Estamos ante una película fallida y tramposa, de gran pomposidad, con cosas geniales en pequeñas proporciones, pero con gran cantidad de absurdos, ridículos y despropósitos. Meryl Streep está, como siempre, excepcional, pero ni su excelente interpretación logra defender una película pretenciosa, lenta y autocomplaciente, carente de todo ritmo o intención.

Una película fría y sin sentimiento en la que, ni la soledad del poder, ni la de la vejez, ni la de la enfermedad, logran crear empatía en un espectador ansioso porque las luces se enciendan y, de una vez por todas, por salir de sala sin mirar atrás. Los planos manipuladores y carentes de talento lastran la genial interpretación de Meryl Streep, único bote salvavidas de la cinta.

Las demás interpretaciones pasan sin pena ni gloria por la pantalla, cayendo algunas de ellas en la mediocridad. La música parece genérica y sin alma. La fotografía la habitual en el cine británico, correcta. La dirección absolutamente fallida. Phyllida Lloyd no tiene en ningún momento el control de la película ni parece conocer su rumbo.

Desconozco la razón por la cual Daniel Sánchez Arévalo, el nuevo divo del cine español, ha caído tan "en gracia" a la crítica española. Su pretenciosa "AzulOscuroCasiNegro" tenía algunas cosas que se podrían salvar, pero este estúpido intento por acercarse a la comedia norteamericana siendo "muy puro", es simplemente ridículo. Las interpretaciones son, en el mejor de los casos, intrascendentes, y en el peor, realmente ridículas. Las subtramas son innecesarias y mal trabajadas. Una comedia que no tiene ni un solo momento de gracia, y que pretende ser original y trascendente con las mismas tonterías que hemos visto una y otra vez.

En cuanto a las interpretaciones, Quim Gutiérrez cansa y abuerre, Raúl Arévalo hace el personaje más impresentable que he visto en mucho tiempo, y Daniel Lastra hace la peor interpretación que he visto en los últimos años. Inma Cuesta hace poco más que un topless, y Clara Lago no tiene ninguna credibilidad en un papel que, por otra parte, está bastante mal escrito. El único que se salva, aunque hace un personaje muy plano, es Antonio de la Torre.

Seríamos injustos si dijéramos que la mala acogida no se debe, en parte, a la polémica actuación de una de sus guionistas, la ex ministra de cultura Ángeles González Sinde. De acuerdo, la película empezó mal por ahí, pero también es cierto que tiene su mala fama perfectamente ganada.

La película coge a todos los actores y actrices jóvenes que han cosechado mayor o menor éxito en la pequeña pantalla durante la última década, aprovecha su tirón al tirar de estas grandes promesas y se disfraza de relato generacional.

La realidad es muy diferente: la cinta tira del morbo y carece de guión, asesina las actuaciones de unos más que válidos y dignos intérpretes, y se condena a tirar del morbo sin ningún atisbo de vergüenza o dignidad. Detrás de lo coral del reparto no hay nada. Un inmenso vacío lleno de despropósitos injustificados. Una obra capaz de terminar con las carreras de más de una joven promesa de la pantalla.

Pocas veces uno puede encontrarse frente a frente con una película tan falsa, tan vacía, tan prescindible. Un auténtico insulto a la inteligencia e incluso al simple deseo de entretenimiento. Hasta las escenas de sexo o de consumo de drogas (lo que parece el 70% del metraje) son totalmente falsas y carentes de interés. Los diálogos son ridículos, más propios de una comedia o de un capítulo de Muchachada Nui que de un drama generacional.

Sin ningún tipo de duda la peor película española de alto presupuesto rodada en mucho tiempo.

Tras el primer visionado, es evidente que "Fe de etarras" no es la "Four lions" de Chris Morris, pero es evidente que, de algún modo, podríamos decir que es el exponente patrio de la cinta británica. Puede que incluso sea injusto compararlas, dado que el tema tratado en la película española es más "de aquí", y por lo tanto también más sensible y controvertido.

Tras toda la polémica suscitada por... el título, nos encontramos con una comedia necesaria y con algunos momentos espectacularmente graciosos, hilarantes y geniales. Pero no debemos llevarnos a engaño, esta es una comedia imperfecta, sobre todo en cuestión de ritmo, y es una comedia negra. Seguramente lo peor sea el final atropellado que nos ofrece, en el que no llegan a quedar claros los diferentes arcos de transformación de los personajes. Tampoco los secundarios están aprovechados del todo.

Sin embargo "Fe de etarras" es una buena comedia y, por lo tanto, una buena película. Las interpretaciones van de lo correcto a lo bueno, la dirección va a lo sencillo, sin complicaciones, y sale perfectamente ilesa. El guión tiene algún derrape, pero la mayoría de diálogos y situaciones funcionan bien (algunas son simplemente geniales). En un terreno minado, la película se pasea como si bailara y sale sin un rasguño.

Lo mejor: algunos diálogos y situaciones son desternillantes. No va a lo fácil.

Lo peor: el final parece algo atropellado, y las tramas secundarias son algo flojas.

Munich es un ejemplo de cine político, de cine acción, de cine controvertido. Spielberg deja a un lado sus habituales arrebatos sentimentaloides en esta cinta y va a por todas, con una película valiente y desgarrada. Perfecto suspense, perfecta y objetiva crítica que no deja contentos ni a judío ni a palestinos. Es cine clásico y moderno al mismo tiempo. Lo mejor de Spielberg en los últimos años y una de sus obras maestras.