Esto es más o menos lo mismo de siempre. Disney coge una gran película que está en el recuerdo de mucha gente, y la destroza a cachitos con su insistencia de adoctrinamiento político en un nuevo producto irrespetuoso con el original.
No sé, puedo entender que los tiempos son diferentes y que hay cosas que se adaptan a nuevas realidades ( muchas terribles), pero debería hacerse de manera natural y abrazando la historia en la que te basas. Sin embargo, es muy soez y descarado como el único objetivo de cada cosa que hacen es para "corregir" ideológicamente lo anterior.
Y ya me diréis a mi que puñetero problema tenía Willow. La he vuelto a ver antes de ponerme con la serie, si, para ver a quién puede ofender, y seré yo, pero no he visto nada. Pero tal vez un buen progre se echaría las manos a la cabeza, ni idea.
Y lo más increíble de todo, en la Willow original no usaban Pantem con Bifidus para el pelo porque en una imaginaria época medieval no cuadra mucho. Pero aquí, contradictoriamente, parecen todos salidos de un anuncio de colonia. Un disparate.
Por cierto, sorprendente los hombres de la serie son idiotas, como debe ser.
Pues nada, otra serie que se acaba hoy.

No es creíble. El carácter trasgresor de las propuestas de Casanova no me parecen naturales. Quiere crear un universo propio que se diferencia del resto, y lo quiere hacer si o si.
No me creo que todo lo que muestra le salga de dentro como insiste cada vez que le dan la posibilidad de explicar su obra, luego las ves y te das cuenta de que solo quiere ser diferente, que no es lo mismo que ser diferente.
Ronda por su aurea un descarado intento de ser un nuevo Almodóvar, pero claro, nada en la obra de Almodóvar es impostado, son sus pensamientos naturales reflejados, su alma se podría decir. Mientras que da la sensación de que si a Casanova lo rascas un poco, se le cae toda la careta en cuestión de segundos.
La Piedad es más parecido a Star Wars que a un producto independiente de un autor libre de esos que simplemente cuentan sus historias porque son las que le salen. Casanova se pregunta constantemente que puede contar y como para que parezca que tiene un complejo mundo interior, y el resultado se traduce en un constante esfuerzo por plasmar esa mentira. Y se nota, se nota constantemente.
Tampoco es que nada de lo haga tenga algún valor, el Photoshop también tiene su aquel, y ahí lo tiene bastante claro y se esfuerza con resultados decentes, pero cuesta tragar con la falsedad de sus creaciones.
Es en definitiva un aburrimiento del que poco se puede extraer.

El nombre de Zack Snyder en este producto difícil de calificar, es probablemente la única razón de un posible debate cinéfilo. Si el director se llamase Juanito Pérez y la productora fuese Asylum, tampoco sería de extrañar, y entonces no habría nada que debatir y sería lo que es, y ya está.
Vamos a ver, le quedó un tipo en "300" al que no pudo pintar los abdominales, así que decidió que fuese un Cherokee del espacio, y ahí lo tenemos, no sabemos qué pinta ni quien es, pero los abdominales increíbles,para poner celoso a cualquier espartano. También se le quedaron algunos saltos a cámara lenta con lanza, a dos manos y con la capa al viento, pues nada, "padentro". También le sobró en aquella película mucha pintura facial de guerra, y también la ha usado toda. Y podía enumerar más cosas que ha utilizado del almacén de " 300", pero sobre todo, ha usado la misma base argumental, entera, unos pocos guerreros (y guerreras esta vez) contra un terrible imperio invasor, que ofrece asociarse pero los buenos no quieren y luchan. Nada nuevo.
Cualquier referencia o comparativa con algo parecido a Star Wars o Star Trek sobra, porque ni de lo uno ni de lo otro. Tal vez los malos si que los ha copiado también, ya los he visto en Riddick y tal vez mezclados con algo de Dune y como no, nazis, ya todos los ejércitos malvados del futuro se visten y peinan como los nazis en Hollywood, ni Valentino creo tanta tendencia. Llamadme retorcido, pero guerreras mujeres, y guerreros raciales todos ( menos un blanquito que es el tonto del grupo y que es granjero y otro que es un .....) contra un ejército de blancos vestidos a lo tercer Reich, a mi me parece un discreto mensaje político subliminal, bueno, subliminal lo pongo porque queda bien.
Esto último ya hay que asumirlo como doctrina.
En fin, entretiene y pasas un ratillo.

Puedo asegurar por experiencia propia en el baloncesto profesional, que todo lo que esta sencilla historia cuenta, es real en mayor o menor medida según el nivel del reto al que se enfrenta un deportista o un entrenador. Los odios, el desprecio, las ganas de rendirte, la, soledad o hasta la injusticia están siempre presentes en estos mundos. Por supuesto, también la amistad, la satisfacción, el trabajo en equipo, y el éxito. Hay diálogos que pueden parecer sintéticos, para el espectador, motivacionales desde el dramatismo, y puedo asegurar que hasta se quedan cortos.
Las escenas de Basket son perfectas. Sandler es un montón de gente que he conocido en un mismo personaje, espléndido.
Está película está basada en muchas historias reales, más grandes o más pequeñas, con diferentes finales, pero muy auténtica en su esencia.
De las mejores películas sobre de deporte que he visto. Las hay más épicas, más fantasiosas, más enlatadas y tal vez más preparadas para todo el mundo, pero "Garra" tiene más alma que ninguna.

Si en vez del personaje de Tom Hanks en " Náufrago ", la que naufraga en esa isla es la Mía de " Nowhere", monta ella sola un Resort de lujo con lo que va pillando por ahí y los paquetes que la marea va llevando.
Un personaje que pasa de la dependencia absoluta a la autosuficiencia más fantasiosa y exagerada que he visto nunca en una película.
Y es lo que la hace realmente entretenida, eso y un nivel escatológico de mucho cuidado que le va muy bien a la historia de supervivencia.
No es que Anna Castillo me parezca que hace una gran actuación, no me parece una excelente actriz, simplemente cumplidora, y es algo que resta bastante porque el papel es demasiado dramático y necesita mucho más.
En definitiva, cine español evidente, pero que busca algo más, se esfuerza en entretener con bastantes ganas. Albert Pintó es de los directores que piensa más en el espectador que en su propio ego.