Con los años, Travolta ha ido ganando en sus interpretaciones dramáticas, distanciándose de la imagen de 'duro' en que se han empeñado en encasillarle muchos directores.
En este filme, borda el papel apoyado en todos los entrañables co-protagonistas y en un guión desbordante de cariño hacia los personajes, las situaciones y el desenlace, además de las magistrales ambientación y música.

Es una lástima que un argumento interesante y bien concebido, capaz de provocar la catarsis del espectador por la dureza introspectiva que conlleva, tenga un desenlace tan flojo en que los protagonistas toman decisiones sin suficiente respaldo argumental ni psicológico. Aplauso a las interpretaciones de Ricci y Neeson; Long está tan insulso como es habitual en él.