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Zimbabwe Zimbabwe · Barcenorca
Críticas de néstor
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Críticas 32
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
7 de julio de 2013
105 de 110 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno crece y aunque no quiera, ve cómo los años de juventud y universidad van quedando atrás. Esos amigos que eran tan cercanos empiezan a sentar la cabeza mientras tú sigues con ganas de hacer el loco, cantar, bailar, soñar despierto, hacer planes y promesas combatiendo el sueño cuando el sol ya despunta en el horizonte.

La vida no es exactamente lo que habías previsto, pero vas aprendiendo que hay que bajar al barro y luchar, dejarse la piel, equivocarse y caer, volverse a equivocar e intentar mejorar. No cejar en el empeño. Saber que otros pueden desenvolverse mejor, pero que tu fe es inquebrantable, las ganas de comerte el mundo las tienes intactas.

Y eres joven pero otros de tu entorno ya no lo son tanto, así que te encuentras en situaciones raras, ellos tienen una vida que no te encaja y eres torpe, raro, extravagante. Se miran, te miran, te disculpas, te vas. Lloras un poco pero luego te ríes, ¡qué más dará! Yo sigo luchando. Ellos puede que sean más guapos, o más ricos, o más suertudos. O quién sabe, ¡incluso más de todo! Pero tú haces de tripas corazón y sigues intentándolo.

Y así es como "Frances Ha" nos desgrana un pequeño compendio de todos estos sentimientos. A mí me encantó y no hay día que no la recuerde.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
néstor
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6
27 de noviembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de proyectar durante exactamente 20 años las películas de la Filmoteca de Catalunya, el día 21 de noviembre la Sala Aquitània cerró sus puertas en la Avinguda Sarrià para dar paso a la nueva sede de la "Filmo" en el Raval. A modo de despedida se proyectaron tres títulos simbólicos: "El último show" (Robert Altman, 2006), "La última película" (Peter Bogdanovich, 1971) y "Río Rojo" (Howard Hawks, 1948). Sirva esta crítica a la primera de ellas como brindis por el Aquitània, que tan buenos y variados momentos me/nos ha dejado a lo largo de estos años. La crítica de la película, en el spoiler.

Parece que fue ayer cuando entré en la "Filmo" por primera vez: gente sola, muchas americanas de pana, alguna que otra pipa, libros bajo el brazo, cachitos de conversaciones profundas... Todo este paisaje me pareció tan diferente del resto de salas en las que había estado que no pude más que caer rendido a sus pies. Han sido muchos años en versión original subtitulada, descubriendo directores, viendo películas de nacionalidad a veces exótica, abriendo nuevos frentes cinematográficos que tan bien se complementan con el uso de filmaffinity. Gozando del cine, vaya.

Quién iba a decirme que poco después de descubrirla ya me atizaría una sesión completa con "Lo que el viento se llevó", cuatro horas de domingo y sin cenar; o que me concentraria con "Sed de mal" pese al manoseo de la pareja que estaba a mi lado; o que me reiría como pocas veces con "Leningrad Cowboys go America", que me descubrió al gran Kaurismäki; o que dormiría apaciblemente con documentales que ni si quiera constaban en IMDB; o que me aterrorizaría "Nosferatu" con el acompañamiento de piano del gran Joan Pineda; o que el aire sombrío de "Elvira Madigan" traspasaría la pantalla para abrazarme después de verla; o que la pálida sonrisa de Chaplin en "Candilejas" me hiciera rendirme para siempre más a don Charlot; o...
Por unos módicos dos euros el entretenimiento estaba asegurado, o al menos el descanso si era un poco tostón. Correr para no llegar tarde, esperar pacientemente en la cola los días de películas más conocidas algunas veces, pensar tranquilamente antes de que se apagaran las luces: "¿cuánta gente habrá hoy en la sala?", "¿irá acompañada esa persona?", "¿qué tal será esta película de la que nada sé y cuya sinopsis me prohíbo leer?"...

Qué sería nuestra vida sin Kazan, Bergman, Dreyer, Ford, Ozu, Allen, Hawks, Huston o Chaplin; o sin Wai, Lubitsch, von Trier, Leone, Visconti, Coppola, Scorsese, Buñuel o Tarantino. Qué gran labor la de la Filmoteca descubriendo sus películas menos conocidas, abriendo nuevos frentes, dando voz a nuevas apuestas, atiborrándonos del cine. Salas como el Aquitània son el material con el que se hacen los sueños, esos sueños en forma de historias que siempre se recuerdan y nos constituyen.

Por todo esto: Adéu Aquitània! Ens veiem al Raval! (¡Adiós Aquitània! ¡Nos vemos en el Raval!)
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néstor
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7
25 de noviembre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Martin Scorsese presenta the Blues" sigue avanzando en la historia de este género musical. Tras pasearnos por sus orígenes ("Nostalgia del hogar", Martin Scorsese) y visitar el Memphis de B. B. King ("Camino a Memphis", Richard Pearce), ahora le toca a Charles Burnett. Su documental, tal vez un poco más flojo que los anteriores, nos ofrece una interesante visión de la lucha que se daba a principios de los años 50 entre el gospel y el blues.

Se parte de una perspectiva la mar de curiosa: en los años cincuenta un niño californiano negro es acogido por sus familiares de Mississippi. En lugar de recogerlo un tío religioso, por azares del destino acaba apadrinándolo otro tío cuyos gustos son más "diabólicos": mujeres, intensidad, carpe diem... y sobre todo blues, tiene un inmenso amor por el blues.

Paseamos por el río, sus algodones, sus esclavos, sus dramas, en lo que es una gran composición del material del que se hace el blues. Vidas duras, segregación y picardía se entremezclan con historias de (des)amores, que cantan voces rotas mientras rasgan una guitarra comprada con los pocos centavos que podían ahorrar. El tío introduce al niño (once añitos) en este mundo, le descubre cantantes e incluso le presenta a los que aún viven. Todo ello ante la cada vez menor resistencia del chaval: ir a misa y formarse como pastor era el plan inicial, pero esto tampoco está tan mal.

En definitiva, "Entre lo sagrado y lo profano" es un interesante documento que nos expone de forma a veces cómica, a veces profunda, las disyuntivas a las que podía enfrentarse un joven negro de los cincuenta: la ortodoxia y buen hacer de la religiosidad, encarnada por el gospel, o el viva la vida algo diabólico del blues. Esta visión, de paso, nos deja suculentas imágenes de los padres de este género, así como diversas de sus anécdotas y reseñas biográficas. No negaré que le eché en falta algo de garra, pero no por ello deja de ser recomendable.

Sigamos, pues, aprendiendo la historia del blues a través de estos documentales. A ver qué nos depara el próximo...
néstor
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9
29 de agosto de 2011
17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno ve y disfruta películas de la postguerra italiana. "El limpiabotas", "Ladrón de bicicletas"... le dejan a uno clavado en la butaca. Emoción, pasión algunas veces, sangre del sur que brota y anima historias muy tristes pero a la vez cargadas de humanidad. Caras tristes, curtidas, anónimas.
Después uno se pasea por la nouvelle vague, con películas a bote pronto correosas, que da algo de pereza verlas pero que a la que uno se zambulle en ellas acaban siendo una delicia en forma de conversaciones, pensamientos, imágenes. "Mi noche con Maud", por ejemplo. O los rostros de Anna Karina y Jean Seberg.

Y en esto que uno se encuentra con "El grito" y descubre una obra de arte en la que se combinan elementos de las dos escuelas: el humanismo, los desastres de la guerra vistos a la italiana, junto con la introspección, la soledad existencial francesa.

Un hombre prácticamente echado de casa que huye, huye adelante en busca de un algo que realmente está dejando atrás. Corre, viaja, escapa, intenta amar, pero infructuosamente: su corazón, su vida, su todo, solo puede verlo por el retrovisor.

Desconozco si hay películas de trazo similar. Leo que la escuela de Antonioni no tuvo demasiados discípulos. Sea como fuere, a mí me pareció un descubrimiento delicioso en que se hermanan las dos "esperanzas blancas" del cine europeo de los cincuenta: el neorrealismo italiano y la nouvelle vague francesa.

Te la recomiendo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
néstor
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8
8 de julio de 2010
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
- Dime, ¿por qué me espías?
- Porque te quiero. Te amo.
- Y, ¿qué es lo que quieres?
- No lo sé...
- ¿Quieres besarme?
- No.
- Quizás... ¿quieres que hagamos el amor?
- No.
- Entonces, ¿qué es lo que quieres?
- Nada.
- ¿Nada?
- No, nada.
néstor
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