¿Recuerdan la restauración del Ecce Homo de Borja, Zaragoza? Pues igual, con la diferencia de que aquí el artífice de la aberración es un señor que cobra por ello y no una octogenaria miope, y el resultado, siendo horrible, no provoca ninguna diversión al contemplarlo.

Al menos aquel pueblecito se convirtió en un hito turístico...

La frase del gran Scott Fitzgerald no podía ser más apropiada para dar título a esta miniserie.

David Simon, creador de la que es, para muchos, la mejor serie jamás producida, se atreve aquí con el ambicioso proyecto que es llevar la vida de la pequeña ciudad de Yonkers, en el estado de Nueva York, a la pequeña pantalla. En un primer momento sorprende el poco protagonismo que le ofrece a Oscar Isaac (enorme, insisto, enorme interpretación) en favor de los habitantes "de a pie". Como ya hizo en la fabulosa "The Wire", construye aquí un retrato de cada una de las vidas de Yonkers, de modo que la historia, a priori con falta de gancho, te atrape.

Y lo consigue, vaya que sí. Y de una manera más bien curiosa y de aquí el gran riesgo que acomete el señor Simon. Show me a Hero no es una serie que muestre ACCIONES sino REACCIONES. No presta atención a aquello que ocurre, en el momento en que ocurre, sino a lo que ello origina: las caras de alegría, de decepción, las conversaciones que tienen lugar días después de los hechos.... En más de un momento es el espectador el que debe interpretar lo que termina sucediendo tras la escena anterior captando las sonrisas, las miradas bajas, o simplemente la presencia de los personajes.

Personajes excelentemente interpretados por un casting que se sale. Tenemos latinos, negros y blancos, pero todos ellos consiguen transmitir veracidad en todo momento, lo cual no es fácil en una serie como esta. Mención especial a personajes como el de Hank Spallone, Vinny, Norma o la vecina latina con 3 hijos de cuyo nombre ahora no me acuerdo. Pero, sobre todo, a Nick Waszcisko.

Oscar Isaac, premiado por este papel con un más que merecido Globo de Oro, hace un papel sobresaliente. Representa a la perfección el ascenso de una de las personas con más proyección política de aquel momento en USA, pero, sobre todo, el declive. Porque todo lo que sube, baja, y el señor Isaac lo clava.

No voy a extenderme más porque esta es una de esas producciones que merece la pena ver con el menor conocimiento previo posible. Simplemente concluiré que es de visionado IMPRESCINDIBLE, y si no le pongo un 9 es por la falta de ritmo que en contadas ocasiones parece que sufre. Y digo "parece" porque no hay nada en los 57 minutos de metraje por episodio que en realidad sobre, de modo similar a como ocurría en la mencionada The Wire. Máxime viendo el final.

Y menudo final...