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Críticas de centaurodeldesierto
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Críticas 9
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
17 de mayo de 2021
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La incursión en la dirección de Carlos Pérez Merinero, escritor de novela negra, dista de ser un mero ejercicio fílmico. Lejos de ello, Rincones del paraíso es una película con alma, de esas que dejan poso, en la que hay mucho cine detrás de ella. La influencia de El fotógrafo del pánico por la temática o de Robert Bresson por el estilo resulta evidente en esta cinta dura y seca como la meseta. Porque aunque Pérez Merinero definiera Rincones del paraíso como una película finlandesa hecha por un tío de Écija, ésta tiene un acento silíceo de berrocales y domos, enseñándonos un Madrid de periferia, de bloques de pisos y cuyo epicentro se encuentra en el cementerio de la Almudena. Compuesta a base de planos fijos, la película narra las vicisitudes de un policía expulsado del cuerpo que descubre su afición al voyeurismo tras grabar casualmente a una prostituta con un cliente en pleno camposanto. La manera de estar rodada implica al espectador, que en esa aparente distancia que marcan los planos generales caerá en la cuenta de su condición de voyeur. El resultado es un film desasosegante, poblado de silencios y del ruido mecánico que hace el VHS al ponerse en marcha; donde los diálogos –a pesar de las excelentes cualidades de Pérez Merinero para ellos- son cortos y escasos en favor de unas imágenes que se quedan impregnadas en la retina igual que un puñetazo en el ojo de un púgil. Una muestra en sus últimos diez minutos. En ellos hay más verdad que en toda la filmografía junta de algunos tótems actuales del cine español.
centaurodeldesierto
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9
16 de noviembre de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta película se concentran todos los géneros que tocó Lang a lo largo de su carrera. Porque La mujer en la luna no solo es una película de ciencia ficción; también de cine negro, aventuras, melodrama, western e incluso tiene escenas cómicas. La primera hora es una obra folletinesca con resabios del Dr. Mabuse, (atención a la genial secuencia de la transformación de Fritz Rasp), hallándose aquí un claro precedente de 007 y del Hitchcock de Con la muerte en los talones. Luego la película se detiene en explicaciones pseudocientíficas que ilustran cómo es posible el viaje a nuestro preciado satélite. Hay tomas que recuerdan a Metrópolis, pero también anticipan a Leni Riefensthal y al 2001 de Kubrick. Con la llegada a la luna, el film se transforma y adquiere tono de aventuras con un elenco de personajes que abarca desde el visionario delirante hasta el valiente e intrépido, pasando por el villano y el cobarde. Todo enmarcado en un paisaje repleto de peligros, con ciénagas burbujeantes y que desprende aroma a western en sus planos generales. También veremos desarrollarse un triángulo amoroso con visos melodramáticos en lo que parece un amor imposible.
Por supuesto - marca de la casa made in Lang- en La mujer en la luna está ese tono como de tebeo, aquí mucho más evidente con el personaje del niño, asiduo lector de cómics.
El único problema de esta película es su metraje excesivo, lo que la perjudica irremediablemente, pues la descompensa mucho. Así, tras una hora trepidante, se cae con las pretenciosas explicaciones, en un tiempo muerto que impide el que hablemos de una obra maestra. Curiosamente, tanto Fritz Lang como Thea von Harbou dedicaron largas jornadas a estos pasajes que hoy parecen acartonados y que sin duda es lo peor del film. Afortunadamente la película remonta el vuelo con la llegada a la luna, alcanzando el cénit con un final deslumbrante.
centaurodeldesierto
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5
7 de noviembre de 2020
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Trasladar el universo kafkiano al cine no tiene que ser una tarea fácil. A los problemas habituales de verter en imagen lo que se ideó para negro sobre blanco, se suma el mundo absurdo y burocrático de Kafka. Esto casi siempre deriva en películas irritantes, sin sentido, con involuntario tinte surrealista y que generan en el espectador el aburrimiento hasta la extenuación. Algunos fracasaron estrepitosamente al intentar captar las esencias del escritor checo, El proceso de Orson Welles; otros, los menos, consiguieron salir airosos. Por ejemplo Soderbergh en la inquietante Kafka. La verdad oculta. En el caso de Balabánov se queda a mitad de camino. Porque su película recuerda a la de Welles en ese tono confuso, personajes irritantes, galimatías e impostura, pero la mejora en calidad con una fantástica ambientación y una manera de rodar muy dinámica. El Castillo no llega a Soderbergh, pero confirma lo que Balabánov apuntó en su primer largometraje (Happy Days), que era un director con enorme talento. Solo le faltaba contar una buena historia y despojarse de los pujos aristocráticos y formas impostadas a las que a veces lleva el cine de autor.
centaurodeldesierto
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6
2 de noviembre de 2020
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Si algo hay que reconocerle a la saga de Rocky es su capacidad de rehacerse cuando ya parecía agotada. Esto hace que tenga subidas, picos, bajadas y sonoras depresiones -Rocky V-. En el caso de Creed II, que el hijo de Apolo Creed se enfrentara al hijo de Iván Drago, apuntaba a que la enésima secuela del boxeador de Filadelfia no solo tomaría oxígeno, sino que mantendría el listón de la excelente y sorprendente Creed. Sin embargo no es el caso, pues todo recuerda a fórmulas manidas de superación e individuos hechos a sí mismos, enmarcados en tedioso telefilm y odiosos videoclips. Pero aun así la película salva los muebles del naufragio por lo que se cuenta en la esquina del cuadrilátero. El personaje de Dolph Lundgren adquiere proporciones casi shakesperianas y donde veíamos en el pasado un saco de músculos robótico (Rocky IV), el paso de los años lo ha transformado en un tipo arrasado por la derrota con una personalidad muy compleja en busca de la redención a través de su hijo. Stallone no brilla, ni tampoco Michael B. Jordan en esta revisitación de la guerra fría donde parece que la URSS nunca se fue -Rusia es Ucrania y Ucrania es Rusia-, pero por ver a Lundgren en la mejor actuación de su carrera y metamorfoseado en el auténtico Rocky Balboa, merece la pena.
centaurodeldesierto
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9
5 de septiembre de 2010
20 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque a muchos sorprenda el fenómeno Evo Morales este grito por la justicia de los más débiles, en Bolivia en concreto ya había empezado hacía ya mucho tiempo, esa toma de conciencia del indio ya estaba presente desde hacía ya muchos años. Un ejemplo de esto que decimos lo podemos ver en la magnífica película de Jorge Sanjinés Yawar-Mallku (Cóndor Sangrante), rodada en quechua en el año 1969, y con la muerte del Che todavía planeando. En ella se relata la vida de una comunidad campesina y de cómo tras caer herido el jefe de dicha comunidad y ser trasladado a la capital, éste muere, al no tener dinero para pagar un médico. Sin embargo, su muerte no habrá sido en vano, ya que servirá para que su cuñado, que se ha ido a vivir a la ciudad y reniega de sus orígenes, tome conciencia de lo que es y de los suyos.
si desean algo fuera del sistema vean y disfruten de Yakwar Mallku. Rodada con muy escasos medios, con actores no profesionales, en poco más de una hora y sin sensación de cajón desastre y apelotonamiento, con sencillez, la película nos desgrana los problemas de una Bolivia en la que la mayoría de sus habitantes son ignorados y despreciados por el mero hecho de ser indios; en la que muchos de estos emigran a la capital en busca de mejores expectativas y reniegan de su condición, odiando su origen; en la que se esteriliza a las mujeres indígenas bajo argumentos supuestamente humanitarios; en la que hay una elite blanca que habla inglés y que vuelve continuamente la espalda a los que no tienen nada, mientras viven en sus casitas del barrio alto. Sin embargo, Yakwar Mallku no es sólo un cine de denuncia y de crudo realismo, poseyendo grandes dosis de lirismo cuando nos relata las costumbres de los campesinos (la escena del indio bañándose de sol es magnífica). Su final, con un explícito llamamiento a la lucha, consigue emocionar y hacer palpitar el corazón y nos abre una nueva puerta llena de luz, tras la tristeza de la historia que nos relata la película. Una luz que se mantiene, una luz que es la de la esperanza, una esperanza que está en Evo y en los millones de voces que lo acompañan clamando justicia y dignidad.
centaurodeldesierto
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