Dice la leyenda que "Braindead" es la película más gore rodada jamás. Y debe ser cierto sobretodo por la inenarrable escena del cortacésped. Nunca antes había visto un despedazamiento tan salvaje de zombies, ni siquiera en la saga "Evil dead".

Cargada de humor negro, toma a cachondeo sanguinolento la eliminación de zombies. Así que uno disfruta y encima te ríes.

A Peter Jackson se le nota que le gusta el tema e hizo una película pensada para los muy fans del tema gore. Es lo suficientemente inteligente como para dejar la salvajada para el final y mientras avanza la película nos entretiene con una sencilla historia de amor entre los protagonistas que marcará el comienzo de la trama a través de la repugnante madre del chico, celosa de la novia de su hijo. Poco a poco nos presenta los distintos personajes que conformarán el cuento: la dominante madre, el tío baboso, el cura karateka, la abuela vidente, el trío de macarras, la enfermera... Todos participarán en la fiesta final del tío Les. Pero antes de que empiece el guateque, el protagonista, Lionel, se las tendrá que ver con 4 zombies y un bebé-zombie de lo más travieso.

Una buena película del género que vale la pena ver.

LO MEJOR: todo.

LO PEOR: el autodoblaje de Diana Peñalver.

Nota cotilla: Jackson hace un cameo como el ayudante inútil del embalsamador.

Nota cotilla II: ¿Tienen los zombies vida sexual?. Según Peter Jackson, sí.

Ni animalitos parlantes o los decorados de fantasía salvan una película si la historieta que cuenta es floja. Y "La brújula dorada" es endeble hasta decir basta. El guión es tontorrón, forzado, intenta ser a ratos épico, a ratos trascendental, a ratos qué se yo que intenta. Y lo peor de todo es que el final es abierto, o sea, que pretenden hacer una continuación. ¡Glubs!.

En la peli salen animales hablando en plan D'Artacan (pero D'Artacan hacía gracia por lo menos), gitanillos, niños perdidos, un polvo mágico (será el que se tomaron para escribir el guión) que todos buscan vaya ud. a saber por qué, una niña repelente "predestinada" a ser la heroína, ya sabe, el rollo típico.

Es una bobada de película. Que salga en ella el muñeco de cera a base de botox en que se ha convertido Nicole Kidman lo puedo entender. Hacer de mala, malísima luciendo modelitos es comprensible sobretodo que su carrera se estancó tras perpetrar la vomitiva "Dogville". Ahora bien, la presencia del nuevo James Bond, Daniel Craig es incomprensible, aunque para suerte de él sólo sale 5 minutejos. Que salga en el cartel publicitario es un cebo. Si espera verle dando leña en plan 007 olvídelo. No es que sea un Stanislawsky, pero da pena verle en este engendro. También sale Eva Green, la última chica Bond. Es una actriz muy esforzada que no merece salir en este bodrio lanzando flechas en pleno polo norte con una túnica romana de gasa.

Será verdad aquel dicho que en los USA no saben dirigir actores europeos y que los desperdician en producciones tontorronas como esta "Brújula dorada".

Resumiendo: mejor no verla. No pierda el tiempo. Y si le obligan a verla por causas familiares (sobrinitos, nietos, hijos...) finja una diarrea y escaquéese de tragársela.

Decepcionante Burton. Está claro que la era del musical en el cine ya ha pasado. En parte también porque no hay una partitura lo suficientemente buena que pueda resistir un mínimo de 90 minutos sin que el espectador acabe harto.

Y "Sweeney Todd" no tiene una buena partitura. Y eso no es culpa de Tim Burton. Quizá vista en teatro musical sea otra cosa. Claro que los que van a ver teatro musical son gente de raza aparte y evidentemente lo disfrutan como enanos. Pero la gente normal que va al cine ilusionada por ver una peli gótica de Tim Burton puede tener una decepción muy grande con este "Sweeney Todd".

Creo que Burton debería haber hecho la "película del musical" y no "el musical hecho película". Coger la historia de Sweeney Todd y adaptarla para el cine, sin canciones. O poner las melodías sin cantar como banda sonora, como un guiño a los amantes de este musical. Teniendo a Johnny Deep y la desbordante imaginación de Burton qué pedazo de película gótica hubiéramos podido disfrutar.

Y el resultado del musical es éste "Sweeney Todd" aburrido, con poquísimo diálogo y todo canciones. Más que un musical parece una ópera rock (en las óperas-rock no hay diálogo alguno sólo canciones). Atrae su estética gótica, el vestuario victoriano, la fuerte presencia física de Johnny Deep, ideal para este papel y el único que aguanta dignamente este extraño experimento. Pero todo queda ahogado en esas canciones insulsas que resultan insoportables al ser cantadas mientras se cortan cuellos o despiezan cadáveres. ¿Alguien recuerda alguna estrofa de las canciones?.

Si no te gustan los musicales... no la veas, aunque seas muy fan de Tim Burton.

LO MEJOR: Johnny Deep, perfecto para el papel y que le da un poco de dignidad al filme. Si la película en vez de musical hubiera sido de diálogo normal y corriente, hubiera estado genial. La puesta en escena y el vestuario.

LO PEOR: la historieta, con un guión bien trabajado podrían haberle sacado mucho jugo a la historia original de Sweeney Todd. Algunas subtramas son una tontería. Las canciones. La iluminación se pasa de oscura. Helena Bonham-Carter maquillada casi como novia cadáver. Alan Rickman con su timbre de voz a lo José Luis Coll cantando (y mira que Rickman me cae bien).

Flojo remake que desvirtúa totalmente el original de 1966. Era innecesario rodar un nuevo "Alfie". Sólo habrá un "Alfie" y ése es Michael Caine.

La escalera (Staircase) se basa en la obra teatral homónima escrita por Charles Dyer. Ha sido representada numerosas veces tanto en el West End londinense como en Broadway. Incluso ha sido representada aquí en España. Pero su adaptación al cine es bastante desconocida para el gran público. Dejando aparte que no suelen pasarla con frecuencia por televisión. De hecho yo sólo he podido verla una vez en una cadena autonómica en sesión golfa. En su momento de estreno en 1969, la película fue vapuleada y fracasó en taquilla.

A mi entender, creo que ninguno de los que participaron en ella esperaban que tuviera éxito. Más bien creo que es un ejercicio de arte. Aceptaron hacerla porque creían en la historia, creían en el guión y deseaban dar al cine la historia de los dos gays peluqueros: Harry Leeds y Charlie Dyer. Admiro cómo dos actores consagrados como Rex Harrison y Richard Burton afrontaron con valentía estos papeles y se atrevieron a rodar una película basada en un texto adelantado a su tiempo. Richard Burton era un actor que no me gustaba demasiado, siempre haciendo de galán atormentado. Pero viéndole en este film me dí cuenta de cómo le desperdició la industria del cine y cuánto podía haber dado de sí su talento. Cuando le veo en "Cleopatra", "El Exorcista 2: el hereje" y otras birrias que tuvo que rodar... le recuerdo en su valiente papel de Harry Leeds. Y me reconcilié con él. Rex Harrison siempre me ha gustado y tras verle como el gay Charlie Dyer aún me agradó más.

¿Y de qué va esta desconocida película?. No desvelaré la trama. Mi intención es que sorprenda al que se interese por ella. Tanto como me sorprendió a mí. Es prácticamente teatro rodado y es tal el gustazo que da ver la batalla actoral entre Harrison y Burton que te importa un pimiento que el film no tenga una fotografía esplendorosa, ni unos decorados lujosos. Si se conoce el texto teatral uno ya sabe qué delicia le espera. Stanley Donen rodó con mimo esta película y trató con gran ternura estos dos personajes que representan un canto al respeto, la solidaridad, al amor incondicional e invencible a través de los años. De la necesidad de amar y ser amado. De estas cosas buenas y de muchas más.

Joyas así no hay que perderlas. Hay que rescatarlas y colocarlas en nuestro altar particular de películas de culto.