Hubo algo de esta serie que me llamó la atención desde la primera vez que me enteré de su existencia, aunque siempre quedó relegada a un segundo plano en mi lista de prioridades, principalmente por no haber escuchado las mejores críticas sobre ella.
Nada más errado. Quizás tales críticas se deben al estigma que posee este tipo de proyectos, condenados a ser dura y eternamente criticado por los aficionados de la historia original.

Comencé a verla y los veinte episodios que se emitieron hasta el momento no me duraron ni una semana. Es completamente atrapante, repleta de acción y de giros que te hacen querer saber qué va a pasar a continuación. Los personajes están desarrollados de forma excelente, logran que uno pueda adentrarse en las personalidades de Norman y su madre, comprenderlos y hasta sentir pena por ellos y por su inevitable destino.

Cabe destacar también las notables actuaciones brindadas por todo el elenco, especialmente por Freddie Highmore, quien realiza una personificación sobresaliente de este clásico personaje. En mi caso, sólo lo había visto en Charlie And The Chocolate Factory, y no recuerdo haber reparado en él, por lo que su trabajo en esta serie fue una total y muy grata sorpresa.

En definitiva, vale la pena verla. Se convirtió en parte de mis top 3 de series favoritas, ojalá continúe por muchas temporadas más.

Sencillamente espectacular. La idea de un Sherlock Holmes en la actualidad puede generar en principio cierto recelo, pero basta con darle una chance para enamorarse de esta serie. Porque esa es una de sus particularidades, no vas a poder despegarte de ella desde el mismísimo piloto.

Gran guión, diálogos rápidos, divertidos e inteligentes. Personajes memorables interpretados en forma brillante. Benedict Cumberbatch, quien encarna a Sherlock, brinda una actuación sobresaliente, demostrando por qué es considerado actualmente uno de los mejores actores jóvenes en Inglaterra. Martin Freeman no se queda atrás en su interpretación, menos excéntrica pero de gran calidad, de John Watson. La evolución de los personajes a lo largo del tiempo y la inteligencia con que se plantean los casos a resolver, hacen de cada capítulo de Sherlock un deleite para el espectador.

El hecho de que existan sólo tres temporadas compuestas por tres capítulos cada una, habiendo dos años entre cada una de ellas, puede resultar desmotivante. Pero cobra sentido al descubrir que cada capítulo, de 90 minutos de duración, está mucho más cercano a ser una película de gran calidad, que un simple episodio de una serie de televisión.

En definitiva, Sherlock es esa serie que recomiendo cada vez que se presenta la oportunidad. Basta con decir que es la mejor que alguna vez haya visto.

Dexter es uno de los mejores personajes que pueden encontrarse en una serie. Demasiado complejo y con una evolución increíble a lo largo de las temporadas, una evolución que no es deliberada, sino totalmente justificada por lo que va ocurriendo.

Basta con informarse acerca de la trama para saber que esta no es una serie típica, y creo que su mayor rareza radica en que uno termina amando a un personaje que, más allá de sus particularidades, no deja de ser un asesino serial. Esto sucede básicamente por dos motivos.

En primer lugar, uno va comprendiendo por qué Dexter es como es ("born in blood"), y poco a poco va entendiendo el por qué de sus actos y cuestionándose si puede ser 100% culpado por ser quien es. Uno termina sintiendo gran empatía por él, hasta pena, y espera que pueda salvarse y liberarse de su oscuridad. Todo este descubrimiento del pasado del personaje es, por lejos, una de las partes más interesantes y complejas de la historia.

En segundo lugar, no se trata de un asesino común y corriente, sino de uno que sólo mata a personas culpables, a otros asesinos. Esto hace que muchas veces uno se encuentre diciendo "matalo ya mismo!" por las atrocidades que sus víctimas cometieron (algunas son realmente impactantes). Ahora, la cuestión es: Dexter no los mata a causa de un sentimiento de venganza o buscando justicia, NO es un justiciero aunque uno pueda pensar que se comporta como tal. Él lo hace porque lo necesita, porque tiene una enorme necesidad de asesinar, que fue canalizada de esta forma gracias a un código que le dio su padre cuando era un adolescente, que básicamente indica que no mate personas inocentes, y que nunca se arriesgue a ser capturado. Acá entra, entonces, el principal cuestionamiento: Uno, como televidente, ama a Dexter y no quiere que sea atrapado JAMÁS, pero él no mata porque busque justicia, sino porque necesita hacerlo.
Cabe destacar que el personaje de Harry, el padre adoptivo de Dexter, es también un punto fuerte de la historia. Uno no sabe bien qué pensar de él, es un personaje muy oscuro y con un sentido de la moral totalmente cuestionable. Es imposible dejar de preguntarse qué hubiera sido de Dexter si Harry no lo hubiese llevado por el camino que eligió para él. Existe una ambiguedad constante, entre un padre preocupado por su hijo, tratando de salvarlo, y una persona sádica que en el fondo disfrutaba lo que estaba sucediendo.

Personalmente, en un principio no comprendía este enamoramiento en el que caían las personas que veían la serie, me resultaba un poco enfermizo porque, en las primeras temporadas, seguía dándome un gran rechazo el comportamiento de Dexter, no me generaba demasiada empatía. Pero a medida que la serie fue avanzando, esto cambió completamente y, a partir de la cuarta, yo también me enamoré por completo del personaje.

De más está decir que la actuación de Michael C. Hall es brillante, compone un personaje tan complejo como este en forma excelente. Un gran trabajo sostenido a lo largo de los años, que logra que el personaje nunca pierda credibilidad. Interpreta en forma magistral todos los cambios por los que pasa Dexter a lo largo de estas siete temporadas, el paso de un asesino frío, sin sentimiento alguno, sin conciencia ni afecto por nadie que lo rodea, a una persona que siente, que tiene miedo de ser atrapado, que quiere a su familia, que desea ante todo ser un buen padre para su hijo, que no quiere perder la vida que construyó. Todo ese mundo de apariencias utilizado únicamente para no ser descubierto pasa a ser su mundo real, que no desea abandonar.

La profundidad de la historia, las actuaciones magistrales y el brillante guión, con frases que muchas veces me hicieron exclamar un "GENIAL!" en voz alta, hacen de Dexter una serie excelente, que invita al televidente a pensar, a reflexionar, a ver que no todo es blanco y negro, que existen grises en toda situación, incluso en las extremas.
Una serie totalmente recomendable, aunque mi consejo es que le den más de una oportunidad, que vean varias temporadas para captar la verdadera esencia de la historia. Vale la pena.

Ahora a esperar la octava -y última- temporada. Espero que sea un final feliz para Dexter (bien, a esto me refería con que terminás amándolo... es un asesino serial, pero uno ruega que no termine muerto ni tras las rejas)... aunque veo poco probable este final donde Dexter logre liberarse y ser feliz. Espero estar equivocada.

Hace poco comencé a ver esta serie, a pesar de su popularidad nunca había visto un sólo capítulo. Me enganchó desde un principio, aunque hay que decir que tuvo sus puntos débiles.

La historia en sí no es nada demasiado novedoso, pero cumple gracias a todo lo que va generándose a partir de ella, y a algunos de sus personajes.
Ryan Atwood, un chico pobre y con una vida difícil, es sacado de la cárcel por Sandy Cohen, padre de una familia rica, y termina siendo adoptado por él y, por ende, viviendo en una mansión de un exclusivo barrio de California. Bien, a simple vista es realmente inverosímil, pero está tan bien narrado que uno no repara demasiado en ese punto.
Ryan y su historia generan empatía enseguida, aunque esto se ve un poco opacado por el hecho de que al comienzo parece un pésimo actor, hasta que uno nota que así es su papel, sobre todo al principio de la historia: frío, inexpresivo. Su interpretación es muy buena, creíble y totalmente sostenida a lo largo de toda la serie.

Como sabrán, The OC fue levantada en su cuarta temporada a causa de lo mucho que había bajado su audiencia. A pesar de que muchos hayan odiado la última temporada, yo creo que el problema fue la tercera. Era como si no pudieran dejar de agregar más y más personajes y conflictos y ya nada tenía demasiado sentido. Llegó un punto en que lo único interesante de ver era la pareja Seth-Summer (ya hablaré de esto más adelante), pero todo lo que giraba en torno a Marissa - Johnny - Volchok era muy cansador y aburrido.
La realidad es que Marissa siempre me resultó un personaje difícil de ver, y esto se acentuó cuando su historia comenzó a desvirtuarse más y más. La interpretación de Mischa Barton me parece PÉSIMA, es lo peor que vi en una serie, y más encima en un papel principal. Si sumamos su mala actuación y lo tedioso que era su personaje, el resultado es bastante evidente.

Por el contrario, la cuarta temporada repunta. Yo creo que sacar a Marissa fue una buena decisión, ya no tenía una dirección. La incorporación de Taylor como personaje principal fue un acierto, le agregó humor a la serie, cosa que le hacía falta después de TANTO drama en la tercera temporada. Lamentablemente esta última tuvo sólo 16 capítulos.

Ahora bien, a mi parecer el verdadero punto fuerte de esta serie es Seth, el hijo de la familia Cohen. Su papel es increíble. Tiene un humor muy irónico e inteligente, es uno de los pocos personajes que me hacen reír en voz alta en casi todos los capítulos. La interpretación de Adam Brody es sencillamente fantástica. Basta con decir que es mi personaje favorito de entre todas las series que vi hasta el día de hoy. The OC es interesante, es un buen entretenimiento, pero el verdadero motivo por el cual pienso que es necesario verla es que HAY que conocer a Seth Cohen. No quiero decir que sin él la serie sería mala, pero no sería ni la mitad de lo que es.
Es también destacable su historia con Summer, personaje muy bien interpretado por Rachel Bilson. Se mantiene siempre interesante, con idas y vueltas que no cansan, sino que divierten. La química entre los actores es innegable y traspasa la pantalla.

Por supuesto hay que mencionar también otros grandes personajes muy bien interpretados: Sandy y Julie destacan. Incluso Luke en sus etapas finales, aunque no duró mucho en la serie.

En fin, es una serie que vale la pena ver o, al menos, darle una oportunidad. Tiene sus momentos de gloria y otros que aburren un poco, pero se las ingenian para remontar estos últimos y seguir ofreciendo un buen producto que uno disfruta de ver. Nuevamente, creo que esto tiene que ver con la fuerza que tienen algunos personajes, con lo bien interpretados que están, y con la excelencia del guión.