La pelicula ni entretiene, ni emociona. Los portagonistas apenas hablan.
Fernando Trueba ha logrado dejarme indiferente, y eso es lo peor que te puede pasar al ver una pelicula

Bajo su temática simple en la que dos niños descubren a éste fugitivo y todos entrelazan una extraña amistad, hay un punto culminante que diferencia ésta película de la gran mayoría.
'Mud' es un soplo de aire fresco que nos evoca cine de aventuras en estado puro, de iniciación y cambios por los que todos hemos transitado.

La acción en 'Mud' tiene varios niveles, aunque tengan el común tema del amor en sus distintas etapas. El preso mantiene una relación paterno filial con el joven Ellis, que ve en él una figura paterna que no encuentra en la propia. Mud busca el reencuentro con el amor de su juventud con lo que tiene mucho en común con ese niño que está viviendo el despertar del primer amor y que ya comienza a sufrir las decepciones del mismo. Cada personaje tiene su objetivo, aunque sean similares, pero todas sus historias están bien contadas y engarzadas, sin provocar empacho o indigestión.

En su aventura, Ellis conocerá los sabores del sufrimiento y el dolor al convertirse en una especie de salvador con tintes de intermediario. La película también nos muestra la importancia de la lealtad desde la infancia. Los dos niños, pese a ser muy diferentes tienen una amistad incondicional.

Nichols se rinde a la mitología del viejo Sur y al romanticismo que desprende el río metafórico. Los escenarios están descritos con mano maestra, el tono funde admirablemente dureza y ternura (y tristeza), y los personajes están contemplados con una serena humanidad y son prodigiosamente interpretados por Matthew McConaughey. que cada día crece más como actor, y por Tye Sheridan que sorprende por su naturalidad.


La película conmueve, y “obliga” al espectador a rememorar experiencias y reflexionar sobre su propia visión de lo romántico

Hay películas que se quedan en la cabeza de quien las ve durante mucho tiempo después de salir de la sala de cine. Pero sobre todo reviviéndolas en la mente, y descubriendo en ellas detalles que quedaron guardados en el subconsciente, y que de repente reaparecen como si de un recuerdo perdido se tratara.


Desde el primer minuto la cámara nos acerca al que va a ser nuestro cuerpo durante las tres horas que dura el viaje. Somos Adele, una joven estudiante francesa. De esta forma comienza nuestro viaje por “La vida de Adele”, hablándonos de ese primer amor, el que te consume y te cambia para siempre, el que te obsesiona y te descubre mil y una posibilidades, el que cuando se acaba te deja completamente abatido, desorientado. No se escatima ninguna dosis de realidad. Todo surge de manera espontanea y natural. Las inseguridades y miedos que rodean a Adele pasan a ser nuestros, esa incomprensión que muchas veces domina su alma nos inquieta del mismo modo. La felicidad, la angustia, la ansiedad, la tristeza, todas las etapas de su vida, esas que la van construyendo como persona, son narradas con una delicadeza inigualable.

La vida de Adele es una historia de amor desarrollada a través del tiempo. La de una joven , que se encuentra en una encrucijada, recelosa de aceptar una identidad sexual ante el miedo de las normas morales de una sociedad conservadora, y el de otra joven, Emma, , una estudiante de Bellas Artes que ha aceptado sin coartadas su sexualidad. Bajo la superficie, sin embargo, subyace una profunda exploración del deseo y la sexualidad planteada en torno a un trabajo actoral colosal y una planificación que basa gran parte de su visceral fuerza dramática en el primer plano. Estos primeros planos son extraordinarios. Nos enseñan a los personajes de una manera muy cercana, tan brutal como tierna, apelando a lo primario de los sentidos. La película nos muestra el amor en todo su esplendor, por encima de la edad, el género o la condición. Todo ello pierde importancia cuando el destino de dos personas se cruza inseparablemente.

Dicen que para que una película sea considerada una obra maestra se necesita distancia, tiempo transcurrido, tiempo de reflexión... sensación de que esa obra ha sedimentado. En este caso no va a ser necesario que transcurra medio siglo, para que nos demos cuenta que estamos hablando, sin lugar a dudas, de una de las mejores películas del año.

Por todo ello, La vida de Adele, se convierte en una obra imprescindible. No a todos nos producirá la misma sensación pero, lo que es seguro, es que no dejará a nadie indiferente.

Searching for Sugar Man nos cuenta la historia de como un músico humilde y generoso, condenado a décadas de anonimato, encuentra finalmente el renombre que merece. El documental está narrado con pericia, consiguiendo un halo de misterio tan sugerente como el del propio Sugar man en persona. Pero, además y por encima de todo, Searching for Sugar Man es una gran historia. Una de esas historias difíciles de creer y sorprendentes de descubrir, una de esas historias que te animan a seguir luchando. Es también un relato humano, emotivo y conmovedor sobre el despertar de una nación entera gracias al universal arte de la música,

Este documental examina, a través de una prodigiosa estructura que parece sacada de un relato detectivesco, la vida de Sixto Rodríguez. Pero, no conforme con eso, destaca sobre todo por sus formas de narración, mezclando entrevistas características del género con secuencias cinematográficas de pura belleza visual. Sabemos que lo que se nos cuenta es real, ofreciéndonos para ello de primer plato las entrevistas, que nos dejan con los pies en la tierra, y el de postre las escenas más recreativas, que hacen que empecemos a soñar.

Esta historia desafía los límites de la realidad, de como errores humanos, mundanos o secuencias de desafortunadas desdichas podrían haber cambiado completamente la vida de una persona. Todos sabemos que la fama es despiadada y que no siempre concede sus dones a quién los merece.

Y al final de la película estamos emocionados de verdad. Sabemos que lo que hemos visto es real, existe, que no nos viene prometido a través de una ficción o del trabajo magnífico de unos actores, escritores, directores, o compositores. El éxtasis emocional que se alcanza nunca se hubiese pensado encontrar en un artista totalmente desconocido

Her en un retrato intimista de las relaciones humanas, al tiempo que nos lleva a preguntar qué será del amor en un mundo en el que la tecnología nos empuja poco a poco hacia la incomunicación

Su protagonista, Theodore, es un tipo sensible, de aquellos que miran a la gente caminar, comer, reunirse en familia, besarse, conversar, discutir entre otras actividades cotidianas. A él le interesan sobre todo las emociones que desprenden estas personas, ya con ello puede hacerse una idea de cómo son. Este hobby en el fondo le permite obtener información para su profesión de escritor, la inspiración no llega así por así, hay que estar atento a la vida y sus avatares.

Cuando Theodore ve la publicidad de “un nuevo sistema operativo inteligente que tiene las características de “escucharte, entenderte y conocerte….no es solamente un sistema operativo, es una conciencia”, de inmediato realiza la compra. Esto de escuchar con atención y ser escuchado en la misma forma le parece fascinante al escritor. Su nueva compra tiene nombre : Samantha , que por si fuera poco, se añade que además es proactiva, y tiene ansias tremendas de saber todo acerca de los seres humanos En fin, tiene una serie de cualidades que lo único que provocan es que Theodore ……….se enamore de ella.

“Her” es una película que te atrapa por su guión bien construido y por el excelente desempeño del actor protagonista, Joaquin Phoenix, que nos proporciona una deslumbrante y desgarradora interpretación donde emergen un amplísimo catálogo de emociones que van desde la depresión, el miedo o la rabia hasta la ilusión, la alegría y la plenitud. La verdad del personaje es absoluta y no hay ni un solo resquicio en su interpretación.

La película es seductora, sincera y conmovedora en la forma en que se acerca a la soledad y la compulsión para superarla; e indaga sobre los diferentes tipos de satisfacciones, y la falta de las mismas, que tenemos los seres humanos y las máquinas en una época en la que ya vivimos"

La soledad es una afección que todos, en algún momento, padecemos. La sensación de que el mundo transcurre a una velocidad distinta a la de nuestra vida, de que todos parecen interconectarse mientras que tú te sientes descolgado, incomprendido y buscando un sentido a lo que te rodea.