No me considero un fanático de la saga, por lo que mi opinión se centra en un punto de vista de una persona que va a ver esta película sin ningún tipo de expectativa ni nostalgia. Aunque es un film que ni muchísimo menos se puede catalogar como "malo", si que es cierto que comete errores que han hecho que durante la misma perdiese la atención en la trama. Un ritmo irregular, con picos de mucha intensidad y tramos que, aunque necesarios para comprender la situación de los personajes, se me hacen demasiado artificiales y lentos. Ritmo aparte, otra vez me he vuelto a encontrar con una película que repite el mismo guión tantas veces visto en otras; Una sensación constante de "ya he visto esta película antes y se lo que va a pasar" que a mi en lo personal me suele resultar muy molesta. He adivinado todos los sucesos de la película antes de que ocurrieran.

Pero no todo es malo, ni muchísimos menos. Como ya he comentado anteriormente, dentro de su irregularidad suceden momentos audio-visualmente espectaculares y que consiguen transmitir toda la adrenalina que poseen. Michael B. Jordan vuelve a presumir de un cuerpo que ya me gustaría a mi poseer aunque fuese solo por un día. Y Stallonne, ahora en un segundo plano más evidente, sigue teniendo ese aura inexplicable que pocos actores poseen para conectar con el público. Y hay que admitirlo, Viktor Drago (Florian Munteanu) es un monstruo del que no desearía recibir ni una palmada en la espalda por temas de salud.

Si, es una película entretenida, dentro de lo que cabe. Id sin miedo a verla, es de esas películas que solo puedes valorar a mejor.

Quien la iba a decir a mi yo de hace un año, cuando por primera vez la oportunidad de ver este ánime, que hoy, nada más acabar el capítulo, iba a sentirme feliz por lo que he visto. No aplaudo por lo que esta serie ha sido capaz de generar en mi, ni por su banda sonora. No, nada de eso. Aunque todo ello merece ser alabado acorde a su genialidad, lo que realmente me empuja a calificarla con esta nota es, simplemente, por haber conseguido algo que jamás pensé que vería en un shonen (de los cuales debo decir no soy muy fan que digamos): mezclar todos los elementos conocidos en el mundo del ánime con una precisión casi insultante, creando una de las combinaciones más perfectas que he visto en una obra de animación. Y hacer que esto parezca fácil. Las comparaciones duelen, y es ahí donde FMAB se lleva la palma porque lo que pretende hacer desde un principio lo consigue a la perfección.

Hoy en día se me hace bastante habitual encontrar obras que nadan en un mar de vacío argumental. Carentes de personalidad y de falta de magia. Realmente no culpo a la industria por ello, simplemente se están adaptando a los tiempos. Actualmente, el espectador promedio suele buscar más la espectacularidad y la instantaneidad por delante del argumento profundo y los simbolismos. Y normalmente los guionistas deben elegir entre una de ambas opciones, ya que mezclarlas puede hacer que la obra quede nadando entre dos mares sin definirse del todo. Y de repente, aparece Fullmetal Alchemist Brotherhood con una lección de control del argumento casi insultante que hace que parezca sencillo hacerlo.
Quiero recalcar en especial un capítulo que muestra perfectamente lo que estoy diciendo: El episodio 4 de la primera temporada. Un capítulo que lleva de manera sublime la transición entre el humor inicial y el drama más negro y aberrante al final, y eso en un periodo de tiempo de 20 minutos.

Lo más gracioso es que, analizándolo de manera objetiva, Fullmetal Alchemist tiene una trama principal más simple que el mecanismo de un chupete. Con escenas "innecesariamente cómicas" (clásico tic de muchos shonen que no terminaré nunca de tragar pero que incluso aquí te pueden parecer "aceptables") pero a la vez mezcladas con la brutalidad y crudeza sutiles necesarias para atraer a toda clase de espectadores. La fórmula usada la hemos visto un millón de veces en infinidad de obras. Aunque aquí, en los personal, los creadores me han mostrado que, si sabes hacerlo bien, todavía se puede sacar partido de esta fórmula. Además, a esta trama le siguen unas buenas subtramas que hacen que esa simpleza se camufle, e incluso pueda pasar para algunos como una trama compleja. Aunque vamos, al final la montaña de emociones a la que te someten es tan espectacular que uno termina olvidándose de todo y solo quiere seguir adelante con lo que me van a mostrar, a sabiendas de que no me van a decepcionar. El argumento no deja de ser una excusa para mostrarnos lo que hace realmente genial a éste: Los personajes.

Como he comentado anteriormente, estamos ante una obra que posee una precisión quirúrgica de todo lo que aparece en pantalla, no iba a ser menos con los protagonistas de éste. Además, los creadores toman una decisión que me parece un acierto rotundo: El peso de la trama no cae en los hombros de Ed y Al, sino que ésta se divide entre todos los personajes, haciendo que las tramas de todos aumenten de importancia y, de la misma manera, nuestras emociones hacia los personajes sean más intensas. Todos los personajes aparecen el tiempo justo y necesario, posteriormente desaparecen o pasan a un segundo plano en pos de otro personaje y terminan su trama justo cuando y como debe terminar. Ni más ni menos. Además, tienen en cuenta el paso del tiempo pues esto afecta también al físico de los personajes y a su madurez. Control de la situación. Una y otra vez. Todos los protagonistas (porque si, todos son protagonistas) poseen unas características muy marcadas y diferenciables del resto y, aun siendo tan distintos entre sí, la serie te sigue dando la oportunidad de crear empatía por todos y cada uno de ellos, desde el irónico y carismático Greed (no puedo dejar pasar la oportunidad de recalcar que Marvel lleva queriendo buscar este personaje con desesperación sin encontrarlo) hasta el serio y monstruoso Bradley. Todos poseen esa aura que hace que, incluso desde el odio, termines teniendo empatía y respeto hacia ellos (menos Envy, que asco de personaje xd). Todos son uno y uno son todos. Un círculo perfecto.

No tengo sino palabras de agradecimiento a todos los que han participado en la producción de esta obra. Gracias por todas y cada una de las horas que he invertido viendo esto. Las palabras que pueda decir ahora mismo jamás harán justicia sobre lo que he disfrutado.
Dadle una oportunidad, enamoraos de sus personajes, de sus historias, de sus relaciones y de su evolución. Por fin, un círculo de transmutación que tiene éxito rotundo.

Qué maravilla. Jamás había visto una manera tan increíble de despreciar una obra. Hay que odiar mucho a Stephen King para llevar a cabo semejante aberración con tantísima habilidad.

Cuando el científico loco con la típica bata que caracteriza a este tipo de personajes aparece en escena por primera vez y lleva a cabo esa cadena de acciones incoherentes e inconexas para cualquier persona que se introduce por primera vez en la trama, mucha gente con la paciencia y tiempo justo para perder puede pensar que lo que tiene delante es la típica serie que trata de mostrarse como una historia compleja cuando el guión es digno de un niño de 10 años que, con una pizca de suerte, tiene una mínima idea de lo que escribe. Es cierto que al ver el primer capítulo yo también tenía mis dudas (más que razonadas si valoraba únicamente los sucesos de los primeros 25 minutos) de hasta qué punto lo que me habían mostrado iba a prolongarse hasta el final de la serie. Sin embargo, ver el personaje del final del capítulo me hizo darle la oportunidad al segundo capítulo. Y así hasta el final de la trama que, por cierto, no pone su punto final en el capítulo 24, pues la trama es constante; un círculo perfecto de sucesiones que desencadenan en otras y que conectan de nuevo con las primeras. Un maravilloso ciclo sin fin. Genial.