al pronunciarlas.

Kristen Wiig le da al personaje el registro perfecto y llena toda la película con su gestos contenidos y su silencio, los demás están todos correctos.

En fin, no sé si es buena o regular como película, pero para mi es excelente y así la califico.

Vi un trailer, leí el resumen del guión y me pareció divertida la idea; así que la busqué y efectivamente es bastante divertida con un par de giros inesperados, pero no va más allá de eso.

El caso es que plantea bastante bien el dilema de si ser uno mismo o fingir al comenzar una relación; pero apenas desarrolla el asunto de una manera seria y solo sirve para crear algunas situaciones divertidas y una fricción entre los protagonista. El resto es un canto a la desaliñada Annie Hall milenial, que como aquella fiera de su niña, intuye todo correctamente a pesar de sus meteduras de pata.

Yo no soy muy partidario de este tipo de insensatos personajes femeninos, pero Alexandra Daddario tiene una buena vis cómica y construye bien el personaje. El problema es que es Tyler Hoechlin no le da la réplica en ningún momento. De acuerdo que este tipo de protagonistas femeninas eclipsan al protagonista masculino, pero en la fiera de mi niña, el personaje que compone Cary Grant da el contrapaso perfecto en cada caso: desde el circunspecto al atónito, pasando por el enojado y terminando en el ilusionado; sin embargo, Tyler Hoechlin es inexpresivo más allá de su sonrisa, y no sabemos si compone un personaje tímido, misterioso, preocupado, condescendiente o estúpido simplemente.

El resto del elenco cumple sin destacar y la dirección tiene el mérito de no hacerse notar ni para bien, ni para mal.

Si la polémica palabras versus imágenes fuera solo un McGuffin que luego se olvida, esta película sería pasable gracias a los dos protagonistas, que son bastante más creíbles que su polémica, y porque llegan al amor a base de darse caña mutuamente sin falsos paripes románticos. Pero lo malo es que la tonta polémica ocupa buena parte de la película para concluir en una síntesis final rellena de citas pedantes y digna de Barrio Sesamo: "separaaaados estaaaaan bieeeeen peroooo juntoooooos muchoooooo mejooooor".