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España España · Madrid
Críticas de Alvar0mg
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Críticas 22
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
16 de enero de 2021
94 de 148 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los fans de Marvel pueden estar de alegría, puesto que con el lanzamiento de Wandavision arranca oficialmente la esperada Fase IV del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU por sus iniciales en inglés), la cual debería haber comenzado incluso antes con el estreno en cines de Black Widow en mayo de 2020, pero probablemente ni siquiera el Dr. Strange hubiera podido predecir lo que sucedería en el planeta Tierra en dicho año… En este sentido, Wandavision supone varios hitos importantes: no sólo rompe con más de un año de sequía en cuanto a estrenos del MCU por culpa de la crisis del Covid, sino que se trata además de la primera serie de Disney+ del 2021 y, más importante, la primera serie realmente anclada dentro del MCU (pues otras, como Agent Carter, no forman parte propiamente del mismo).

Dirigida en su totalidad por Matt Shakman y protagonizada por Elizabeth Olsen y Paul Bettany (retomando sus respectivos papeles como Wanda Maximoff – alias Bruja Escarlata – y Vision), se trata de una propuesta deliberadamente transgresora y difícilmente clasificable, que combina elementos surrealistas, psicodélicos y de sitcom americana de los años 50 en adelante.

La historia arranca con Wanda y Vision viviendo juntos, casados, felices, en blanco y negro. Se acaban de mudar a una bonita casa en la típica zona residencial estadounidense y forman una pareja convencional más de principios de la segunda mitad de siglo: ella es ama de casa, él un empleado modelo. Sin embargo, parecen confundidos y, tras esa realidad aparentemente idónea y sin fallas, pronto empiezan a sobresalir desajustes, haciéndonos sospechar que no todo es lo que parece…

Temporalmente, sabemos que la historia se sitúa después de los eventos de Avengers: Endgame. Sin embargo, los colores brillantes de las Infinity Stones parecen haber dejado paso al blanco y negro, al menos al principio…los trajes de superhéroe vistosos y los alienígenas parecen también olvidados…todo esto con la aparente intención de transportar a la romántica pareja de los Avengers (y, de paso, a nosotros espectadores) al universo de la televisión y de las sitcom estadounidenses de los 50 (con las célebres I love Lucy y The Dick Van Dyke Show), de los 60 (con la inolvidable Bewitched y destellos de la inquietante atmósfera de The Twilight Zone), de los 70 (con por ejemplo las populares The Brady Bunch o Mork & Mindy)…en suma, un país de las maravillas retro basado en lo mejor de las sitcom estadounidenses en el que Wanda y Vision parecen ser la anomalía (como de hecho, y no por casualidad, a menudo parecían serlo también los protagonistas de dichas series).

Así, el resultado es una visión más simpática y estrambótica que perturbadora o disonante, en la que haber tomado prestados los códigos de las sitcom resulta vistoso y hasta atractivo para el espectador. Además, envuelve la historia en un sugerente halo de misterio, al tiempo que sumerge a los seguidores en un eficaz desconcierto ante tal extravagante propuesta de Marvel Studios, que uno no termina de saber del todo hacia dónde se dirige... En cualquier caso, resulta fácil entrar en la historia y cogerle el punto a la mezcla de géneros y estilos que propone. Y asimismo, resulta llamativo que sea el cine de superhéroes, que tan acostumbrados nos tenía a producciones con crecientes aires de videojuego, el que apueste ahora por un una mezcla de estilos algo anticuados y pasados de moda, y por momentos hasta en blanco y negro.

Pero lo cierto es que son muchos más los aspectos formales en los que también Marvel consigue reinventarse con esta serie. En este sentido, Wandavision convierte cada episodio en una pequeña joya de vestuario y escenografía. Una fiesta para la vista y el deleite del público. El pelo, la ropa y los coches dan saltos en el tiempo de alrededor de una década a cada episodio. También en el caso del formato de la fotografía: vemos cómo de un encuadre 4:3, típico de la televisión antigua, progresivamente el formato se va ensanchando…y cómo del blanco y negro (casi absoluto) de los primeros episodios, poco a poco empiezan a aparecer manchas de color.

Por su parte, los personajes resultan divertidos y originales, muy lejos en este sentido de los códigos típicos de los éxitos de taquilla de Marvel. Los actores protagonistas, Elizabeth Olsen y Paul Bettany, forman una pareja prácticamente impecable, con magníficos momentos cómicos, cambios repentinos de tono y una buena sincronización, haciendo que la narración de Wandavision logre fluir pese a su necesaria y a veces inquietante “rareza” (en el buen sentido por lo general). Calibran cada gesto, cada expresión, cada pausa en la respiración; consiguiendo que a menudo verlos juntos resulte realmente hipnótico.

De este modo, WandaVision se perfila como uno de los estrenos más relevantes del 2021 y, sin duda, marca un momento único: no sólo porque con la serie se reinicia el rumbo del MCU, no solo porque experimenta y se atreve, sino sobre todo porque más que nunca nos ofrece la oportunidad de verdaderamente profundizar en la mente, psicología y complejidad de sus personajes.

En definitiva, gratamente sorprendente a su manera, esta serie confirma la capacidad de la factoría Marvel de combinar la épica y la ironía en una dimensión de ciencia ficción que trasciende el tiempo sin ignorarlo. Además, estamos ante probablemente su propuesta más original, loca y audaz (y eso que ya había logrado sorprendernos un par de veces en los últimos años con la divertida y colorida Thor Ragnarok de Taika Waititi o con Avengers: Infinity War y su impactante final); y sin duda ante la más experimental de sus producciones hasta la fecha. Personajes protagonistas interesantes y bien encarnados, un tono peculiar, una atmósfera única, algunas pistas ocultas y múltiples guiños sutiles al resto de la franquicia... WandaVision parece ser una apuesta arriesgada a la par que prometedora donde las haya.
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Alvar0mg
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Lupin (Serie de TV)
Serie
Francia2021
6,3
13.205
George Kay (Creador), François Uzan (Creador) ...
5
11 de enero de 2021
84 de 107 usuarios han encontrado esta crítica útil
Netflix arranca el 2021 con una reinterpretación moderna, y muy libre, del “ladrón de guante blanco” más famoso de la literatura francesa, Arsène Lupin.

Más de un siglo después de la publicación de su primera aventura y tras varias adaptaciones, esta serie made in France retoma el mito literario para adaptarlo a nuestro tiempo. Así, llaman la atención los múltiples paralelismos entre el célebre personaje francés y la figura de Sherlock Holmes (creada menos de 20 años antes): además de su hábil uso de la observación, sus vestimentas icónicas y su proyección internacional (mayor en el caso de Holmes), ambos nacieron como protagonistas de relatos breves en revistas mensuales, su fama ha superado con creces a la de sus creadores y ambos han sido adaptados y reinterpretados en innumerables ocasiones…hasta el punto de estar el caballero ladrón francés siguiendo de nuevo los pasos del detective británico, con una serie que nuevamente adapta sus aventuras al siglo XXI, como ya lo hiciera la serie Sherlock hace unos años.

Eso sí, el protagonista de esta serie no es el personaje imaginado por Leblanc en 1905 sino Assane Diop, un admirador de Arsène Lupin marcado (como su héroe literario) por la pérdida de un ser querido a edad temprana. De ascendencia senegalesa, separado, padre de un hijo e inmerso en una situación profesional aparentemente inestable, la serie arranca con un Assane recién contratado como limpiador en el Louvre decidido, eso sí, a tratar de cambiar su suerte con el robo de un precioso collar, siguiendo claramente los pasos de su héroe literario. Sin embargo, las apariencias esconden más de lo que parece y rápidamente entendemos que Assane se inspira de los métodos y astucias del dandy literario para mucho más que un simple robo, tal y como los flashbacks al pasado nos hacen intuir desde muy pronto.

La serie logra resultar atractiva a base de buen ritmo y una intriga en la que los géneros se entremezclan con naturalidad: desde el thriller detectivesco al drama social, pasando por momentos cómicos muy propios de su actor protagonista. Además, su trama destaca también por su facilidad inicial para apuntar en una dirección, pero luego cambiar ágilmente de rumbo y sorprender al espectador. Sin embargo, esta magia se evapora antes de lo deseable y los golpes de efecto progresivamente se vuelven menos eficaces, predecibles y hasta poco creíbles.

Además, destaca el hecho de que, como decía, curiosamente Arsène Lupin no aparece en Lupin, o al menos no en carne y hueso (pues sí lo hace como objeto de fascinación, convirtiendo la obra de Leblanc en un personaje en toda regla de la serie). Se trata, en parte, de una idea astuta, pues permite muchas libertades para hacer avanzar la historia, al tiempo que se rinde homenaje al Lupin de los relatos. No obstante, puede que aquí radique también el “pecado original” de la serie: pues, a mi entender, parece probable que detrás de esta elección se encuentre la intención también de evitar la comparación directa con la exitosa Sherlock, de la que sería difícil no salir mal parada. Es decir, el planteamiento resulta novedoso y simpático; pero termina restándole potencial para resultar realmente audaz y brillante.

Así, la serie termina funcionando básicamente como entretenimiento (que no es poco), gracias a su intriga, a la buena puesta en escena de los robos y engaños, y a las ingeniosas referencias a la obra de Leblanc. Además, la serie introduce de forma inteligente componentes raciales y sociales, que sin duda invitan a la reflexión, pues resulta efectivamente creíble que Assane pueda aprovecharse de la “invisibilidad social” que sufren algunos por el color de su piel, oficio o condición social a la hora de pasar desapercibido y dominar el arte del disfraz. Sin embargo, creo que la serie también se aleja en exceso del canon literario, adquiriendo desde muy pronto tintes de historia de venganza y lucha contra poderosos (muchas veces antes vista); lo cual hace que Assane a menudo nos recuerde poco al pícaro ladrón con aires de dandy de las novelas, y sí más al Edmundo Dantes de Dumas.

Como personaje, Assane es capaz de engatusar a cualquiera a base de inteligencia, experiencia, astucia y buenas vibraciones, haciéndolo interesante y entretenido. Si a eso le sumamos la sonrisa encandiladora y el carisma natural de su intérprete, Omar Sy, estamos ante un personaje magnético al que sí o sí vamos a querer ver saliéndose con la suya, acercando así su personaje al Lupin literario. Eso sí, como explica Leterrier, uno de los directores, han buscado que este “gentleman moderno” sea educado e instruido y que transmita que sabe guiarse por un “código de valores”, siendo quizá ahí donde más se equivocan con el personaje. En efecto, sus valores nos quedan claros desde muy pronto (debido quizá a un uso excesivo de flashbacks), dando la sensación de que a Assane le faltan dosis de complejidad, imprevisibilidad, evolución e insolencia para lograr brillar como digno heredero del Lupin literario.

Además, en cuanto al resto de personajes, los guionistas caen a menudo en clichés manidos (ricachón chanchullero, matones bastante bobos, policías torpes,…). Es cierto que su ineptitud ayuda a que resulte creíble la facilidad con la que Assane logra engañarlos a menudo, pero resta también mucho potencial a la serie.

En cuanto a la puesta escena, es de alabar la aportación de Leterrier en los primeros episodios, imprimiendo el tono adecuado con el que enganchar al espectador y un ritmo ágil marca de la casa, dejando el primer episodio varios momentos para el recuerdo. Otro de los méritos de la serie radica en su ambientación y, en particular, en las localizaciones icónicas de las que se sirve: Louvre, Jardines de Luxemburgo, la banlieu parisina de Montreuil, la emblemática ciudad normanda de Étretat,…

En definitiva, una apuesta novedosa pero no brillante ni audaz; que entremezcla géneros y temáticas pero con regusto a “déjà vu”; y en suma, que entretiene pero no fascina.
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Alvar0mg
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6
16 de junio de 2020
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nueva serie italiana de terror-misterio-intriga original de Netflix, que se basa en el mito nórdico-germánico del “doppelgänger” (en referencia al comúnmente conocido también como “gemelo malvado”). De esta forma, la serie se enmarca dentro de la apuesta del gigante estadounidense en los últimos años por producciones europeas que abordan géneros menos habituales en el viejo continente: estrategia bastante ambiciosa que estaría orientada a expandir los horizontes y límites de la industria cinematográfica (más comercial); a lograr que en un mayor número de países se manejen unos códigos y herramientas de producción más similares y homogéneos (con todo lo que esto puede suponer para la industria en términos de economías de escala y de alcance) y, a su vez, a explotar el exotismo de los distintos países de cara a poder ofrecer con recurrencia nuevas producciones atractivas y variadas a los espectadores del mundo entero.

Así, en esta ocasión, si bien el producto final resulta discutible en numerosos aspectos (guión, puesta en escena, algunas interpretaciones y hasta la música elegida para determinadas escenas), creo de veras que el balance es positivo y constituye, por tanto, un paso adelante en la mencionada estrategia del gigante del streaming (lo cual, por ejemplo, no me pareció ser demasiado el caso en “Luna Nera”, lanzada también por Netflix Italia unos meses antes).

La historia transcurre en Curon, un pueblo real en el norte de Italia junto a la frontera con Austria y Suiza, famoso por estar situado además al borde del Lago di Résia, el cual en 1950 se amplió para construir una presa, quedando la antigua municipalidad totalmente sumergida a excepción, eso sí, del antiguo campanario (que de hecho, en la actualidad, constituye la estampa fotográfica más conocida del lugar). Precisamente, en relación a dicho campanario gira la leyenda de la que se inspira (y en parte transforma) la serie: según la cual, algunos habitantes del lugar asegurarían haber escuchado en ocasiones sonar sus campanas (pese a que estas fueron retiradas años antes de inundar el pueblo), siendo esto señal de mal augurio.

Así, en la serie, Curon es el pueblo natal de Anna al que se vuelve a mudar junto a sus hijos mellizos, Daria y Mauro, tras haberse marchado de dicho pueblo 17 años atrás: al poco de que su madre se suicidase (según la versión de su padre Thomas) en extrañas circunstancias y algunos meses antes de que sus hijos naciesen. Así, desde muy pronto, la serie logra crear rápidamente un cierto halo de misterio y resultar bastante amena e interesante.

Además, uno de sus mayores méritos radica precisamente en su ambientación: sirviéndose, en línea con lo anterior, no sólo de los impresionantes y sugestivos paisajes del lugar, sino también de la historia algo turbulenta de este pequeño pueblo (guerras, ampliación del lago,…), de las fricciones y rencillas que es creíble que esto pudiese haber generado y todavía pudiesen persistir entre las distintas familias del lugar, de sus búnkeres todavía en pie de la segunda guerra mundial, de las inclemencias meteorológicas invernales de esta zona montañosa, de su localización fronteriza y proximidad a territorios germanohablantes y de, por tanto, su mayor proximidad al mito original del doppelgänger…respetando, además, desde el principio, la idea de la leyenda original según la cual ver el propio doppelgänger de uno mismo es “augurio de muerte”.

Además, la serie cuenta con algunas escenas muy conseguidas que logran realmente despuntar e, incluso, dotar de una auténtica personalidad propia a la serie: la aparición y/o emersión de doppelgängers, la conversación padre-hija, la conversación adolescente-cura,… [ver más en zonas spoiler]

En cuanto a los personajes, resultan en general relativamente creíbles e interesantes, destacando por encima del resto los personajes de Albert y de Lukas, aunque quizá, para este último, la actuación de su joven intérprete resulta a menudo algo exagerada y un tanto alejada de los cánones televisivos (y más próxima quizá a los del teatro). Respecto al resto de actuaciones, destacaría la del joven Federico Russo dando vida al sobrio y un tanto introvertido Mauro con mayor éxito que el resto de jóvenes intérpretes (a los que a menudo se les nota un poco la falta de madurez interpretativa); mientras que Valeria Bilello (que da vida a Anna) es de las que más decepciona entre los interpretes de los protagonistas adultos.

Por último, es cierto también que la serie flojea en otros varios (y no pocos) aspectos: además de en las interpretaciones, el guión a menudo resulta un tanto forzado y caricaturesco; también se echa de menos una mayor (o mínima) profundización en la lógica interna de los elementos sobrenaturales (a falta, eso sí, de que todavía puedan desarrollar esto más y mejor en futuras temporadas); la puesta en escena resulta a veces un tanto burda (algunos encuentros de los protagonistas con los doppelgängers, escenas de beso/cama,…); los temas musicales (por lo general, bastante actuales y modernos: rock, hip-hop,...) en repetidas ocasiones no parecen casar muy bien con la escena y parece que los han escogido por capricho y por darle un toque "cool" y moderno (pero forzado) a la serie,… [ver más en zonas spoiler]

En definitiva, la serie parte de unas pretensiones, ideas y ambientación bastante acertadas y, a pesar de flojear en varios aspectos de bastante calado, ofrece argumentos suficientes para entretener, resultar interesante y, en última instancia, poder ver el vaso "medio lleno". En este sentido, encuentro que ahora sólo cabe esperar que las próximas temporadas sigan estando a la altura de la primera o puedan, incluso, mejorarla.
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Alvar0mg
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6
11 de abril de 2020
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con “Ultras”, Francesco Lettieri firma su debut como director de un largometraje. Tras hacerse un nombre en el mundo de la realización de videoclips de artistas al alza de la escena musical italiana - como Liberato (que, de hecho, pone banda sonora a la película) - Lettieri se sumerge ahora en las calles y barrios humildes de su ciudad natal, Nápoles, para narrar una historia de amistad y violencia, de fe e indecisión, de tradición y reinvención; y en suma, de contrastes, crisis y contradicciones vitales.

En este sentido, narra una historia aparentemente de fútbol, pero sin partidos de fútbol; donde en realidad el deporte no es más que la excusa alrededor de la cual hacer pivotar una religión - con una parroquia a la que no por casualidad se le otorga un papel destacado en momentos clave, como la apertura de la película sin ir más lejos - nacida con el objetivo de canalizar la necesidad de pertenencia de unos individuos humildes y en parte insustanciales, pero que son conscientes de que sólo a través de su unión pueden ser capaces de hacerse notar. Una historia, por tanto, sobre la pasión futbolística como eje de vertebración de la fe y sentimiento de pertenencia de una organización “tribal” en muchos sentidos.

El protagonista es Sandro, alias El Mohicano, que pese haber entrado en la cincuentena sigue siendo un referente con un ascendiente muy fuerte dentro de un grupo destacado (aunque ficticio) de ultras del Nápoles, los "Apaches". Sin embargo, algunos de los miembros más veteranos del grupo (entre los que se encuentra Sandro) tienen prohibida la participación y acceso a manifestaciones y eventos deportivos (prohibición introducida hace algunos años para combatir este tipo de agrupaciones violentas y conocida como “DASpo” en Italia), lo que provoca que sean otros miembros más jóvenes los que estén ganando protagonismo dentro de la primera línea de acción de la organización. A su vez, existe una suerte de tercera generación adolescente, utilizada fundamentalmente como fuerza ejecutora de algunas tareas, dentro de la cual se encuentra Angelo, joven algo desorientado por la pérdida de un ser querido que ve en Sandro una figura paterna y un referente.

De esta forma, la cinta explora también (y con relativo éxito además) el impacto que el paso del tiempo, la transformación de las preocupaciones vitales con la edad y el relevo generacional tienen también sobre los miembros de este grupo de fanáticos; puesto que, en particular, en el caso de Sandro, el hecho de verse forzosamente relevado de la primera línea de acción le supone una oportunidad para replantearse ciertas prioridades.

Dentro del reparto, destaca la figura al alza de Aniello Arena, con más kilos de músculo de lo habitual de cara a reforzar la presencia y el vigor físico de su personaje protagonista, al que dota además (y con acierto) de cierta timidez e incluso ternura en algunos momentos. El actor cuaja así una actuación creíble y relativamente meritoria, más aún si tenemos en cuenta su pasado turbulento como antiguo sicario de la Camorra napolitana, y el hecho de debutar en el cine tras más de veinte años en prisión (gracias a la obstinación de su descubridor, el director Matteo Garrone) y cumpliendo todavía cadena perpetua en régimen de lo que se conoce como “semi-libertad” en Italia. Junto a él, destaca un elenco completado en su mayoría por jóvenes actores al alza y actores napolitanos relativamente amateurs, lo cual no impide en absoluto que la mayoría de los personajes (incluso algunos menores y relativamente secundarios) logren resultar bastante creíbles, lo cual denota a su vez un buen trabajo de dirección actoral y de construcción de los personajes.

La ambientación también resulta bastante meritoria y altamente envolvente, con una ciudad y atmósfera napolitana que brillan con luz propia. En este sentido, la elección de Nápoles como lugar en el que transcurre la mayor parte de la historia resulta muy acertada, pues (más allá de ser la ciudad natal del director) es de las grandes ciudades de Italia donde la afición futbolística se encuentra más centralizada en torno a un único equipo, permitiendo por tanto focalizar más en las tensiones internas dentro del propio grupo de ultras. Y además, en línea con lo anterior, el Nápoles es de los equipos donde dicha afición por el fútbol tiende a trascender más de lo meramente futbolístico y a reflejar también, en buena medida, la aspiración de muchos italianos del sur del país de revertir la marcada desigualdad con respecto al norte que vienen heredando desde hace varias generaciones (siendo el Nápoles, en este sentido, el único de los equipos del sur del país que logra plantar cara a los todopoderosos equipos del norte). Asimismo, dicha satisfactoria ambientación se ve también en gran medida favorecida por la banda sonora y música de fondo de Liberato, cuyo estilo electrónico y urbano encaja muy bien aquí y, sin duda, contribuye con creces a crear una atmósfera muy envolvente en momentos clave de la película.

En definitiva, como el propio realizador subraya, se trata de una historia “sobre personas y no sobre fútbol”, y de una película y no de un “tratado de sociología”. En este sentido, Ultras es una cinta de aspiraciones modestas (como ópera prima que es además), correcta y que cumple sobradamente, sobre todo a la hora de ofrecernos una mirada un tanto distanciada con la que sumergirnos en un microcosmos criticado y muy criticable.
Alvar0mg
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5
5 de abril de 2020
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tercera serie original producida por Netflix en Italia, basándose en una saga de libros homónima (cuya escritora participa aquí como guionista) y que previamente a su estreno había generado bastantes expectativas. Los motivos eran numerosos, pues sin ir más lejos se adentra en el género fantástico (poco habitual viniendo de Italia), con los que entremezcla elementos históricos, magia, misterio, brujas, combates con espada…y, por si fuera poco, fue promocionada como una serie realizada por mujeres para mujeres, al contar con una participación femenina pocas veces vista: tres mujeres a cargo del guión, tres otras a cargo de la dirección y, entre su elenco, los rostros femeninos son mayoría. Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones e ideas, la serie evidencia una ejecución cuestionable, tanto a nivel técnico como de guión.

Transcurre en una ciudad imaginaria llamada “Serra” cercana a Roma a principios del XVII, en pleno periodo de la revolución científica (la cual, sin embargo, no se ha difundido a todos los rincones del mundo). Ade es una joven huérfana que se ha criado junto a su hermano y abuela, a la cual asiste en labores de comadrona. No obstante, Ade empieza a descubrir en ella unas extrañas habilidades sobrenaturales, al tiempo que empiezan a levantarse sospechas y acusaciones de brujería sobre ella y su abuela. Por otro lado, Pietro es un joven de familia acomodada, amante de la ciencia, que estudia medicina en Roma, pero que debe regresar a Serra por un empeoramiento en la salud de su madre enferma y cuyo padre es Sante, el líder de la banda de cazadores de brujas de Serra, a los que se conoce como “benandanti”.

En cuanto al resto de la historia, logra crear un cierto halo agradable de misterio, sin resultar demasiado pretenciosa. Sin embargo, desde muy pronto, la trama pasa a convertirse en una sucesión con poco ritmo de eventos un tanto rocambolescos y, lo que es peor, en un refrito de innumerables clichés narrativos sobradamente conocidos [Zona Spoilers]. Además, ni siquiera los aspectos mágicos, relativamente presentes en la serie, reciben la debida atención [Zona Spoiler].

Asimismo, otro de los defectos más notables son los personajes: muy simples, un tanto fríos y cuya evolución a menudo resulta torpe y acelerada. En concreto, la mayoría de los personajes aparecen definidos con brocha gorda y de forma superficial, atribuyéndoles una o dos características genéricas, lo que a menudo provoca que se asemejen más a un tipo psicológico o de personalidad, y no a personajes realmente profundos, polifacéticos, creíbles y/o con los que poder empatizar. Esto, en última instancia, parece operar como “causa” y, al mismo tiempo, como “consecuencia” del ritmo torpe y poco fluido con el que avanza la trama. Y, por si fuera poco, dicho ritmo se ve sumamente lastrado también por unos diálogos a menudo poco espontáneos, previsibles y carentes de profundidad.

En cuanto al reparto, brinda la oportunidad de debutar a una generación de actores nueva y poco conocida. Sin embargo, dadas las referidas carencias en el guión, no les ponen las cosas nada fáciles para lucirse o dotar de mayor profundidad a sus personajes (sin que la mayoría, de hecho, logre salvar la situación). Sí destaca por encima del resto la interprete de Persépolis: cómoda, natural y magnética (pese a no trabajar, a priori, con un personaje más interesante al resto). Y en un escalón inferior, destacan también los interpretes de Sante y de Oreggi, aunque en ambos casos creo que su rol de villano y una mejor definición de sus personajes ayudan a dotar de mayor interés e impacto a sus apariciones. Además, la mayoría de actores procedían del panorama teatral italiano, lo cual es fácil de percibir en numerosas escenas y diálogos, con una energía un tanto excesiva a veces, que priva de ciertos matices.

Por otro lado, probablemente el mayor mérito de la serie radica en su ambientación y, en particular, en las espléndidas y sugestivas localizaciones italianas de las que se sirve, que despuntan junto al buen trabajo de vestuario y de escenografía en general. También el periodo histórico, en el que reinan la superstición, el fanatismo y el conservadurismo pero se empieza a vislumbrar una cierta revolución científica, parece el idóneo para construir una historia sobre magia, represión, ansias de emancipación de la mujer y oposición entre ciencia/razón y magia.

Sin embargo, resulta un poco incongruente que hayan escogido una comunidad aparentemente reducida, como Serra y sus alrededores, para narrar una contienda en la que podría decidirse el porvenir de la humanidad [Zona Spoiler]. Además, en el apartado sonoro, también me chirrío un poco, personalmente, el hecho de haber escogido una banda sonora relativamente moderna, poco vibrante y, para colmo, en inglés.

Por último, otro de los elementos de interés de la serie es la reflexión que plantea acerca del papel de la mujer y su discriminación a lo largo de la historia, sirviéndose para ello (como decíamos) de un contexto en el que la caza de brujas era una escalofriante realidad en Europa. De esta forma, logra crear un claro y acertado paralelismo entre pasado y presente, y dotar a la serie así de un cierto cariz de actualidad. Sin embargo, da la impresión también de que algunos mensajes feministas en boca de los personajes están incluidos de forma forzada, postiza y un tanto simplista. Se echa así un poco en falta que la serie muestre un mayor afán de fidelidad histórica y/o de abordar más en profundidad las raíces del patriarcado, de la discriminación por género y de la caza de brujas.

En definitiva, la serie parte de unas pretensiones e ideas muy válidas. La ambientación es encomiable y el mensaje potente y universal. Sin embargo, la narración y el resto de aspectos técnicos y formales están lejos de estar a la altura. Por tanto, se trata una serie con potencial, pero también necesidad, de mejorar y dar un salto de calidad en próximas temporadas (si es que la renuevan).
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Alvar0mg
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