Antes de verla he leído muchas críticas de esta película, positivas y negativas por igual, y después de su visionado para poder opinar desde mi propio punto de vista, no me queda más remedio que posicionarme con las negativas. Igual que todas ellas, veo redundante, exagerado y morboso ese alargarse tantísimo en las escenas sexuales... Me pregunto si así creía el director terminar un producto más "libre", más "moderno" o más "transgresor", cuando en realidad lo que ha conseguido es despertar (al menos a mí) rechazo hacia él y lástima por las actrices... No creo que una película sea más valiosa ni más realista cuanto más sexo descarnado muestre, la verdad, ni creo que sea necesario para una buena trama. Ésta, además, se queda muy corta, ya que se echan en falta aspectos más importantes y concretos a desarrollar (no sólo comida y sexo, comida y sexo...) y mejores diálogos. No la recomiendo.

Puede considerarse una película "de autor" no apta para todos los públicos, ya que desarrolla un tema crudo y lo hace con un ritmo lento pero muy chispeante en cuanto a que se masca la tensión a lo largo de todo el metraje... Las interpretaciones sostienen la película, son absolutamente geniales, especialmente la de Pilar Gamboa. La conclusión que se extrae de la trama es que una relación de pareja tiene múltiples compartimentos, escondrijos y sótanos secretos y es increíble la violencia que la falta de comunicación puede acarrear. Un 7/10.

Bajo mi punto de vista, no podría ser más lorquiana esta película ni mostrar unas imágenes más acordes con la obra y la sensibilidad extraordinaria del poeta granadino. Me ha parecido, toda ella, maravillosa, si bien es cierto que puede no gustar a todo el mundo ya que su lenguaje es un tanto cargado, en el sentido de poético, y muchos quizá lo confundan con pretencioso, exagerado o petulante. Pero creo que es justo el estilo que pide el texto de Lorca.

Además de ser una película infumable con unos personajes estúpidos que tienen la profundidad de un charco, lo que me enfurece y desata mi perplejidad es algo que sucede a la media hora: los dos chicos dan una fiesta en la casa e invitan a dos chicas, una de ellas dice encontrarse mareada y se tumba en una cama en estado inconsciente, circunstancia que uno de ellos aprovecha para violarla, así, con todas las letras. Le baja las bragas y la penetra, por supuesto sin el consentimiento ni el conocimiento de la chica, que permanece inmóvil y dormida. Nadie se extraña de esto ni nadie lo denuncia, sino que al público le parece algo de lo más normal e incluso una anécdota "simpática e inocente" y propia de adolescentes, prueba más de lo enraizada y aceptada que está la cultura de la violación en nuestra sociedad.

Una película excelente y necesaria, aunque quizá le faltó más crudeza (la lucha sufragista estuvo por desgracia sembrada de muerte, torturas y sufrimiento) y sirve como referencia, aunque pequeña, de la lucha feminista. Digo que debería proyectarse en colegios e institutos para que los adolescentes y los más jóvenes cobraran conciencia de esta lucha, de la opresión de las mujeres que hoy creemos superada, de que los logros que hoy creemos tan normales se ganaron a base de sangre y muchísimo esfuerzo, lamentablemente, y gracias a la lucha de estas mujeres ejemplares a las que en su día tomaron por locas e histéricas. Gracias a esas "locas" e "histéricas" hoy las mujeres podemos hacer algo tan normal como ejercer nuestro derecho al voto. Todavía hoy nos llaman locas, histéricas, exageradas y feminazis por expresar muchas otras quejas y objetivos que algún día se alcanzarán.

Como decía Bell Hooks, el sexismo es la única forma de opresión en la que se espera que las oprimidas amen a sus opresores.