Película más bien comercial y conservadora, que lejos de acercarnos a la vida de una familia de lesbianas, nos ofrece una visión machista en la que las protas se ponen cachondas viendo pelis porno de tíos, y cuando pueden lanzan una cana al aire con un tío. Y además con la clásica moralina americana. ¡Vaya combinación!

El realismo y la crudeza con que se muestra la vida de los "red necks" norteamericanos le dan ganas a uno de cortarse las venas. La película es profundamente triste, pero tiene un valor documental e incluso crítico.

Transcurre en una comunidad rural del sur de Missouri sumida en la droga, la miseria y la depresión. Las relaciones entre la gente del pueblo son decadentes. La protagonista irá casa por casa pidiendo ayuda, abriéndonos las puertas de sus vidas deshechas.

He vivido varios años en un pueblo de Iowa (estado fronterizo con Missouri), y he conocido parte de ese mundo. Muchas de las escenas de la película me son muy familiares. La parte interesante de esta película es la fidelidad con que se retrata a estas comunidades, la contextualización de la historia.

La película muestra la consecuencias del aislamiento y el abandono por parte del gobierno, que los priva de recursos sociales como educación o sanidad, y los deja ahogarse en la droga, presentando como única alternativa el alistamiento en el ejército y así recibir unos ingresos para sobrevivir. Real como la vida misma.

Divertida comedia de escarceos sexuales en la América de hoy. Jóvenes que prueban, juegan, experimentan... y a ver qué pasa. Todo con sus consecuencias sobre el plano sentimental. Lo bueno y lo malo de andar picando de flor en flor. Una peli muy sensual.