Está película me ha dejado bastante perpleja, tanto que me he decidido a escribir una crítica porque la verdad es que no sé como puntuarla.

De entrada, he de reconocer que mis expectativas eran muy altas debido a las buenas críticas que tuvo la película en su momento. Al principio me gustaba mucho, me parecía una película simpática y bonita que reflejaba bien los problemas con que puede encontrarse una pareja de lesbianas (similares a los de una pareja con hijos adoptados) al criar a sus hijos y concretamente en una situación como la que se plantea, en la que buscan y encuentran a su padre donante. Me gustaban los personajes y el trabajo de los actores, y durante el transcurso de la película me parecía que "todo iba bien", en cuanto a cine, me refiero. Pero, de pronto, da un vuelco final y la simpatía desaparece y se convierte en una película hiperconservadora, de defensa a ultranza del matrimonio y la familia tradicional, que al fin y al cabo es lo que es aunque esté formada por una pareja de mujeres, y totalmente falta de empatía por el personaje masculino al que se castiga sin compasión. No hay ninguna valentía en su final, más bien al contrario. No deja ningún resquicio a la libertad y a mi entender se convierte en un panfleto de militancia gay con moraleja. El optimismo desaparece y llega el desconcierto.

No es una obra maestra pero es una peli de esas que yo llamo bonitas: una bonita historia, en la que sale gente buena que hace cosas buenas, en la que ves bellas imágenes y con la que pasas un buen rato y sales contento del cine y, a veces, es suficiente con eso.
A pesar de que la actriz me encanta me sobra un poco el personaje de Kristin Scott Thomas y es verdad que el guión es bastante predecible, pero son todos tan guapos y lo hacen tan bien...