Sinceramente, he salido maravillada del cine. Con una excelente actuación por parte de Crowe y Giamatti, y mejorable por Zellweger (todo hay que decirlo), el filme te introduce en la Gran Depresión, en esa desvalijada Norteamerica de los años 30, y sin redundar en el típico patriotismo/heroísmo americano.
Sientes cada golpe de los que recibe Braddock, tanto en el ring como en la misma vida. La calidad de imagen, de fotografía, es increíble, especialmente en los combates.
Desde luego, no esperéis ver algo parecido a Million Dollar Baby, pero de todas formas os encontraréis con una película de gran calidad. No obstante, he de decir que es una película emotiva en lo personal (¿y qué hay de malo en ello?) pero que no decepciona en el ring.
Recomiendo que no os la perdais. ¿Hecha para vender? Quizás, seguramente. Pero lo comercial no tiene por qué ser de baja calidad.

No había oído hablar de ella, pero ayer tenía ganas de ir al cine y visto que la cartelera, por lo general, no me convencía (y las películas que me convencían ya las había visto) me fijé en una llamada El color del crimen, con Samuel L. Jackson y Julianne Moore, entre otros.

A mi parecer, trata de ser un símil respecto a Crash en lo referente al tema del racismo. Sin embargo, se queda a medio camino, puesto que no llega a conseguir la agilidad narrativa de Crash.

No se puede negar las solemnes (quizás, demasiado solemnes) y espléndidas actuaciones del elenco de actores. En ese punto, no hay dudas.

Sin embargo, el final es algo previsible y resulta agobiante esperar (y esperar bastante) a algo que sabes que va a pasar.

De todas formas, a pesar de mis comentarios anteriores, la película me gustó, aunque en ningún momento llegó a fascinarme. Salí del cine con esa sensación de "sí, está bien, pero no me termina de convencer". Y es así, la película está bien pero no magnífica, ni mucho menos.

En resumen, la historia está bien, las actuaciones son espléndidas pero tiene un «algo» que te deja un sabor agridulce.

Os puedo asegurar que El caso Slevin (Lucky Number Slevin) es de las mejores películas que he visto últimamente. No os dejéis llevar por el reparto de estrellas y penséis que todo el presupuesto se ha ido en ellas, descuidando, así, el argumento. Tampoco infravaloréis la actuación de Josh Hartnett, quien nos tiene acostumbrados a actuaciones que no pasan del "aceptable". En esta ocasión, el joven actor nos demuestra su potencial y consigue mantenerse cerca del nivel de estrellas de la talla de Bruce Willis, Morgan Freeman (desencasillado, por fin) o Sir Ben Kingsley y acompañado de la exótica Lucy Liu. El film, en sí mismo, es un thriller sorprendente. Quizás, la base del argumento sea algo típica, pero, en mi opinión, en las artes no es tan importante el fondo como la forma. Es decir, lo importante, lo que da juego a la película es el modo de contarla. Y ésta es una historia contada perfectamente, cuidando cada detalle... hasta el final.

Me dirigí a ver esta película sin tener muy claro sobre qué iba, sin saber apenas nada de ella (últimamente, estoy algo desconectada de las noticias cinematográficas) y sin saber muy bien si me iba a gustar. No obstante, había leído algún que otro comentario y no la pintaban mal.

Hard Candy es una película para ir a ver con la mente en blanco. Me explico, lo mejor es ir sin tener ninguna idea sobre ella. Así que, si aún no la has visto, te la recomiendo, la tienes que ver, pero termina de leer la reseña cuando la hayas visto.

Lo que más me ha impresionado de la película ha sido la actuación de Ellen Page, la protagonista. Es, sin lugar a dudas, excelente. Marca el ritmo de la acción. Te arrastra, te empuja, la quieres, la adoras y, a la vez, la odias.

El argumento parece simple: chica adolescente conoce a chico treintañero por Internet y quedan para conocerse en persona. A partir de aquí, ¿qué puede pasar? Ni siquiera te lo imaginas. El argumento te sorprende minuto a minuto, te arrastra de tal manera que acabas dentro de la historia, totalmente confundido, hasta tal punto que sales del cine preguntándote ¿quién es bueno y quién malo? ¿de parte de quién estoy? Respecto a estas preguntas, respuestas de todos los gustos.

Si aún no la has visto, ve a verla, no te arrepentirás. Pero recuerda olvidarlo todo y no hacer caso de las críticas. Aunque, en realidad, eso lo podemos aplicar a la mayoría de los films.

Sinceramente, es una película que me ha gustado bastante. Con toques de humor y de añoranza de esos fantásticos cuentos con los que más de uno hemos entrado en el mundo de los sueños cuando eramos pequeños.
Con un ritmo y una fotografía excelentes. Un 7 para esta fantástica película.
No es perfecta, podría mejorarse, pero merece la pena verla, y es para todos los públicos. Eso quiere decir, que también lo es para adultos... es más, a éstos se la recomiendo especialmente. Es bueno conectar con ese niño que nunca crece y que se encuentra en nuestro interior.