Estamos sin duda ante la película más mala del pasado, del presente y del futuro.

Un auténtico fiasco, mala en absolutamente todo, Manolo Munguia no ha conseguido hacer bien nada de lo que se proponía en la que es su ópera prima y probablemente sea también la última. Aunque hay que decir que lo peor de todo son las actuaciones -con excepción de Rubén Serrano- las demás son pésimas. Volviendo a la dirección, la película no consigue ni divertir, ni asustar, ni emocionar, ni nada de lo que ha intentado con las diferentes escenas.
El guión no tiene sentido, los diálogos són ridículos, la música está mal utilizada, intentando dramatizar o añadir suspense a lo que no lo tiene, ello sumado a la sobre actuación obtiene un resultado ridículo.
Durante buena parte del film, la peli parece un power point sobre riesgos de internet y seguridad en el uso de TIC, luego parece más una sesión de espiritismo y acaba derivando en falsa y sobredimensionadamente apocalíptica cómo si se tratara de una noticia relatada por Pedro Piqueras.

De verdad que, por lo mal hecha que está en todo, no creo que esta película pueda gustar a nadie, no se trata de un tipo de propuesta o de público objetivo, sino que la mala calidad del producto impide causar satisfacción a nadie.