Empezando por lo que importa: esta película puede llegar al espectador como pocas, porque si prestas atención de alguna manera sabes perfectamente de que habla.

Es una historia sencilla en la que el golf se convierte en una metáfora de la vida, donde no hay más rival que uno mismo, siempre en busca de la armonía con el campo.

Con muy pocos recursos cinematográficos podemos meternos en la piel de un jugador, Junuh, en busca de su juego; su forma personal de estar en este mundo. Atormentado por su pasado y perdido necesita recuperar su identidad y aquellas cosas que siempre ha querido.

Bagger Vance es un personaje misterioro y carismático y uno de los mejores de la carrera de Will Smith. Acompaña al protagonista en su particular odisea y consigue influir sutil pero definitivamente en Junuh, sin hacer ruido, como si su presencia en esta película fuera paralela a la trama principal y casi imperceptible para los demás personajes.

Redford realiza una película sobre una única idea, o más bien un estado de ánimo, como si trazara toda la película de una única pincelada. A nivel cinematográfico no es una obra maestra y es cierto que el argumento es lineal y puede ser predecible, pero al igual que en El Rio de la Vida, ese estado de ánimo que puebla toda la película hace que valga mucho la pena la experiencia.

La serie es muy original.

El protagonista es pluriempleado, tiene una formación universitaria y pasión por la ciencia, pero se ve limitado a enseñar en un instituto donde los alumnos no tienen mayor interés, y por las tardes limpia coches para ganar un dinero extra. No tiene ahorros y tiene un hijo discapacitado.

"Breaking bad" es una frase hecha que se utiliza en algunos estados del sur de Estados Unidos para decir cuando la vida de una persona toma un mal camino. En este caso define perfectamente lo que le ocurre al protagonista cuando le diagnostican cancer, supone el detonante, la gota que colma el vaso en una vida decepcionante, con incontables problemas e insatisfacciones.

La serie se cataloga muchas veces de comedia negra, pero a cada rato se cruza la línea de la comedia y se convierte en una oscura tragedia. Pasas de estar del lado del protagonista a rechazar sus decisiones por completo en pocos episodios.

Es una serie que no te deja indiferente y no te deja tomar posiciones, no hay buenos y malos, solo hechos que ocurren en cadena, consecuencia unos de otros y no paras de preguntarte: ¿Pero como hemos llegado a esto?

La evolución de los personajes da que pensar. Es como si la vida les empujara rápidamente y sin control a situaciones inesperadas y desesperadas.

En definitiva un trabajo excelente del grupo de guionistas. Y me da la impresión de que comenzó con pretensiones de cinta independiente y según pasa el tiempo su creador y los guionistas aspiran cada vez a más, introduciendo recursos nuevos y trucos para mantener la intriga y la tensión. Destacaría las imágenes que introducen al principio de capítulo para avanzar lo que ocurrirá en el futuro; siempre son intrigantes y te hacen esperar lo peor.

Si la estás viendo y te sorprende, espera, porque va a mejor!

Es una de las comedias más divertidas que he visto. Es desenfadada, original, sin pretensiones, y totalmente disparatada.

Ya la primera escena te pone en situación. No tiene desperdicio. Desde ese momento se nos presenta al típico adolescente americano del grupo de los pringados del instituto. Vemos como hará lo que haga falta para cambiar su aburrida vida y ligarse a la chica de sus sueños aunque eso implique convertirse en un superhéroe casero, al estilo de Peter Parker, pero sin poderes, sin gadgets...solo un montón de ganas y sin importarle comprometer su integridad física.

En sus desventuras se encontrará con otros super héroes más serios, destacando el papel de Chloe Moretz, una pequeña máquina de matar.

La banda sonora de Prodigy está perfectamente elegida, y no es coincidencia que esté presente en otra adaptacion de un comic como Scott Pilgrim vs. the World.

Por el estilo de frivolidad con que se tratan las escenas violentas y la estética, recuerda un poco a Kill Bill.

Hay pocas películas que sean tan refrescantes e inesperadas como esta, y en ella encontraremos una buena colección de escenas sueltas que se te quedan grabadas por lo absurdas y cómicas que son, y porque nunca antes habías visto algo similar.

Una película que te engancha desde el principio, y aunque comienza como una comedia pura, llega un momento en que cruzas los dedos para que todo les salga bien a sus personajes. Desde luego se agradece que de vez en cuando aparezca una película como esta, aunque debe ser extremadamente dificil de imitar.

No tengo palabras para describir lo indignado que me sentí durante toda la película. Pensar que has podido pagar una entrada de cine para ver algo así me parece directamente un robo.

Podría empezar a cargar contra cada segundo de esta película, pero haciendo un resumen diré que el hecho de que haya graffitis y tatuajes con formas fálicas repartidos por toda la película es el menor de los problemas, así que puedes hacerte una idea del resto.

Desde el minuto 1 es un despropósito en que cada escena es absurda, llena de errores, en que vemos como a un robot con la psique de un bebé le intentan educar para ser un macarra un grupo de poligoneros de lo más patético. Como ejemplo, la escena en la que una choni llamada Yolinda le cuenta un cuento al robot, en una cama con sábanas rosas, al lado de una mesilla sobre la que se ven las figuras de Cartman y el Señor Mojón de South Park define el conjunto.

Es probablemente la peor película que he visto nunca, y el motivo por el que escribo esto es para intentar evitar que se rebaje la categoría de un arte como el cine al nivel de un insulto.

Al menos podrían haber tenido la decencia de hacer la voz del robot tolerable, en lugar de taladrarte toda la película hasta desear cortarte las venas. Incluso poniendo todo mi empeño en no abandonar la sala del cine, fue un desafío, y realmente me arrepiento de no haberlo hecho, porque resultó ser un verdadero castigo.

Esta es una serie a la que hay que darle una oportunidad para darse cuenta de lo que se tiene entre manos.

Comienza contando la historia de Enoch "Nucky" Thompson, interpretado por Steve Buscemi, uno de los actores que salía en Reservoir Dogs. Es un político corrupto, con mucho poder e influencia en Atlantic City en los años 20. Combina la habilidad, sutileza y astucia con una crueldad implacable para dar lugar a un personaje de contrastes que no es lo que parece.

Pero a diferencia de series como House, no se limita a un solo personaje genial, sino que va profundizando poco a poco en la trama, mostrando a complejos personajes como Jimmy Darmody. Se entrelazan la corrupción y el funcionamiento de la ciudad, movido por los intereses, el dinero, el alcohol y la violencia, con los dramas personales de cada uno de los personajes y su manera particular de sobrevivir en un entorno así.

Hay sorpresas geniales como encontrarte con Michael Kenneth Williams, quien interpretó a Omar Little en The Wire, dando vida a uno de los personajes secundarios.

La ambientación en la época es sobresaliente.

Es una gran serie, en la que HBO está apostando muy fuerte. Aún así, en ocasiones parece que busquen escenas de violencia y sexo, con una regularidad programada, para atraer al expectador, como si de Spartacus se tratase. A veces parece que esa época, en esa ciudad, debía ser un auténtico infierno.
Si lo que quieres hacer es una serie compleja y de calidad no hacen falta trucos o caricaturas, pero esto es sin duda un fallo menor.