Con las reminiscencias siempre presentes y justificadas, ante expectativas que nunca se cumplen al sentarme en la butaca del cine para ver una peli española, he de decir que en este caso fue todo lo contrario.
Durante la proyección de la misma sentí un enganche total con la historia de estos dos policias, la atmósfera que se transmite es brutal (para mí lo mejor del film) y me creo las interpretaciones de sus actores (sobre todo las de Javier Gutiérrez y Antonio de la Torre).
Peros, la película también tiene. El principal, a mi modo de ver, es la resolución del caso, un tanto precipitada y no la aborda en su totalidad.
Al margen de eso, la recomiendo sin lugar a dudas.