En general, la dirección, la producción, el gran reparto, todo funciona muy bien y es de sobresaliente; pero la historia en si, pasado el tiempo nos ha dejado ver que lo que tratan de mostrarnos es una gran mentira. El personaje de Paulson (genial W. Hurt), es totalmente diferente al real (hasta da pena lo mal que lo pasa), pero todos sabemos, y si no, podemos tirar de hemeroteca, que el fue uno de los grandes beneficiados de la crisis y de esa inyección de capital a los bancos, antes de que esto pasara el estaba dentro de la dirección, luego fue al gobierno y al salir del mismo, volvió a una gran empresa de Wall Street, con un sueldo 1.000 veces mayor, mintiendo en ese "freno" a los sueldos de los altos directivos que según "dicen" se prohibió en los 9 grandes.

Demasiado bueno para ser real, demasiado en todo, coge influencias de aquí y de allá y nos muestra cine dentro del cine. Todos los que amen el cine, le deben amar a él. Christoph Waltz, un encantador con serpiente dentro, Daniel Brühl, Brad Pitt, todos... se merecen un aplauso, por hacernos disfrutar durante 2 horas y media, sin un segundo de pausa, sin un segundo de aburrimiento. Siéntense o "Asseyez Vous" como decía Hans Landa y disfruten, porque es una obra de arte y además, divertida.

Stephen Rea borda el papel de investigador forense en la ya extinta Unión Soviética, el comunismo no podía permitirse la existencia de un asesino en serie, algo propio de sociedades capitalistas, y menos la del mayor asesino en serie de la historia, Andrei Tchikatilo, "El Carnicero de Rostov". Hechos reales en una historia que engancha al espectador hasta dejarle con ganas de conocer mas el trabajo realizado por este forense. Sutherland nos muestra un personaje al que odiamos con su sola presencia. Una película que no se puede perder nadie.