Ahora resulta que Amenabar reniega de sus primeras obras, tildándolas de teenager con muchos fallos y tiene claro que 'Abre los ojos' (1997) es su peor película. "Está escrita por adolescentes, no sabíamos nada de la vida, hay una sensación muy teenager".

Personalmente, me parece que es su mejor película junto a Tesis. Curiosamente, sus dos películas más tempranas y, por lo tanto, cuando sabía menos de la vida como él dice. Será que lo que ha aprendido de la vida no le ha ayudado demasiado a seguir haciendo buen cine, y lo hacía mejor cuando era más impulsivo e inexperto, porque desde entonces no me ha terminado de convencer con ninguna.

Menos mal que aún quedan buenos directores que hacen obras geniales. No es el caso de 'Venus', otra cinta totalmente olvidable, donde tienen los santos %~€# de decir que está inspirada en el relato de H.P. Lovecraft titulado 'Los sueños en la casa de la bruja'. Con tanta basura que ruedan por estos lares, casi empiezo a entender a los que afirman que no les gusta el Cine español.

La protagonista, Ester Expósito, que me gustó en el interesante drama 'Tu hijo' de Miguel Ángel Vivas, aquí parece ser la prima de Terminator o una supermujer con una fuente inagotable de sangre en el cuerpo. No es culpa de ella, evidentemente, es culpa del guion o más bien de la falta de este. Al parecer a Fernando Navarro y a Jaume Balagueró les pareció una gran idea desperdiciar tiempo y dinero en esta historia que no lleva a ningún sitio.

Una bailarina de discoteca que no se le ocurre otra cosa que robarle a su jefe varias bolsas de éxtasis, porque claro, los dueños de las discotecas son narcotraficantes y las gogos son poco menos que prostitutas. Me pareció ver un cartel de Fabrik Madrid, si esto es así no sé como han accedido a rodar semejante ristra de topicazos y clichés sobre la música electrónica dentro de su sala. La cosa no queda ahí, porque el film va pegando tumbos sin saber muy bien a dónde va ni que te quiere contar exactamente. No es un thriller, porque los personajes están pintados con brocha gorda y no te interesa lo más mínimo lo que le pase a ninguno, tampoco es de terror, porque ver a cuatro cucarachas con CGI barato y a una mujer obesa vestida con prendas BDSM no da miedo a nadie. Por no hablar del final, que da verdadera vergüenza ajena.

Para mi sorpresa, veo que el productor es Álex de la Iglesia y que esta cosa forma parte de algo que han llamado 'The Fear Collection'. Si la primera de esta serie de Álex, 'Veneciafrenia', me pareció mala, esta de Balagueró la supera con creces. Lo peor es que hay otra al caer titulada 'Anatema', de la que viendo el resultado de estas dos no espero gran cosa.

Soy aficionado a todo tipo de programas donde se analizan sucesos y crímenes desde mucho antes de que llegara esta ola de "true crime" a las plataformas streaming. Recuerdo estar enganchado a programas como Forensic Files (1996-2011). Con la aparición de las plataformas, la producción de este tipo de series y documentales se ha multiplicado, dándonos grandes obras como "Crímenes, de Carles Porta" de TV3 o "Making a Murderer" de Netflix, pero también nos han colado trabajos mediocres como el que nos ocupa.

"Cómo atrapé a mi asesino" de Hulu juega con el morbo de manera descarada, llegando a repetir constantemente frases como "lo que ocurrió a continuación, sorprendió a todos", que parecen más escritas por un medio de comunicación cutre, que busca el clickbait fácil, que por un guionista.

El apartado musical también deja mucho que desear, sacándote totalmente de las historias con una música animada cuando no toca y viceversa. Lo único salvable es el apartado visual, que al usar el efecto diorama (tilt-shift), las escenas aéreas siempre ganan mucho, pero aun en esto yerran utilizando el mismo efecto en planos cortos sin venir a cuento.

En definitiva, una serie regulera que no aporta nada nuevo al género y que solo sirve como entretenimiento si te has quedado sin nada más que ver.

Últimamente, me gusta ver cine sin leer nada sobre la obra con anterioridad. Con "Bone Tomahawk" (2015) ha sido todo un acierto, ya que el señor S. Craig Zahler tiene un estilo híbrido tan personal, mezclando diversos géneros en un mismo film, que no te las ves venir. Hacía tiempo que no me encontraba un cine tan fresco como el de este hombre, de hecho fue ver esta y ponerme sus otras dos obras posteriores, "Brawl in Cell Block 99" (2017) y "Al otro lado de la ley" (2018). Eso sí, no son aptas para estómagos sensibles. Una lástima que ninguna distribuidora se haya animado a editarlas en Blu-ray, si no se venían para casa las tres.