Mientras los yankees nos impresionan con sus películas made in Hollywood de presupuestos que van más allá de nuestra imaginación, efectos especiales ostentosos y actores que ganan dinero por suspirar, aquí en España nos conformamos con lo que hay, que no es mucho, para hacer cine.
Pero qué cine. Sin duda alguna, y cada vez lo creo más, los españoles somos unos genios para sacar una película de la nada y con nada. Ya me gustaría ver al señor Spielberg arreglárselas con lo mismo que Félix Sabroso y Dunia Ayaso disponían para hacer algo tan original y entretenido como "Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí". Y es que vale, no es ninguna injusticia que la película no fuese nominada a los Oscars, ya que buena no es precisamente, pero tiene las grandísimas cualidades de no resultar aburrida en ningún momento, sorprenderte con cada escena y, sobretodo, hacer reír a carcajadas. Ya de por sí es difícil decir el título sin que se te escape la risa.
La historia; tres "amigos" gays (cada uno a su manera) que comparten piso y acaban perdiendo los papeles por su nuevo y espectacular compañero, el cual acaba siendo un fiambre.
Destacar las magníficas interpretaciones de los protagonistas, que hacen de la película una espléndida forma de pasar un buen rato.
Buscadores del buen cine y críticos severos, abstenganse. Amantes de la comedia española y el sentido del humor, no duden en darle una oportunidad y verla.

A pesar de ser una película que tiene más años que yo, no la había visto nunca ni tenía conocimiento de ella hasta hace poco. Cuando por fin tuve el gran placer de verla en la televisón quedé fascinada. He de decir que soy fiel seguidora de las obras de Spielberg y que en pocas ocasiones me ha defraudado. Sin embargo, en esta ocasión me encandiló por completo, elevando aún más mi grado de admiración hacia él.
"El imperio del sol" nos habla de la pérdida de la inocencia, de cómo actúa nuestro instinto superviviente en casos de extrema necesidad y, en mi opinión, te abre los ojos para valorar lo que tienes.
Dejando atrás aspectos como la historia en sí, la ambientación, la música o la fotografía, los cuales hacen de la película la gran obra que es, me quedo con la soberbia interpretación de Christian Bale. En cada gesto, cada mirada o cada movimiento muestra tal expresividad que logra emocionarnos e introducirnos en su piel.
Y es que, aunque es una película injustamente infravalorada, no hay duda de que es maravillosa y, para mí, esto es cine.

Terminé de verla con rostro de espanto y el mal sabor de boca me acompañó toda la noche.
Dicen que la primera impresión es la que cuenta, pero a mí no me sirve en este caso. Transcurridas unas horas, hice memoria de lo visto y me di cuenta de que, tras una historia de represión y falta de libertad con final espantoso, había un conjunto de factores que hacían de aquella película algo maravilloso. Recordé las imágenes de los árboles otoñales con sus hojas rojizas, anaranjadas y ocres, la luz del sol, tan presente, reflejada en los cabellos rubios de las hermanas Lisbon con sus miradas enigmáticas, y la voz del narrador contando la historia mediante frases que se quedan en la memoria por su belleza y significado. Para mí, esto es poesía en movimiento. Y por si todo ello no fuera suficiente, para culminar, canciones que hablan de tristeza, que emocionan y hacen que sintamos por un instante nostalgia por los sesenta. Sin duda, la música es uno de los puntos fuertes de la película, tan acertada y tan significativa en cada momento. Y es que ¿acaso puede haber algo más bonito que llamar por teléfono para expresar lo que sientes a través de canciones? Son escenas como esta las que hacen que “Las vírgenes suicidas” resulte inolvidable y merezca la pena.

Sin duda alguna, esta película es una de las grandes obras del séptimo arte y, por ello, pasará a la historia.
"La vida es bella" te dibujará una sonrisa en la cara, te hará reír y a la vez te arrancará las lágrimas. Entre todos los califícativos posibles, yo me quedo con uno: inolvidable. Hace ya nueve años desde que la vi por primera vez y, sin embargo, aún recuerdo mi sorpresa y carcajada al ver a un Guido traductor que informaba de que estaba prohibido pedir la merienda y llamar a mamá.
Y es que esta película hace un sueño de una pesadilla, mostrando que con imaginación y esperanza podemos superar los peores acontecimientos. Lo más bonito; cómo un padre le dibuja a su hijo la vida de color rosa y le muestra la sonrisa más abierta hasta en el peor momento para evitarle cualquier tipo de dolor o sufrimiento.
Escenas conmovedoras, ambientación magnífica, diálogos deternillantes e imaginativos, actores espléndidos y música más que buena, la cual se repite una y otra vez en la cabeza.
Mi más enorme enhorabuena y admiración a Roberto Benigni y, por supuesto, gracias por este gran regalo a todos los espectadores, y así demostrarnos que la vida pueda ser bella.

Fue poco antes de nacer esta película cuando todos nos quedamos impresionados y admirados al ver a un Russell Crowe luchando como un héroe en el Coliseo de una Roma imperial. Sin embargo, de la noche a la mañana, Crowe ya no era gladiador, había cambiado la espada y la armadura por una pizarra y una tiza, y todo ese músculo fue transformado en cerebro, o mejor dicho, en una mente maravillosa.
Crowe adopta el papel de un auténtico genio de las matemáticas cuya mente se ve atacada por la esquizofrenia. La película trata la historia verídica de John Forbes Nash, desde sus primeros años como estudiante universitario hasta que llega a ganar el premio Nobel en 1994, y cómo toda su vida se ve marcada por dicha enfermedad.
"Una mente maravillosa" nos deja ver cómo con fuerza de voluntad y ánimos de superación podemos dejar atrás aquello que nos impide llegar a alcanzar nuestras metas y conseguir más de lo que habíamos imaginado. Sin duda, la historia de este genio es digna de admiración.
Con Nash, Crow pudo demostrar el gran actor que es, ya que se trata de un papel realmente difícil, pero que él consigue captarlo a la perfección e interpretarlo de manera insuperable. Destacar también, a Paul Bettany, el cual nos dejaría bien claro posteriormente que es un magnífico actor en "Master and Commander" y a Jennifer Connelly, que se convierte en la esposa y compañera que todo hombre desearía.
Son estos algunos de los factores que hacen de la historia de un gran hombre una película maravillosa.