Recuerdo con cariño un capítulo de los Simpson en el que un personaje busca en un libro la palabra "plagio" y aparece una foto de Padre de familia. Pasa varias páginas y se lee "plagio del plagio" y aparece una imagen de Padre made in USA.

Bromas a un lado, esta serie no es un plagio de los Simpson. Se basa en varias premisas similares (una familia formada por un padre obeso, con 3 hijos, uno de ellos estúpido y la chica lista, un perro, un colorido muy familiar...), pero no le llega a la suela de los zapatos. El esquema-guión de un capítulo de esta "comedia" está muy bien explicado en un maravillos capítulo de South Park, así que recomiendo verlo en vez de gastarme los dedos en escribir lo evidente.

Si te gustan las series en las que se trata de decir las burradas más grandes y las situaciones más salvajes, sin justificación alguna, solo con el objetivo de intentar ser "provocativo", esta es la tuya. No olvides tirar de la cadena cuando termines de verla.

Voy a empezar hablando de lo malo de esta serie para luego centrarme en lo bueno.

Lo malo, lo peor, el gran defecto irreparable de esta serie es... que la cancelaran. (Bueno, quizás también que sea un poco lenta al principio, sobre todo la primera temporada). Aún así, merece la pena verla (el final es abierto, pero la línea argumental de las dos primeras temporadas queda "cerrada").

Si tuviera que hacer alguna odiosa comparación, definiría Càrnivale como un cruce extraño entre Twin Peaks y Perdidos. La contínua atmósfera que se siente de estar en un sueño, en otro mundo, o medio loco, me recuerda a lo que notaba cuando veía Twin Peaks. Ese desfile de personajes estrambóticos, variopintos, peculiares, terroríficos, mentalmente desequilibrados, no está muy lejano del que nos ofrecía el pequeño pueblo presentado años atrás por David Lynch. Y la colección de relaciones entre personajes, la constante sensación de no saber qué pasa (y querer descubrirlo), el paisaje inhóspito nos traslada a la isla de Perdidos.

Comparaciones a parte, aquí hay mucho más. Hay una fantástica recreación de la depresión americana y del fervor religioso. Por fin tenemos personajes sucios, mezquinos y egoístas. No hay aquí un sólo héroe perfecto, un espejo en el que mirarse. Cada cual tiene sus propias miserias. Y no sólo son sucios cómo personas, sino que sus ropas se ensucian, no les brillan los dientes y escupen en el suelo (me gustaría ver a algún personaje de la ya mencionada Perdidos con alguna arruga en la camisa). La sensación de desesperación planea sobre la cabeza de todas y cada uno de los personajes. Durante la primera temporada es díficil saber quien es el "bueno" y quién el "malo", y eso es un punto a su favor, el no saber lo que te puede esperar. Esta circunstancia cambia en la segunda temporada, en la que ya desde el primer episodio se nos van dando explicaciones y la trama comienza a ser mucho más fluída, con un objetivo bien definido.

Lo mejor, que son los sueños y el padre Justin, no se puede comentar con palabras. Simplemente hay que verlo. Y oirlo.

Crecí con esta serie, ¿qué puedo decir? Recuerdo cuando anunciaban en Tele 5 los capítulos de Expediente X y se me caía la baba. Recuerdo que fui a ver al cine "Expediente X: La película". Recuerdo que la serie fue maltratada y no supe nada de ella en años. Entonces llegó eso de bajarse series y películas de internet, y un amigo que tenía las dos últimas temporadas de la serie. Y recuerdo emocionarme de nuevo con mi serie favorita de todos los tiempos.

La verdad es que no me importa, y lo digo sin reparos, NO ME IMPORTA si los actores eran buenos o no. Esta serie marcó un antes y un después en la manera de hacer ciencia-ficción y misterio en la televisión. La trama central conspiranoica era simplemente genial. Tenías unos pocos capítulos cada temporada relacionados con ella que te dejaban casi siempre con la boca abierta. Peronsajes como El Fumador, Kryceck, los tres amigos frikis de Mulder, Garganta Profunda, etc. le daban vida y profundidad a la mitología de la serie. Y todos los capítulos independientes, muchos de ellos basados en mitos y leyendas (como el monstruo del Lago Ness o el Chupacabras), salvo algunas excepciones, eran como pequeñas películas de misterio o terror de serie B. Se tocaban prácticamente todos los palos del mundo paranormal y la ciencia ficción, algunos con mayor acierto que otros.

Desgraciadamente la serie empezó a perder gracia precisamente cuando trató de hacer "gracia", cuando empezó a haber mayor cantidad de capítulos con un toque de comedia, que en general bajaban bastante el listón y hacían perder el interés (no quiero ni recordar ese horrible episodio de la casa fantasma con el matrimonio ese que... no, eso no lo quiero recordar). En la octava temporada, ya sin Fox Mulder, la serie intentó recuperar el rumbo, pero se perdía en multitud de episodios centrados en la desaparición del protagonista y la eterna discusión entre Scully y Dogget sobre la existencia o no de los expedientes X. Sin embargo, en contra de lo que muchos opinan, en la novena temporada sentí que se volvía a recuperar el espíritu de la serie, con la agente Reyes y el agente Dogget como protagonistas indiscutibles. A mí si me gustaba el agente Dogget (no tanto Mónica Reyes, que parecía cualquier cosa menos una agente del FBI), y la historia de su hijo y cómo se resuelve me pareció muy buena.

Recuerdo Expediente X.

No me he parado a contar a cuántas personas ha matado Jack Bauer a lo largo de las 8 temporadas de esta serie, pero creo que no sería exagerado hablar de cientos (como mínimo).

Lo cierto es que la primera temporada estaba muy bien, sobre todo con el tema ese de la "innovación" de que fuera en "tiempo real". Los giros argumentales sorprendía de verdad (especialmente ese úlltimo descubrimiento y el final del capítulo 24), había mucha acción, varias tramas paralelas y te quedabas con ganas de más. Y la segunda, la tercera o incluso la cuerta temporada te seguían enganchando porque recurrían a sorpresas relacionadas con personajes o situaciones de temporadas anteriores. Pero a partir de cierto punto la cosa empieza a cansar, llegando la última temporada a ser una verdadero tostón, centrada sobre todo en los tejemanejes políticos. Ya sabes que en cada temporada va a haber al menos un infiltrado en la CTU, aparecerá un personaje del pasado, la hija de Bauer se meterá en apuros, Chloe será una borde que se aliará con Jack, Jack desafiará a la autoridad y todo el mundo le perseguirá, habrá algún traidor en el gabinete del presidente, habrá algún país extranjero implicado de alguna manera (preferiblemente de Oriente Medio o Asia), etc.

Si te paras a verla como un mero producto de entretenimiento basado en la acción puede pasar, pero si te paras a pensar friamente en las torturas, la violencia, los mensajes políticos, el patriotismo encubierto (bueno, más bien descubierto del todo), las mil y una vidas de Jack Bauer, las mil y una muertes causadas por sus manos (este hombre solucionaba el problema de la superpoblación en menos que canta un gallo) la verdad es que da un poco de miedo.

Por cierto, es curioso ver cómo a veces tardan 5 minutos en atravesar Los Angeles en coche de una punta a otra, cuando se tarda 4 veces más tiempo en hacerlo en Coruña, por ejemplo.

Tenemos una atmósfera asfixiante y situaciones totalmente desconcertantes al más puro estilo Cube (ese contexto tecnológico-futurista, la falta de claridad en las intenciones de los protagonistas, el engaño y contra-engaño constante). Tenemos una actores que cumplen sin demasiados excesos (excepto una Lucy Liu que está más perdida que el propio protagonista y no acaba de meterse en su papel). Tenemos giros argumentales inesperados y metáforas profundas sobre cuestionas humanas. ¿Qué falla? Que tenemos demasiado de todo eso.
A partir de la mitad de la película la cosa se empieza a liar de tal manera que acaba pareciendo una parodia de sí misma. No es que sea difícil de seguir, que no lo es, es que los giros de guión acaban pareciendo forzados con el objetivo de sorprendernos, y al final lo que consigue tanto cambio y tanto engaño es aburrir, por excesivo.
La escena final, como ya han dicho por ahí, está totalmente fuera de lugar y no es coherente con el tipo de historia que se nos estaba contando.
En resumen: empieza bien, acaba mal; entretiene pero no deja huella.