Buena factura visual, deliciosa banda sonora, magnífico diseño gráfico; pero con un ritmo y un desarrollo tan asimétricos que la película acaba por perecer en sus propia virtudes. En ocasiones hasta el punto de parecer un producto efectista, superficial y vacío.

La factura visual, efectivamente, es apabullante, con una imagen excepcionalmente cuidada, imágenes, escenarios y paisajes abrumadores. No obstante, se ahoga tanto bajo la música y la rapidez de las escenas que no dejan saborear todo aquello que sí disfrutamos en "Pesadilla antes de Navidad" o "La novia cadáver": los sonidos, que podrían crear esas sugerencias que yo tanto valoro; o esas reflexiones pausadas que permiten un mayor dominio de las empatías fílmicas. He echado de menos, por tanto, más incisión en el desarrollo de detalles inteligentes, pues todo se ahoga en un torrente efectista vulgar y manido, en exceso tópico, que se emplea abusivamente, aun cuando por muy tenues momentos es brillante, tanto por su sencillez como por las texturas que logra crear. Todo es un correr trepidante que en su parte final se desboca hasta crear una sucesión de estampas rápidas y poco desarrolladas. Fast-food palomitera con ínfulas de peli señera para gente fácilmente impresionable por lo superficial de lo aparentemente profundo, a lo cual intentan sacarle un jugo que, cuando no lo encuentran, lo imaginan y se autoconvencen de que es como ellos creen.

Tengo la sensación de que esta historia, con solo un poquito más de maduración, habría dado muchísimo más de sí, pues sus virtudes son notables pero el resultado global... bastante irregular, por no decir mediocre.

Al final para que me cundiera el rato tuve que aprovechar la sala a oscuras para jugar con disimulo, silenciosa pero divertida y revoltosamente, con un niño de al lado que se aburría tanto como yo pero aún conservaba la energía que a mi me había quitado el ver esta película enteramente olvidable (...olvidable salvo por motivos subjetivos y personales, claro).

Quién necesita películas de evocación cuando cuenta con la belleza de los pequeños y reveladores detalles de la realidad, menos mercantiles y manipuladores, para entretenerle y hacerle disfrutar de la vida abriéndole de par en par los ojos. Gracias, chavalín. :)

"Dios bendiga a los niños, todo lo resisten y todo lo soportan". (La noche del cazador)