Sobre una historia sencilla, fuera de gestas épicas, los protagonistas recrean unos momentos de la adoslescencia con una frescura y una sencillez extraordinaria, los cuatros protagonistas son geniales en su interpretación. Una película muy amena y grate de ver, donde la calidad interpretativa, como en el cine clásico, no precisa de millonarios presupuestos.

Película que nos acerca a unos momentos históricos que cambian la historia de Estados Unidos. Junto a la crueldad de la guerra, el idealismo y las ansias de libertadad inician una andadura que conseguirá, en el transcurso del tiempo, abolir el racismo institucional. Buena interpretación de los protagonistas y unos buenos escenarios que dan veracidad al dramatismo del guión.

Las escenas bélicas son de una soprendente realidad, máxime si tenemos en cuenta la fecha del estreno (1986). La crudeza de la guerra queda reflejada en cada momento, al igual que el sentimiento de cada interviniente en el conflicto, sus reacciones viscerales y de amistad ante la forma de enfocar la lucha. En suma un testimonio amargo y una abierta crítica a una guerra que tuvo que haberse evitado, donde la sociedad americana y vietnamita sufrió enormes penurias.

Las dificultades de adaptación de un pueblo al nuevo regimen comunista chino, les llevan a pensar, a priori, en una descabellada huida de todo el pueblo hacía la colonia inglesa de Hong Kong. La historia resulta amena y emocionante, la capacidad de entrega del pueblo a una causa común, guiados por el capitán (John Wayne), dan los resultados esperados.

Un clásico del cine negro que después del tiempo transcurrido puede no valorarse adecuadamente. Los papeles de los principales actores están bordados. Los acontecimientos se van desarrollando y complicando, hasta llegar a un final dramático donde los sueños de los "cacos" se esfuman por la fuerza de la ley.