¿Tan difícil es que en Sitges declaren a veces un premio desierto? Turistas es muy mediocre, no enganchas con los personajes, reírse es un milagro (alguna leve sonrisa, quizás), etc, etc. Y encima le dan dos premios... Con decir que hace poco una película tan mala como "Rare exports" obtuvo el premio a mejor película, esta todo dicho.

Nota altísima para una película mediocre. No encuentro explicación.
Algunas situaciones y diálogos son irritantes. El protagonista tirando los tomates y la fruta en la cocina por todas partes, y se supone que es el listo y cuerdo de la pareja. ¿No había nadie que le dijese al director que eso era una imbecilidad o es que todos eran imbéciles?. Ella que no sabes si le gusta que la maltraten o no. Si quieres llevar la película al absurdo de La Naranja Mecánica, de acuerdo, pero quedarse a medias es confuso e irrita.
No sé ni porque le doy 4 estrellas, me habré contagiado del sin sentido del guión.

Que esta película tenga tantos premios es increíble. Yo la vi sin saber el argumento, y tardas más de una hora en enterarte que viene el planeta. Hasta ese momento, tienes que tragarte una boda rarísima de una tía que está colgadísima, y no sabes porqué (bueno, si has leído el argumento si). En fin, supongo que hay que ser hipersensible para disfrutar de este engendro.

Una pena, la idea es muy buena, podría haber dado para una gran película, pero al final se queda en nada. Y nada funciona del todo bien. Ni los gags, ni la química entre los personajes, no sé, nada. Para mi solo vale la escena en que dan calabazas al protagonista, y luego suena "So long Marianne" de Cohen. El momento de consolación de los dos amigos frikis, sin pronunciar palabras, me recordó a las buenas películas de Chaplin. Ese momento es brillante.
El resto es muy pretencioso y previsible, y por una razón u otra simplemente no funciona.
Sin duda esta película es un ejemplo claro de la importancia de un buen casting. O del cuento de la lechera: buena idea, buenos actores, buena música = éxito seguro, pensaron ellos... No iban mal encaminados, pero sencillamente no pasó.

Lo peor de la película no es que la historia sea inverosímil, o que el niño sea muy irritante, sino que valiéndose de los típicos trucos del cine, nos quiera sacar las lágrimas. Y encima el tío lo consigue, y sin saber como te ves llorando, y entre el llanto te intenta sacar otro más, y otro. Y es que el empacho de banda sonora lacrimógena es impresionante, los violinistas acaban con las manos en carne viva, 2 horas manteniendo las notas.
Tiene ideas buenas, pinceladas, pero es cursi hasta decir basta.

En definitiva, que al niño le daba dos buenas ostias, y a la madre otro par de ellas. El padre se pegó otra, el pobre.