Érase una vez un señor llamado Joss Whedon. Este señor era el autor de series conocidas y alabadas por la crítica como "Buffy, the Vampire Slayer"y su spin off "Angel" o "Firefly" y su epitafio cinematográfico "Serenity", además de por sus aportaciones al mundo del cómic. Un día, este señor, en medio de una huelga terrible que asolaba el panorama televisivo norteamericano (y que perjudicó a tantísimas series) decidió que él iba a aportar su pequeño granito de arena a las quejas que aquella huelga buscaba expresar. Joss quería demostrar que no se necesitan grandes cadenas televisivas para hacer grandes series...

...y lo consiguió. De allí nació "Dr. Horrible's Sing-Along Blog", una pequeña serie de tres episodios con una duración total de aproximadamente 45 minutos y destinada únicamente para el público que esperaba ansioso al otro lado de las pantallas de sus ordenadores, sabiendo que lo que iba a llegar era un producto único y maravilloso.

Joss Whedon toma una trama un tanto absurda y trillada y la convierte en algo ingenioso, divertido, refrescante y con algo de incisiva crítica. Las canciones son tremendamente pegadizas, los actores dan lo mejor de sí mismos e igualmente hace el mismo Joss y los demás responsables. Una vuelta de tuerca a la mil veces contada historia del héroe y el villano, en la que se intercambian los papeles y Joss nos transmite otra de esas ideas algo pesimistas que siempre parece tener en la cabeza.

Fantástica y posiblemente un gran empuje para todas esas web series que comienzan a florecer a lo largo y ancho de la red.

Debo comenzar aclarando dos cosas. Por una parte, no soy chica de comedias. Lo mío son los dramas, las historias épicas. Por otro lado, fui reacia desde un principio a ver esta serie. No soy chica de comedias, pero la única que he seguido fielmente es precisamente una de las mejores series de la historia (sí, hablo de "Friends"), así que cuando todo el mundo decía que ésta era la nueva Friends, yo bufaba, escéptica, y seguía con mis dramas.

Sin embargo, cuando le di la oportunidad, "Cómo conocí a vuestra madre" me hizo tragarme mis propias palabras (o, mejor dicho, bufidos) y aceptar que esta es la mejor sitcom que se ha hecho desde que se pusiera el punto y final a Friends. No digo que otras comedias no sean divertidas y buenas, no me malinterpretéis, digo que Cómo conocí a vuestra madre (en adelante utilizaré las siglas en inglés -HIMYM- si no os importa) es MEJOR.

HIMYM es divertida, refrescante e inteligente. Tiene diálogos ingeniosos, situaciones divertidas y personajes carismáticos interpretados por grandes actores. Conocía a Alyson Hannigan por su papel protagonista en "Buffy, la cazavampiros", pero los demás eran para mí completos desconocidos y fueron un descubrimiento asombroso. Especialmente Neil Patrick Harris, cuya popularidad asciende como la espuma al tiempo que se descubre su talento. Tiene también eso que nos gustaba tanto de Friends, esa sensación de que pase lo que pase entre los protagonistas, siempre estarán bien porque son importantes los unos para los otros. Tienen frases que se han convertido en lema de la serie y una música estupenda acompañando las aventuras de estos jóvenes.

En conclusión podríamos decir que, si buscas algo divertido y refrescante, algo que te haga disfrutar y haga que los 20 minutos de duración te resulten demasiado escasos, Cómo conocí a vuestra madre es tu serie. Si buscas otra cosa, prueba de todas maneras, porque probablemente también sea vuestra serie.

Tengo que reconocer que me interesó en un principio. Los primeros capítulos apuntaban a que, si bien Gossip Girl iba a ser una serie para adolescentes, con ingentes dosis de romance y superficialidad, también iba a contar con ese poquito de mala leche o atrevimiento que hace a otras series (me viene a la mente la británica "Skins" o la también americana "Popular") tan entrenidas. Pero parece ser que éste último ingrediente se termina pronto y Gossip Girl se convierte entonces en otra "The OC", otra "One Tree Hill", otra "Sensación de vivir" repleta de niños pijos e historias aburridas que se repiten una y otra vez ante nuestros ojos cambiando sólo los protagonistas de las mismas, cuyo único aliciente fue para mí la voz en off de la siempre estupenda Kristen Bell.

En esencia, si buscas más de lo mismo, puede que esta serie sea la que estés buscando. Si buscas algo diferente te recomiendo echar un ojo a la británica "Skins" o, incluso mejor, vuelve al pasado con "Freaks and geeks", porque con ésta sólo conseguirás lamentarte de haberla comenzado.