Sí, a día de hoy los efectos especiales resultan cutres. No, no es una película que pueda considerarse una obra maestra. Sin embargo, que calentito se me ha quedado el corazón al volver a verla... Hace ya más de 20 años que la vi por primera vez, y esta noche he emulado al mítico Michael J. Fox y he viajado en el tiempo. En lugar de un Delorian, mi vehículo ha sido una película, ésta película, y mientras la veía y a pesar de esos 20 años transcurridos, de repente me he sentido otra vez como esa niña entusiasmada ante la tele, que junto a sus primos veía en el salón de la casa de su abuela materna esa película sobre un ángel de la guarda poco convencional, que les había traído su tía del videoclub dónde trabajaba. Y 20 años después, mi habitación huele a esa empanada asturiana que estaba cocinando mi abuela mientras sus nietos veían la película. Y 20 años después, me ha venido a la boca el sabor del Cola-Cao y los sobaos pasiegos que nos estábamos merendando mis primos y yo mientras veíamos "Chico celestial". Me voy a dormir con una sonrisa pintada en la cara, gracias a los recuerdos, y gracias a esta amable cinta que nos recuerda la importancia de querer a los demás.

El título puede insinuar una mala crítica, pero si terminas de ver la adaptación al cine de tu libro favorito, y no tienes ganas de estrangular al director, ya es mucho.

Lo mejor de la cinta es su actriz protagonista, Saroise Ronan, que interpreta a Susie Salmon. También merecen mención especial los efectos visuales, la banda sonora y el trabajo interpretativo de Stanley Tucci, que encarna al odioso Sr. Harvey de forma bastante similar a como yo había imaginado ese personaje al leer el libro. Vamos, que solo con verle la cara, ya se te ponen los pelos de punta...

Lo peor, pues que hayan pasado tan por encima de la maravillosa relación entre los personajes de Lindsey Salmon y Samuel Heckler, de la amistad entre Ray Singh y Ruth Connors y sobretodo como han enfocado, o más bien no enfocado, la escena del asesinato de Susie, ya que eso hace que una de las escenas finales pierda la carga emocional que realmente tiene. Y soy consciente que no se puede plasmar todo el libro en la película, pero me molesta notablemente que se obvien aspectos muy importantes dentro de la historia, y que sin embargo incluyan cosas que se ha sacado el Sr. Jackson de la manga... ¿Dónde queda plasmada la desintegración que sufre la familia ante semejante desgracia? Por Dios! Que es uno de los temas principales...

Por otro lado, se confirma mi opinión acerca del error de casting al haber elegido a Mark Wahlberg para interpretar a Jack Salmon, padre de Susie. Aunque he de admitir que el resultado final no es tan espantoso como había imaginado, y que resulta incluso aceptable, la versión cinematográfica de ese personaje no le llega ni a la suela de los zapatos a la versión literaria. Leyendo el libro, adoras a ese padre y tienes ganas de sacarle del libro para darle un abrazo. Viendo la película, simplemente te encuentras con un hombre que ha perdido a su hija.

Si se me pregunta qué opción es mejor de cara a ver esta película, haberse leído antes el libro, o no, pues contestaría que va más o menos a la par... Si uno se ha leído el libro, lógicamente, saldrá del cine un tanto decepcionado, porque es un libro que cala hondo. Pero si uno no ha leído el libro, se perderá esa emoción que recorre cada fibra del cuerpo, simplemente por ver un gorro de lana, una pulsera con colgantes, o unos pantalones de pana amarillos. Y por supuesto, para aquel espectador que no haya leído el libro, no supondrá el mismo impacto que para uno que sí lo haya hecho, el escuchar las palabras: "Me llamo Salmon, como el pez ; de nombre, Susie.", ya que para el que no haya leído "Desde mi cielo", esa frase supone solo la presentación del personaje. Sin embargo, para aquellos que hayan leído esa fantástica novela, solo con escuchar esa frase que en su momento leyeron, le vendrá a la cabeza (y al corazón) toda la historia, con sus momentos de dolor, sus momentos de ternura, sus momentos de alegría y sus momentos de indignación.

Hoy, después de más de 20 años, he vuelto a ver "Tomates verdes fritos". Hoy, al igual que en su día, he reído y he llorado.

La obra de Jon Avnet no es perfecta, tienes algunos fallos y es una pena que se hayan disimulado ciertos aspectos por conveniencia social / taquilla de aquella época, que hubiesen hecho de la cinta algo más interesante de lo que ya es (hecho que en su momento no percibí ya que con 12 años no reparas en esas cosas, y yo personalmente desconocía siquiera que existiera la homosexualidad), y sin embargo, a pesar de esos fallos y esas omisiones, esta película me parece una joya...

Gran homenaje a la fuerza de las mujeres (por mucho que increíblemente la Real Academia de la Lengua Española, siga incluyendo a día de hoy como definición de "femenino" los adjetivos "débil" y "endeble") ; a la igualdad de las personas independientemente del género, el color de la piel o el poder adquisitivo; al poder de superación y a la amistad, que puede parecer un concepto un tanto banal comparado con los anteriores, y que sin embargo en mi opinión es muy importante, ya que los amigos, los que son de verdad, no dejan de ser familia.

100% disfrutable, 100% recomendable.

El título en castellano puede prestar a confusión, haciendo creer a la gente que se trata de otra cinta de adolescentes para adolescentes, cargada de ñoñería y con la que los adultos no nos podemos identificar. Pues no... Hay que dejarse guiar por el título original, que vendría a ser "La culpa es de nuestras estrellas", porque sí, porque no hay otra posible explicación de por qué esas vidas de tantos jóvenes, al igual que las de los protagonistas del film, se ven afectadas por la enfermedad sin haber hecho nada para merecer semejante condena.

Por supuesto, la película peca de tener algunos momentos un tanto edulcorados y otros que buscan la lágrima fácil, pero en general es una obra interesante, que plasma a la perfección el miedo, la frustración, los complejos y por qué no, la esperanza, que se sienten en una situación así.

"Life as a house" puede considerarse una pequeña joya cinematográfica, y es una lástima que en su momento no tuviera en taquilla todo el éxito que merece. Sencilla, humana y honesta, se va metiendo por los poros de la piel a medida que va transcurriendo la historia. No busca que los protagonistas caigan bien, simplemente los muestra como somos las personas, con nuestras cosas buenas y nuestras cosas malas, nuestros sueños, nuestras frustraciones, nuestros errores y nuestros aciertos, y precisamente por eso los protagonistas caen bien, porque son de verdad. Resulta interesante el paralelismo entre la construcción de una casa y la construcción de las relaciones con aquellos que nos rodean, y más que una moraleja, lo que deja es un consejo importante: Quiere y déjate querer antes de que sea tarde, lo demás no importa.